El genio de Tennesse, Quentin Tarantino, acaba de estrenar Once upon a time in... Hollywood. La película número nueve de Tarantino (los dos volúmenes de Kill Bill cuentan como una) como director y su estreno ha sido uno de los mejores de la carrera del cineasta en lo que a recaudación se refiere.
Ciudad de México, 4 de agosto (EFE).- Aunque no ha podido con el todopoderoso Rey León de Disney en taquilla, público y crítica, salvo excepciones, han alabado la cinta. En Once upon a time in... Hollywood, Tarantino retrata el ambiente de Los Ángeles de finales de los años sesenta, antes del asesinato de Sharon Tate, la mujer del director Roman Polanski, a manos de los seguidores de Charles Manson.
Las claves de esta cinta, según diversos medios, son: la sintonía entre los protagonistas -Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie-, la nostalgia de ver a Hollywood interpretarse a sí mismo, y que no se centra en el morbo de la familia Manson. Y, por supuesto, no podía faltar la fascinación de Tarantino por los pies.
De hecho, esta última es una de las características que hacen reconocible una película de Quentin Tarantino. Pero no es la única. Es difícil, incluso para quien no sea un apasionado del cine, no reconocer la firma del director.
CINCO CLAVES
La violencia y su exageración.
Para Tarantino el uso de la violencia es una manera de apelar al espectador, de conectar directamente con él. Es un recurso estético muy usado por el cineasta.
En ocasiones, lo exagerado de esas escenas las despoja de cierto realismo y, por lo tanto, resultan menos sensibles.
Reservoir Dogs está llena de violencia y, sin embargo, Tarantino decide mover la cámara en el momento de la amputación de la oreja.
Django Unchained tiene escenas brutales, cuya violencia hiere más por el significado que por lo que se ve en la pantalla, como la pelea de mandingos, tal vez la más realista.
Mujeres de armas tomar.
Las mujeres en las películas de Tarantino suelen ser personajes fuertes e independientes. El director ha dado al cine algunas de las mujeres más peleonas y valientes del cine. Sí, hablamos de Black Mamba o, lo que es lo mismo, Beatrix Kiddo, protagonista de Kill Bill como máximo exponente.
La estructura narrativa no lineal.
Los guiones de Tarantino valen su peso en oro y la estructura narrativa que usa en las historias no hace sino ensalzarlos.
Las historias del director, por norma general, no siguen una estructura lineal, no siguen un orden cronológico.
Desde abajo hacia arriba.
Los planos contrapicados son otro de los signos distintivos del lenguaje cinematográfico de Tarantino.
Desde Pulp Fiction, en la que metió la cámara en el maletero, hasta Bastardos sin gloria, en la que la colocó en el suelo, dando la perspectiva del personaje abatido, los planos contrapicados son una muesca reconocible en las balas del director.
El mediocre copia, el genio roba.
Tarantino siempre ha hecho gala de una cultura cinematográfica excepcional. Antes de ser cineasta fue espectador ávido. Aprendió cine viendo cine y eso se refleja en sus películas.
Con influencias tan dispares como las películas de Kung Fu a los Spaghetti Western, las películas de Tarantino son homenajes a otras cintas, a otros estilos, que ha sabido “robar” y reeditar para hacer un estilo que todos le atribuyen como propio.
CINCO CURIOSIDADES
La cuenta atrás de O-Re Ishii.
En la escena de Kill Bill en la que Beatrix Kiddo (Uma Thurman) se enfrenta a O-Ren Ishii (Lucy Liu), esta última le dice que espera que haya ahorrado energía, si no “puede que no dures ni cinco minutos”.
Cuatro minutos y cuarenta y nueve segundos después, Kiddo da el golpe definitivo que acaba con ella.
Los universos Tarantino.
Algunas películas del cineasta están claramente conectadas entre sí. Otras, aparentemente, no. Pero sí lo están, al menos eso aclaró el propio director poco después del estreno de The hateful eight.
“Hay dos universos separados. Está el universo más real que lo real y todos los personajes lo habitan. Luego hay otro universo de cine, así que From dusk til dawn y Kill Bill tienen lugar en ese universo cinematográfico. Básicamente, cuando los personajes de Reservoir Dogs o Pulp Fiction van al cine, ven películas como Kill Bill”, dijo.
La conexión entre las películas del universo real se dilucida a través de los nombres y de la repetición de personajes en diferentes cintas.
Por ejemplo, los policías de Death Proof son los mismos policías de Kill Bill y también en From dusk till dawn, escrita por Tarantino y dirigida por Robert Rodríguez.
Rodajes accidentados.
Se cuenta que durante el rodaje de Kill Bill, Chiaki Kuriyama, que daba vida a Gogo, la implacable joven vestida con un uniforme escolar, golpeó sin querer al director con el mangual que manejaba su personaje.
En Django Unchained, Leonardo DiCaprio, que interpretaba a Calvin Candie, rompió sin querer una copa que había sobre la mesa. El actor no detuvo el rodaje y la escena fue incluida en el montaje final.
La cartera.
La mítica cartera que aparece en Pulp Fiction, con las palabras “Bad Mother Fucker” bordadas sobre la piel marrón, era en realidad la cartera de Tarantino.
El motivo bordado era una alusión a la banda sonora de "Shaft", una serie de los setenta del pasado siglo.
El "chute" al revés.
Sin duda una de las escenas más icónicas de la venerada Pulp Fiction es la “resurrección” de Mia Wallace tras una sobredosis.
En esa escena, Vincent Vega debe inyectarle adrenalina a la joven en el corazón para salvarle la vida. Es un golpe fuerte y directo que hace despertar a Wallace con un grito ahogado.
Pues bien, tanta precisión y tanta fuerza se rodó al revés. John Travolta tuvo que emular el efecto de extraer la aguja y la jeringuilla del pecho de Thurman y luego se rebobinó la escena para que pareciese que había sido al contrario.