AVISO: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS
Cuando se piensa en el final de una producción, se vuelve a vivir cierto duelo y se comienza a echar de menos a los personajes que un día ocuparon un importante lugar en nuestra cabeza.
Ciudad de México, 02 de octubre (TICbeat).- A menudo, cuando pensamos en nuestras series favoritas, recordamos algún capítulo grabado como una muesca en la memoria, frases memorables cliffhangers y sobre todo, el cierre final de la producción, ese momento en el que el duelo comienza y empezamos a echar de menos desesperadamente a los personajes que un día ocuparon un importante lugar en nuestra cabeza.
Si todavía rueda una lágrima por tu mejilla cuando le das a play otra vez al capítulo final de tu serie favorita, has releído foros en busca de respuestas a los fenómenos paranormales de la isla donde se estrelló el vuelo 815 de Oceanic o coleccionas en DVD las últimas joyas de la edad de oro de la televisión, este es tu momento para recordar algunos de los mejores finales de series de la historia.
BREAKING BAD
Probablemente, el guión más perfecto y detallista de la historia de las series de culto recientes, enmarcado en un prodigio visual y repleto de referencias simbólicas. ¡Si hasta cada color tiene su historia dentro de Breaking Bad! En cuanto al final, este es totalmente conclusivo, telenovela de la evolución del templado y afable Walter White al astuto, y en ocasiones, cruel y gélido Heisenberg. Ay, Baby Blue, suena la canción final como oda a la ya famosa metanfetamina azul.
A DOS METROS BAJO TIERRA
A juicio de una servidora, el mejor final de serie jamás visto. Una despedida en parte dulce y en parte amarga a la disfuncional -¿y quién no lo es?- y compleja familia Fisher, los dueños de una funeraria con sus particulares problemas y conflictos de amor, odio, identidad, furia, sexualidad y búsqueda. Si todavía no la has visto, prepara el maratón, saca el pañuelo y enfréntate a esta bella y oscura representación de la vida, firmada por Alan Ball.
LOST
Puede que su final generase controversias -nunca llueve a gusto de todos- pero Lost marcó un hito en la historia de la ficción, disparo un fandom fiel que copó foros y llevó a miles de personas a madrugar o a no dormir para la emisión de su último episodio en mayo de 2010. Con el ojo de Jack se completaba el círculo tras seis temporadas de vértigo entre viajes en el tiempo, números malditos, fuerzas antagónicas, osos polares y constantes que nos siguen recordando, tantos años después, también a nosotros quiénes somos.
RECTIFY
Es Rectify una rara avis acerca de la redención, la culpa, el dolor y la responsabilidad, no exenta de tintes existencialistas y con una atmósfera tan lenta como atrapante que se meterá para siempre en tus entrañas. La cuarta y última temporada obtuvo el primer puesto de toda la historia de Metacritic -con una puntuación de 99 puntos-. Su protagonista es Daniel Holden, interpretado por un hipnótico Aden Young, que vuelve al hogar tras pasar dos décadas desahuciado en el corredor de la muerte tras ser declarado culpable de violar y matar a su novia cuando eran adolescentes.
LOS SOPRANO
Otra serie icónica que dejó patas arriba la ficción televisiva a lo largo de sus seis laureadas temporadas, donde los malos de siempre se convirtieron en los buenos, o al menos en amados antihéroes. El azar y la incertidumbre son protagonistas de su magnético final, donde la tensión crece mientras Tony Soprano acude a cenar con su familia Holsten’s, una cafetería que tiene “los mejores aros de cebolla en el estado, mientras la canción "Don’t stop believin" suena en la gramola.
FRIENDS
Venga, confiesa: tú también sueltas una lagrimilla cada vez que ves de nuevo el último episodio de Friends, la serie que unió de forma unánime el corazón de toda una generación, puso en perspectiva el valor de la amistad y nos hizo querer a Phoebe, Rachel, Monica, Chandler, Joey y Ross como si fuesen nuestros propios amigos. Cuando la vida neoyorquina de apartamentos compartidos acaba y la puerta violeta con marco amarillo rodeando la mirilla se cierra, ¿qué nos queda? Sin duda verla otra vez.
THE WIRE
El pasado mes de marzo se cumplía una década de la emisión del último capítulo de la encumbrada The Wire, un rico mosaico que se atrevió a radiografiar con belleza, crueldad y espíritu periodístico los problemas de la droga en Baltimore. Más de diez años después sigue siendo una de las obras mejor consideradas por crítica y público, gracias al exquisito reparto encabezado por Dominic West, un guión de lujo y sus diálogos realistas.
SONS OF ANARCHY
La última vez que Jax Teller se sube a su amada moto, Sons of Anarchy pone punto y final a siete temporadas de trapicheos, lealtad, mafias, tiros, navajazos, cerveza, cárcel, asesinatos y rencillas familiares. Una banda sonora de lujo repleta de rock y country, guiños constantes al Hamlet de Shakespeare, finales de temporada brutales y la fidelidad a Samcro por encima de todo dejaron buen sabor de boca y una infinita nostalgia a todos los devotos de este clan motero de Charming.
MERLÍ
La ficción catalana nos regaló este año la tercera y última temporada de la alabada Merlí, protagonizada por Francisc Orella y que logró que subiese de forma considerable la tasa de matrículas en las facultades de filosofía, devolviendo a la televisión la importancia del pensamiento crítico y la autoconciencia, así como dibujando un retrato más rico y menos estereotipado de la generación millennial. Su capítulo final, que nos traslada varios años después de que el instituto acabe, guarda sorpresas muy especiales, lazos que sobreviven al tiempo y muchos buenos recuerdos para llevar en la mochila.
MAD MEN
La sonrisa de Don Draper, uno de los personajes más carismáticos y complejos de la televisión de los últimos años, cierra Mad Men, cuna de grandes actores como la magnífica Elisabeth Moss y que dibujó, desbordando el concepto de drama de época, las luces y sombras de un prestigioso publicista de pasado amargo en la década de los sesenta.