La biobarda está ubicada junto al canal de navegación y los muelles pesqueros y fue colocada el 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, con el objetivo de atrapar desechos de plástico, sobre todo bolsas y botellas.
Por Sibely Cañedo
Mazatlán, 23 de junio (Noroeste).- A solo 15 días de haber sido instalada en el Puente Juárez, la biobarda para contener residuos plásticos fue objeto de una acción delictiva, pues entre viernes y sábado fue robada la mitad de la estructura, elaborada a base de materiales desechables, principalmente de botellas PET y redes de pesca.
La Directora de Ecología y Medio Ambiente, Loúrdes San Juan Gallardo, informó que este hecho es muy lamentable, debido a todo el esfuerzo ciudadano que hay detrás de este proyecto.
“Una mala noticia es que se robaron la mitad de la biobarda; es algo muy triste porque hubo mucho trabajo atrás, por lo pronto vamos a investigar qué pasó, pero creemos que fue un robo”, denunció.
Dado que no se han registrado lluvias ni fenómenos climáticos que pudieran haber roto el contenedor flotante, la funcionaria descarta un accidente de este tipo. Más bien sospecha de un hurto o acto de vandalismo, aunque aclaró que aún no hay información sobre los responsables.
Bajo la iniciativa de la activista Sofía Trejo, la biobarda fue colocada el 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, con el objetivo de atrapar desechos de plástico, sobre todo bolsas y botellas. Medía 42 metros de largo y contaba con una cortina de unos 50 centímetros, una medida pensada para contener los residuos, sin afectar a los peces.
Después de una semana, se reportaron buenos resultados: nueve costales de basura eran retirados cada día, y gracias a este aditamento no terminaban en el mar.
La funcionaria advirtió que para el Ayuntamiento es difícil vigilar esa zona, ya que corresponde a la jurisdicción de la Administración Portuaria Integral (API), al estar ubicada junto al canal de navegación y los muelles pesqueros.
El que corre bajo el Puente Juárez es considerado el principal dren pluvial de la ciudad. Se encuentra sobre el estero de El Infiernillo, que conecta con el arroyo Jabalines, cuerpos de agua en cuyas márgenes la población suele arrojar toda clase de desperdicios, que luego son arrastrados hacia el océano.
Por lo pronto, la dirección de Ecología analiza con el departamento jurídico del municipio si se interpondrá una denuncia penal contra quien resulte responsable por estos hechos.
“No sabemos quién puede estar interesado en dañar este tipo de proyectos, pero no vamos a parar las acciones para frenar la contaminación”, advirtió Loúrdes San Juan.