La desigualdad de género de la que habla Nina es lo que hizo que miles de mujeres empatizaran con ella. El fútbol como muchos otros deportes están masculinizados, las oportunidades que tienen las mujeres de destacar en este deporte son mínimas en comparación de sus pares hombres. El fútbol es el deporte que registra la mayor brecha salarial entre sexos.
Por Sandra de los Santos
Ciudad de México, 17 de junio (SinEmbargo).– Su voz, aunque es medio ronquita, delata su edad. Aún por teléfono se nota que es extrovertida y muy alegre. Es la primera vez que la entrevistan y se escucha emocionada por todo lo que sucedió la última semana a partir de que decidió entrar a un concurso para obtener una beca a una clínica de fútbol.
Nina M. López tiene 11 años de edad. Es originaria del estado de Nuevo León, pero, actualmente, radica en San Luis Potosí. Cursa el sexto año de primaria, juega como defensa central en un equipo de fútbol y es cinta negra en taekwodo.
Aunque nunca había hablado con la mamá de Nina, Adriana López González, y mucho menos con la propia Nina la conversación por teléfono con ellas fluyó como que si fuéramos amigas de años. La distancia de mil 200 kilómetros (ellas en San Luis Potosí y yo en Chiapas) fue una nota al pie en la plática; pero creo que eso les pasa a las miles –sin exagerar- de mujeres en México que apoyaron a Nina, la sentimos muy cercana, sentimos que algo de nosotras está en ella, nos alegramos con su felicidad.
La semana pasada se hizo viral la petición para apoyar a Nina M. López para que obtuviera una beca a una clínica de fútbol en San Luis Potosí. Ella era la única mujer que estaba compitiendo en el concurso que lanzó una revista de aquel estado. Ganaría quien más votos consiguiera.
Como que si se tratara de una “batiseñal” lanzada desde el centro-norte del país todas las feministas (de todos los feminismos, incluidas las que no se reconocen como tal) respondieron al llamado. No solo votaron por ella, compartieron en sus redes, organizaron cuadrillas virtuales para vigilar la competencia y pedir más votos, etiquetaron a personajes conocidos para que la solicitud se hiciera más viral fue así como hasta el director mexicano Guillermo del Toro terminó tuiteando sobre el tema.
-¿Les quieres mandar a decir algo a quienes votaron por ti?
- ¡Claro! Agradecerles a todas las mujeres que votaron por mí, a mi familia que también estuvo pidiendo votos. Yo no estoy de acuerdo con la desigualdad que hay en el fútbol, ¿Por qué no le pagan lo mismo a las de la selección mexicana femenil? Si es el mismo deporte, es el fútbol. Todos deberíamos de tener las mismas oportunidades.
La desigualdad de género de la que habla Nina es lo que hizo que miles de mujeres empatizaran con ella. El fútbol como muchos otros deportes están masculinizados, las oportunidades que tienen las mujeres de destacar en este deporte son mínimas en comparación de sus pares hombres. El fútbol es el deporte que registra la mayor brecha salarial entre sexos.
Por si había alguna duda de la desigualdad entre hombres y mujeres en los concursos deportivos a la par que en redes se virilizaba la solitud de apoyo a Nina también se difundía la noticia que la marca Vans premiaría con 100 mil pesos al hombre ganador de su concurso “Vans Royal Side Stripe”, pero en la categoría femenil la ganadora del primer lugar solo obtendría 12 mil pesos. La crítica los obligó a igualar los premios.
Nina empezó a jugar fútbol a los cinco años en las calles de su colonia en Nuevo León “jugábamos descalzos y regresaba con los pies todos manchados de negro, café o amarillo ya ni sé qué color eran”. Después se incorporó a jugar en equipos infantiles en donde la mayoría de veces le ha tocado ser la única mujer en el grupo. Solo en una ocasión ha jugado en un equipo femenil, se llamaban “brujas”.
Cuando le pregunto a Nina a qué equipo le va me dice con certeza que a ni uno, “lo chido del fútbol está en jugarlo” me dice como quien señala algo obvio. A ella no le interesa la liga mexicana, la de campeones o alguna otra, lo que le llama la atención es lo que pasa en la cancha en la que juega, en la que ella patea el balón.
Ha practicado diferentes deportes desde que estaba más pequeña como nado sincronizado y tae kwo do, pero el fútbol ha sido lo que más le ha llamado la atención al grado que dice que cuando sea grande le gustaría ser futbolista profesional o piloto, solo el 3 por ciento de personas que conducen un avión son mujeres, pero ahora Nina no piensa en eso, trae toda la energía que le dieron sus aliadas, en su vocabulario se escucha de manera común la palabra “chido”, está contenta con haber obtenido la beca para la clínica, y también por las cartas que ha recibido “escriben bien bonito” dice refiriéndose a los mensajes que le han mandado los colectivos feministas o mujeres a nombre propio.
Hay algo que pocas personas saben y es que Nina para entrar al concurso tuvo que meter un penal, ese fue su pase para poder ingresar y conseguir los votos. “Mi mamá me dijo tu concéntrate en meter el gol y ya luego vemos”.
Nina como su mamá están sorprendidas del apoyo que recibieron “sabía que mi familia iba a apoyar para conseguir votos, pero la verdad es que nunca imagine el apoyo de todas las mujeres, quedamos agradecidas por su voto, sus cartas, todo lo que le han dicho a ella es muy bonito porque también le dicen que no se sienta presionada, que haga lo que quiera ser, que sea feliz y eso es lo más importante” cuenta Adriana.
En el mes de julio, Nina estará en la clínica de fútbol, después de eso puede seguir cualquier cosa lo que sabe es que nunca estará sola en una cancha, que miles de mujeres la acompañan.