El pasado 7 de junio de 2019, Jorge Alejandro Ugarte Hernández, feminicida de Serymar Soto, interpuso un recurso de revisión con la finalidad de revocar la sentencia que emitió el Tribunal de Enjuiciamiento el 23 de noviembre de 2018. El sentenciado, en su solicitud de apelación, argumentó que presuntamente habían violado sus derechos durante el proceso penal.
Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).- El Tribunal de Alzada en Coahuila ratificó hoy la condena de 46 años de cárcel para Jorge Alejandro Ugarte Hernández –por el asesinato de su prometida Serymar Soto Azúa– al resolver el recurso de apelación que había interpuesto el feminicida con la intención que le revocaran la sentencia emitida en primera instancia.
Sandra Soto Azúa, hermana de la víctima, dijo que esta ratificación sienta un precedente en el estado de Coahuila en cuanto al acceso de justicia para víctimas, pues es la primera sentencia en su tipo que se resuelve en segunda instancia en dicho estado.
“Es una ‘victoria amarga’ porque nuestra pérdida es irreparable. Son avances muy dolorosos, sin embargo, en cuanto a la búsqueda de la justicia, con victorias que se deben de aplaudir, porque fincan un presente. En Coahuila no hay otra sentencia con ese grado de penalidad, e igual es la única sentencia que ha llegado hasta este medio de impugnación y que gracias a los magistrados que estudiaron el caso, que trabajaron cabalmente con el desempeño de sus funciones Serymar, se ratificó”, expresó la ahora activista, Sandra Soto en entrevista con SinEmbargo.
El pasado 7 de junio de 2019, Jorge Alejandro Ugarte Hernández, feminicida de Serymar Soto, interpuso un recurso de revisión con la finalidad de revocar la sentencia que emitió el Tribunal de Enjuiciamiento el 23 de noviembre de 2018. El sentenciado, en su solicitud de apelación, argumentó que presuntamente habían violado sus derechos durante el proceso penal.
Los magistrados José Francisco Gómez Gómez, Luis Martín Granados Salinas y Miguel Mery Ayup, integraron el Tribunal de Alzada para estudiar y analizar el caso. Hoy, el tribunal colegiado resolvió que no se violó ningún derecho al sentenciado y revalidó que Jorge deberá pasar 46 años y tres meses en prisión.
Serymar Soto Azúa, de 21 años, la menor de cinco hermanos, era una joven madre soltera que trabajaba como estilista para sostener a su pequeño hijo. La chica ahorraba dinero para adquirir equipo y poner una estética en su casa. Soñaba con establecer su propio estudio de maquillaje.
Sery, como le decían de cariño, estaba próxima a casarse. Los detalles de la fiesta, fijada para el 10 de agosto de 2017, estaban casi todos listos: el vestido, el salón, los arreglos, la música. La boda la mantenía ilusionada, quería que fuera perfecta, narró Sandra Soto.
La madrugada del 28 de enero de 2017 su prometido, Jorge Alejandro, la insultó, hostigó y la atropelló, después de una discusión. Serymar fue embestida por un vehículo que circulaba a una velocidad aproximada de entre 130 a 160 kilómetros por hora –según un peritaje–. Su cuerpo fue proyectado 100 metros hacía la cintura asfáltica.
Las heridas fueron severas. Estuvo ocho días en terapia intensiva donde fue declarada con muerte cerebral. El 4 de febrero falleció.
Una amiga de Serymar fue testigo presencial del ataque, pues iba con ella al momento de los acontecimientos. Su declaración junto con otro testimonio fueron claves para la resolución del caso.
EL CRIMEN
La noche del 27 de enero Serymar, Jorge y Nallely, una amiga de Serymar, fueron a una reunión y después acudieron a la casa de Jorge ubicada en la colonia Ciudad Nazas de Torreón a recoger unas pertenencias.
Serymar y Jorge discutieron, según declaró la amiga, quien no alcanzó a escuchar sobre qué se trataba la pelea. La testigo sólo alcanzó a oír que él la insultaba y ella no le respondía.
Jorge dejó a Serymar y a su amiga a unos metros de la casa de él y se retiró en su vehículo Neón color negro, después de discutir. Serymar no quiso subirse de nuevo al vehículo con Jorge por temor. “Ya sabes cómo se pone”, le dijo Serymar a su amiga esa noche, según el relato de la allegada.
Las chicas caminaron en hacía un bulevar en busca de un taxi cuando vieron de nuevo a Jorge en el auto. Pensaron que las alcanzaría para volverlas a subir y llevarlas a casa; sin embargo, el hombre comenzó a hostigarlas, le gritó groserías e insultos a Serymar.
“Ellas pasaban por la calle y él aceleró. Cuando escucharon que aceleró se metieron a un terreno, él se subió a la banqueta y se fue contra Serymar. Como quien dice la persiguió para atropellarla. Cuando la impactó, ella cayó a 100 metros en el estacionamiento de un expendio y por alguna razón él se estampó en el negocio a un lado del cuerpo de Serymar”, platicó Sandra Soto al aludir el testimonio de la amiga.
Jorge escapó de inmediato, pero los padres del prometido acudieron a la escena del ataque. Sin embargo, cuando la ambulancia llegó para trasladar a la joven al hospital, le pidieron a la amiga de Serymar que modificara la versión y que declarara que se había tratado de un accidente, pero la amiga no aceptó, según narró Sandra.
