Este museo tiene cerca de 29 mil piezas en total resguardadas de las cuales mil 500 se encuentran en exhibición, cada una con una historia especial que da a conocer a sus visitantes aspectos importantes de las tres culturas que se asentaron en Veracruz; así se pueden encontrar piezas olmecas, huastecas y de las culturas centrales de la entidad que muchos consideran que son totonacas.
Ciudad de México, 22 de septiembre (SinEmbargo).- En México tenemos una gran oferta de espacios culturales y museos para dejarnos maravillar por el arte, la música o la historia de nuestro país. Uno de estos espacios es el Museo de Antropología de Xalapa en Veracruz, una institución que conjuga tradición y vanguardia y propicia la investigación, conservación y difusión del patrimonio.
La cabeza olmeca número 8 da la bienvenida al MAX, como se le dice al Museo de Antropología de Xalapa, un recinto impresionante y con una gran belleza arquitectónica que encierra 3 mil años de historia en 6 salas y cuatro patios.
Este museo tiene cerca de 29 mil piezas en total resguardadas de las cuales mil 500 se encuentran en exhibición, cada una con una historia especial que da a conocer a sus visitantes aspectos importantes de las tres culturas que se asentaron en Veracruz; así se pueden encontrar piezas olmecas, huastecas y de las culturas centrales de la entidad que muchos consideran que son totonacas.
Entre las piezas que se pueden observar, además de las famosas cabezas olmecas (entre la que destaca la número 9 porque parece estar sonriendo), están algunos tronos entre los que destaca uno en el que aparecen los guardianes de los bosques, ríos y manantiales llamados chaneques.
La distribución de los objetos del museo permite tener una visión más completa de cada uno debido al espacio abierto en la que se puede pasar incluso atrás de la mayoría para observar de mejor manera sus características y establecer una especie de dialogo con la historia. Recomendamos el recorrido guiado para conocer detalles de las sorprendentes piezas.
HISTORIA
Este lugar nació hace más de cincuenta años como el Museo Antropológico de la Dirección General de Educación. Su historia se remonta a la administración de Miguel Alemán Valdés cuando se creó una Sección de Asuntos Indígenas que después sería transformada en la Sección de Antropología por Adolfo Ruiz Cortines, y posteriormente en un área adscrita a la Dirección General de Educación. La primera sede se ubicó en la calle Hidalgo y la gente podía apreciar la colección que principalmente se componía de piezas fruto de hallazgos fortuitos.
Tras crearse la Universidad Veracruzana en 1945, esta se hizo cargo de las colecciones arqueológicas que se ubicaron en un edificio de la calle Zamora. En 1957 la Universidad Veracruzana funda un Museo, un Instituto y una Escuela de Antropología; para la creación del museo realizó un convenio con con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), con esto se agregarían al acervo materiales hallados en investigaciones promovidas por la Universidad y acopiados por el INAH.
Para 1959 la colección tenía cerca de diez mil piezas por lo que se decide construir un espacio con las condiciones ideales para este acervo, el edificio se contruyó en terrenos que los ejidatarios del Molino de San Roque donaron, ubicación actual del MAX, abrió sus puertas el 20 de noviembre 1960. Seis años después se erigió un segundo edificio para el material etnográfico que adquirió una dirección propia en 1982.
Un momento importante ocurre en 1985 cuando el Gobernador Agustín Acosta Lagunes pide demoler el edificio y construir uno más grande que cubriera las necesidades del museo. Así el arquitecto Raymond Goméz creó un proyecto de 12 mil metros cuadrados, de los cuales 9 mil son dedicados a exposición permanente; la construcción se tardó 15 meses.
Como dato curioso hay que mencionar que la forma alargada y la disposición de la colección permanente "rinden homenaje a la geografía de Veracruz", de acuerdo a su página oficial.