LA OPINIÓN

Una niña migrante de 13 años se intenta suicidar después de que EU le negara la entrada a su papá

19/07/2019 - 6:17 pm

Los médicos dicen que no se recuperará pues tiene muerte cerebral. Ahora el padre de 34 años y sus parientes enfrentan una decisión desgarradora: planean quitarle a Heydi el soporte de vida y enterrarla la semana próxima en un cementerio de Long Island, a casi 2 mil millas de la ciudad en el noroeste de Honduras donde creció.

Ciudad de México, 19 de julio (RT).- Con apenas 13 años de edad, Heydi Gámez García yace en una cama en el hospital pediátrico Cohen, en Queens (NYC), rodeada de animales de peluche, cubierta por líneas intravenosas y un tubo de respiración.

Su padre, Manuel Gámez, acaba de llegar a la ciudad y encontró a su única hija con muerte cerebral, tras un intento de suicidio en casa de su tía en Long Island.

Los médicos dicen que no se recuperará. Ahora el padre de 34 años y sus parientes enfrentan una decisión desgarradora: planean quitarle a Heydi el soporte de vida y enterrarla la semana próxima en un cementerio de Long Island, a casi 2 mil millas de la ciudad en el noroeste de Honduras donde creció.

Durante cuatro años, padre e hija estuvieron separados, desde que él la envió a EU para evadir la violencia en su país, después de que el abuelo fuese asesinado a tiros por miembros de una pandilla Mara Salvatrucha (MS-13).

Gámez trató repetidamente de unirse a ella en EU, pero siempre fue rechazado por las autoridades de inmigración. Abatida por la espera, Heydi intentó ahorcarse a principios de este mes.

Tras conocerse la noticia, los oficiales de inmigración otorgaron a Gámez, detenido en un centro en Houston, una libertad condicional humanitaria de 14 días “para atender los asuntos del fallecimiento de su hija” en Nueva York, según una orden de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Debe regresar a Texas el 27 de julio para enfrentar la tercera deportación de su vida.

La búsqueda de Gámez de unirse a su hija en los suburbios de Nueva York es anterior a la postura de línea dura migratoria del gobierno de Trump, destacó CNN.

En abril de 2016, agentes de la Patrulla Fronteriza lo recogieron cerca de McAllen, Texas. Fue deportado a Honduras al mes siguiente, pues las autoridades de inmigración concluyeron que la base de su solicitud de asilo no era creíble.

Intentó nuevamente en septiembre de 2017, pero fue detenido cerca de Santa Teresa, Nuevo México, precisó ICE en un comunicado. Fue declarado culpable de reingreso ilegal y enviado a Honduras por segunda vez ese noviembre.

En los últimos meses, el sueño de Heydi de reunirse con su padre comenzó a desvanecerse. En diciembre trató de cortarse la muñeca en la escuela y la llevaron a un hospital para una evaluación psiquiátrica, dijo su tía paterna, Jessica Gámez, de 32 años.

Heydi estuvo viendo a un terapeuta hasta hace unos dos meses, e incluso habló de regresar a Honduras para estar con su padre. La niña dijo que su “vida no tenía sentido” sin él.

También soñó convertirse en abogada para ayudarlo.

“Siento que no la cuidé bien. Como si le hubiera fallado de alguna manera”, se lamenta Jessica, quien hospedaba a Heydi en su casa en Bay Shore, aproximadamente una hora y media al este de la ciudad de Nueva York.

“Se suponía que tenía que protegerla”, dice. “Nunca la enviaría a Honduras. Pero nunca pensé que algo malo le pasaría aquí”.

Una noche a principios de julio, Heydi rompió a llorar ante su otra tía, Zoila, y dijo que ya no creía las historias sobre la reunión con su padre. Dos horas más tarde, fue a un armario de la casa y trató de quitarse la vida. No dejó una nota.

Una semana después, los médicos en Queens declararon su muerte cerebral.

“Traté de darle a Heydi todo lo que necesitaba. Pero su único sueño era estar con su padre”, se lamenta Jessica en el hospital.

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