La fotografía de la pobreza en México durante la administración de Enrique Peña Nieto muestra que lo que se hizo para erradicarla fue insuficiente, a pesar de los miles de millones de pesos invertidos por un Gobierno federal que, en el discurso, puso la política social como una de sus principales banderas.
Ciudad de México, 7 de agosto (SinEmbargo).- La política social de Enrique Peña Nieto, la que se enfocó en erradicar las carencias que generan pobreza a los mexicanos, tuvo un costo de 2 billones 864 mil 190 millones 303 mil 801 pesos, un monto nunca visto en ese renglón, y los resultados, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), fueron "claramente insuficientes".
Cuando llegó al poder en 2012, Peña Nieto recibió un país con 53 millones 349 mil 902 pobres y en 2018 lo dejó con 52 millones 425 mil 887, reveló el Coneval el pasado martes.
Cada año del sexenio del político priista, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) se destinaron al menos 90 partidas presupuestales para promover acciones e implementar programas que erradicaran las carencias que generan una condición de pobreza (rezago educativo, acceso a los servicios de salud, seguridad social, calidad y espacios de la vivienda, servicios básicos de la vivienda y seguridad alimentaria), pero los datos oficiales muestran que la estrategia no tuvo éxito.
A pesar de eso y del comportamiento que tuvo la línea de pobreza durante su sexenio, el costo de la política social del priista aumentó y se concentró en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la Secretaría de Economía (SE) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Por esas oficinas desfilaron funcionarios como Rosario Robles, José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Luis Miranda Nava, Rafael Pacchiano Alamán, Ildefonso Guajardo, José Calzada Rovirosa y Emilio Chuayffet Chemor.
Para su primer año de gobierno, en 2013, el monto para la política social destinado a carencias que no tuvieron resultados positivos: fue de 325 mil 844 millones de pesos. Y para el siguiente año, en 2014, creció 53 por ciento y quedó en 498 mil 579 millones de pesos.
En 2015 tuvo una ligera disminución a 478 mil 017 millones, y para 2016 nuevamente, para quedar en 461 mil 313 millones de pesos.
Sin embargo, en 2017 vuelve a dar un brinco a 524 mil 867 millones y para el último año de gobierno se dio a la partida social la cantidad más alta: 575 mil 567 millones de pesos.
El dinero se entregó a múltiples acciones a través de nueve anexos enfocados a erradicar la desigualdad de oportunidades a indígenas; para el desarrollo rural; para la igualdad entre mujeres y hombres; atención a grupos vulnerables; para la adaptación y mitigación del cambio climático; para jóvenes; para la atención de niñas, niños y adolescentes; para el combate a las adicciones y para el programa Prospera.
De los anexos se desprendieron los programas y las políticas: Programas Albergues Escolares Indígenas, el Programa de Empleo Temporal, Programa de Abasto Social de Leche a cargo de Liconsa, Pensión para Adultos Mayores, Apoyo a Jornaleros Agrícolas, Procampo, Programa Alimentario, Programa de Vivienda Digna, Programa Educativo Rural, Programa de becas, Servicios de guardería, Seguro de Vida para Jefas de Familia. Esos son algunos; en los seis años hubo 616 partidas.
Pero los resultados no hablan de éxito. Las personas con rezago educativo, pasaron de 22.6 millones a 21.1 millones de personas de 2012 a 2018. En el mismo periodo, la carencia por acceso a la seguridad social pasó de 71.8 millones de personas a 71.7 millones; de los mexicanos que registraron la carencia de calidad y espacios de la vivienda, pasó de 15.9 millones a 13.8 millones.
Sobre la carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda, ésta fue de 24.9 millones en 2012 y quedó en 24.7 millones y los carentes de alimentación fueron 27.4 millones en ese primer año de gobierno y quedaron en 25.5 millones para 2018.
El porcentaje de personas con al menos una carencia social actualmente es de 71.2 por ciento del total de la población, es decir, 89.1 millones. La población con al menos tres carencias sociales es de 18.8 por ciento, cerca de 23.5 millones de personas.
En la presentación de resultados, el Director Ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz Marcelo, señaló que en este periodo de Peña Nieto, los resultados parecen ser apenas “incipientes” o “reducidos”.
John Scott Andretta, consejero académico del Coneval, dijo que incluso hay unas variables en las que el rezago aumentó, como en salud, que tenía un avance y explicó que la mejora al menos en los últimos dos años de Peña Nieto se dio por los ingresos y el control inflacionario, no por el combate de las carencias.
"Eso muestra la tendencia, pero desde Coneval siempre hemos insistido en que los avances de millones y los porcentuales, deben ser de un mayor calibre", comentó.
Ante la pregunta de si lo hecho por Peña Nieto estos seis años funcionó solo para contener la pobreza, Fernando Alberto Cortés Cáceres, también consejero académico del Coneval, explicó que "las cifras muestran que ha disminuido la población en pobreza extrema y lo que aumentó es la población en situación de pobreza moderada, lo que quiere decir que sí ha habido movimiento dentro de la composición de la pobreza, mucha gente ha dejado de estar en la pobreza extrema y ahora es pobre moderado, aunque en la pobreza total, hay un crecimiento".