Serymar llegó al nosocomio con múltiples lesiones de gravedad que provocaron que finalmente, ocho días después, muriera.
PROCESO PENAL
Jorge Alejandro Ugarte Hernández duró seis meses prófugo de la justicia. El 10 de agosto de 2017, “justo la fecha en que sería la boda”, fue detenido en Parral, Chihuahua, donde estaba internado en un centro de rehabilitación de Alcohólicos Anónimos.
El 16 de agosto fue vinculado a proceso y el juez de control dictó seis meses para el cierre de investigación.
El proceso se alargó un año y tres meses, hasta el mes de noviembre de 2018, cuando se realizó el Juicio Oral, en donde se desahogaron todas las evidencias incriminatorias que aportó el Ministerio Públicos y las pruebas de desahogo de la defensa.
“Nosotros teníamos pruebas fuertes, las más contundentes fueron las lesiones que tenía Serymar, que eran muy graves. También, el testimonio de Nallely, que presenció los hechos. Además, hubo otra testigo que estuvo en el momento en que Jorge emprendió la huida, y esa testigo es vecina que lo conoce físicamente”, explicó Sandra Soto.
Entre las evidencias también se presentaron llamadas y mensajes de Serymar y Jorge con las que se acreditó la violencia que ejercía el feminicida contra la joven coahuilense.
Jorge Alejandro Ugarte Hernández fue declarado culpable, y el 23 de noviembre de 2018 se le sentenció.
“La Fiscalía del Estado de Coahuila logro demostrar contundentemente en el Juicio Oral que Jorge ejercía violencia física, emocional y económica previamente al feminicidio en agravio de Serymar, así como quedó demostrado también que dicho crimen que le arranco la vida a Serymar fue cometido por el sentenciado y con brutal ferocidad”, destacó la familia de la víctima.
Sin embargo, el 7 de junio de 2019, el feminicida interpuso un recurso de apelación con el objetivo de que los magistrados le revocaran la sentencia y le decretaran su libertad inmediatamente, informó Soto Azúa.
Los familiares, amigos, allegados y conocidos de Serymar temían que el agresor lograra la libertad, por la desconfianza que existe hacía la labor de las autoridades judiciales en México.
“Todas las irregularidades que vemos de pronto en los procesos, las deficiencias que tiene el sistema judicial nos hace tener mucha incertidumbre y temor como víctimas, pero hoy gracias a Dios volvió el alma al cuerpo”, platicó Sandra Soto, tras conocer la ratificación de la sentencia.
Los magistrados José Francisco Gómez Gómez, Luis Martín Granados Salinas y Miguel Mery Ayup, ofrecieron una rueda de prensa donde informaron que el sentenciado apeló a la sentencia, en lo individual y por medio de su abogado particular, así como la defensora pública, presentaron el recurso de apelación donde argumentó violaciones a su debido proceso, sin embargo, tras un análisis determinaron que no quebrantó el dedo proceso.
“Este Tribunal no advierte ninguna falta y ninguna violación a los derechos fundamentales del sentenciado; se desahogaron las pruebas conforme a derecho”, manifestó el magistrado Miguel Mery.
El magistrado Luis Martín Granados comentó que este fallo es histórico en el estado de Coahuila.
“En segunda instancia no hemos visto ninguna sentencia en feminicidio. El tipo penal –recordó– es reciente, la situación de tipificar (el feminicidio). En nuestro registro, no tenemos otra resolución que haya superado esta cifra (pena de 46 años por feminicidio)”, comentó.
EL LITIGIO PUEDE SEGUIR
“El caso aún no ha terminado, él [feminicida] tiene otro medio de impugnación, pero pues estamos casi en la recta final”, expresó Sandra Soto.
El magistrado Miguel Mery explicó que, en materia de derecho, al sentenciado le queda una etapa procesal más, que es el amparo.
"Nosotros […] el día de hoy fallamos en segunda instancia, ellos apelan a través de agravios que expresaron sobre la sentencia de primera instancia, y nosotros respondimos uno por uno [de los agravios]. Seguramente, la defensa y el sentenciado podrán recurrir a otro recurso, ante un juez de amparo, es decir, ante la autoridad federal”, expuso.
Sandra Soto destacó el luchar por redignificar la memoria de su hermana ha sido un proceso muy difícil, porque la búsqueda de verdad y justicia en México es un camino largo, y donde las familiares tienen que librar pesadas batallas legales constantemente.
“Mentalmente, las víctimas nos tenemos que preparar para buscar justicia: tener mucha paciencia, no quitar el dedo del renglón, alzar la voz en cuanto se cometan irregularidades o fallas en el proceso, y levantar la voz con cada una de las deficiencias, porque desgraciadamente siempre se busca ocultar fallas, por eso es importante siempre tener el dedo en el renglón y denunciar en caso de irregularidades”, comentó la activista.
Y añadió: “hoy no estamos aquí por obra de magia, han transcurrido dos años y siete meses muy dolorosos y muy duros. Se oye poco tiempo o parece poco tiempo para quienes no lo viven, pero es un proceso muy largo”.
Soto Azúa agregó que, pese a que están conscientes que el proceso podría seguir, aun así, espera que ojalá desista.
“Esperemos que Jorge desista de estar intentando burlarse de la justicia y que ya no haga uso de la siguiente medida de impugnación, y que le dé un poco de vergüenza, que acepté que lo que hizo estuvo muy mal y que hay que pagarlo con la sociedad”, concluyó.