Una semana después del triste adiós, miles salieron a las calles de la Ciudad de México a cantarle a José José.
Ciudad de México, 4 de octubre (SinEmbargo).- Hace siete días dejó de existir en el plano terrenal José José, "El Príncipe de la Canción", mas no murió, al menos no en los corazones de los mexicanos, esos que siempre han cantado sus éxitos o aquellos aficionados advenedizos de ocasión.
Una vez más, la gente se hizo uno para celebrar la portentosa voz de José Rómulo Sosa Ortiz, y demostró el inmenso cariño que siente por este ídolo contemporáneo.
A las 13:00 horas, todo estaba listo en el kiosko de la Alameda Central, en el primer cuadro de la Ciudad de México, para honrar al "Príncipe de la Canción".
El sol a plomo, algunas veces opacado por fugaces y tímidas nubes que se esconden, no fue impedimento para que los mares de gente comenzaran a colmar los alrededores del escenario.
Poco a poco empezaron a llegar dobles de José José, caracterizados con trajes azules y blancos como en algún momento lo hiciera el intérprete de "Gavilán o paloma".
Con discos del cantante, fotografías, playeras y hasta páginas de periódico con la fotografía del oriundo de la colonia Clavería, invadieron el parque.
De uno en uno comenzó a nutrirse la fila de aquellos que querían con su voz, "homenajear desde el fondo de su corazón" a su ídolo.
Pasaron y pasaron intérpretes, hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, afinados y desafinados, pero todos con el sentimiento genuino de admiración.
Le tocó el turno a José Alejandro Ordóñez, quien parece una calca del maestro José José; sus gestos, su manera de hablar y de cantar, su perfil y hasta su peinado son similares a los del otrora fundador de Los PEG.
"Yo decidí cantar como el maestro porque me decían que me parecía a él, entonces comencé a imitarlo, llevo 15 años imitándolo y siempre lo haré porque lo admiro mucho", dijo Alejandro luego de entonar "40 y 20" y "Mi vida".
De pronto apareció Alfonso Suárez del Real, Secretario de Cultura de la Ciudad de México. "Aquí venía José Sosa cuando tenía unos 12 años a amenizar los domingos, aquí en este mismo lugar. Yo lo conocí siendo un jovencito y mira ahora, todo el cariño que la gente le tiene después de tanto tiempo", recordó.
"La nave del olvido", "Lo pasado, pasado", "Será", "Amar y querer", todos los temas se hicieron de todos, pues todos los corearon, como si se tratase de un concierto en las mejores épocas del "Príncipe".
Entre participante y participante, los presentes corearon el nombre de José José, y sabedores del conflicto que han protagonizado los hijos del músico, todos gritaron al unísono: "¡te queremos, José! ¡Te queremos!", "¡México te quiere, José, México te quiere!".
La noche comenzó a caer en la Alameda Central, no así el entusiasmo de las más de 3 mil almas reunidas que seguían entonando los éxitos del cantante. El sol se fue, y en su lugar la luna los acompañó para despedir a su próser.
Solo 100 entusiastas pudieron subirse a cantar ante el micrófono, pues el tiempo fue insuficiente, así que el resto improvisó un karaoke alterno sin los reflectores ni las cámaras, pero sí con el gusto de emular a José José.