“La reciente elección del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha obstaculizado significativamente la implementación de la Ley General contra el Cambio Climático. Desde que asumió el cargo en diciembre de 2018, el populista de izquierda dirigió su atención y simpatía hacia el poderoso lobby de combustibles fósiles de México, apoyado a su vez por otros poderosos grupos de presión, como el cemento y el acero”, destaca un artículo de The Conversation.
Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).– La simpatía del Presidente Andrés Manuel López Obrador por los combustibles fósiles, apoyado a su vez por otros poderosos grupos de presión como el cemento y el acero, pone en duda el compromiso que México ha asumido por mantener bajas emisiones de carbono, destaca un artículo publicado en The Conversation.
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En su artículo “México avergüenza a Estados Unidos por la acción climática, pero la promesa del nuevo Presidente sobre la industria petrolera es preocupante”, The Conversation destaca que hasta ahora el trabajo que México ha realizado en la lucha contra el cambio climático avergüenza al Gobierno de los Estados Unidos por su propia inacción.
“México se ha inspirado directamente en la Ley de Cambio Climático del Reino Unido, que exige una reducción del 34 por ciento en las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero para 2020. A principios de junio, el gobierno del Reino Unido prometió un nuevo compromiso de ‘cero neto’ para 2050”, destaca el artículo firmado por Thomas L Muinzer, profesor de Derecho de la Energía en la Universidad de Dundee.
La publicación señala que buscando seguir al Reino Unido, México implementó su propia Ley General de Cambio Climático en 2012 con el asesoramiento y el apoyo de expertos británicos. “El Reino Unido ahora es reconocido como el pionero de este tipo de enfoque de marco para el cambio climático en el mundo desarrollado, con México como el portador de la antorcha equivalente en el mundo en desarrollo”.
Sin embargo, el artículo alerta que la lucha emprendida por México en materia del cambio climático podría cambiar en este nuevo Gobierno.
“La reciente elección del Presidente Andrés Manuel López Obrador ha obstaculizado significativamente la implementación de la Ley General. Desde que asumió el cargo en diciembre de 2018, el populista de izquierda dirigió su atención y simpatía hacia el poderoso lobby de combustibles fósiles de México, apoyado a su vez por otros poderosos grupos de presión, como el cemento y el acero”, detalla Thomas L Muinzer.
Para The Conversation, el apoyo que el Gobierno está dando a Petróleos Mexicanos (Pemex) significa que la estabilidad futura de la célebre transición con bajas emisiones de carbono de México se ha puesto en duda.
“Sobre la planificación para devolver a la compañía petrolera nacional Pemex a sus días de gloria después de que la administración anterior la abriera al sector privado, Obrador dijo recientemente: ‘Vamos a rescatar esta industria que es tan importante para el desarrollo del país’. Pero esto también significa que la estabilidad futura de la célebre transición con bajas emisiones de carbono de México se ha puesto en duda”, afirma el artículo.
La Ley General de Cambio Climático, promovida en el sexenio de Felipe Calderón, fue sacudida y azotada por fuertes vientos políticos desde su inicio, considera el artículo.
“Justo cuando la Ley General estaba asentada, Calderón fue reemplazado por el Presidente Enrique Peña Nieto, quien acosado por las acusaciones de corrupción, mostró escaso respeto por las preocupaciones climáticas y pudo aprovechar una de las grandes deficiencias de la Ley General para crear una cultura de inercia climática, un abismo enorme entre la ley en sí y su implementación. En otras palabras, la ley fue prescrita pero las políticas específicas necesarias para lograr menores emisiones de carbono no lo fueron”, refiere.
A pesar de las fallas de la legislación, dice Thomas L Muinzer, el esquema mexicano establece un ejemplo positivo para el mundo en general. “Un número creciente de países se está inspirando en el serio compromiso que México y el Reino Unido han hecho con los problemas del clima al esforzarse por implementar su propia versión de estos actos de cambio climático”.
Sumado a esto, agrega, unos meses antes de que Obrador asumiera el cargo una enmienda reforzó ligeramente el marco mexicano para adecuarlo a los requisitos del Acuerdo internacional de París. “Así que todavía hay mucho de qué sentirse optimista”.
De acuerdo con la publicación, se espera que la administración de Obrador reconozca que valorar y actuar en el marco pionero e importante de México comienza en casa. “Esto permitirá que continúe el flujo de financiamiento verde internacional hacia México desde el Reino Unido y otros importantes financiadores estatales. Si no, el Reino Unido buscará en otra parte una nación en desarrollo para apoyarlo en su compromiso de luchar contra el cambio climático”, sentencia.