El reciclaje se ha convertido en una actividad que cada vez más personas, gobiernos y empresas han implementado como una medida para coadyuvar a la lucha contra el cambio climático.
Ciudad de México, 16 de mayo (SinEmbargo).– Los efectos producidos por el cambio climático han provocado que en los últimos años el tema del reciclaje sea una prioridad para los gobiernos, empresas y ciudadanos.
En febrero pasado, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) avaló una guía para ayudar a las empresas a mitigar sus desechos plásticos, mediante estrategias dirigidas a un uso responsable del producto y su sustitución por materiales más sostenibles.
El informe “No al plástico en la Naturaleza: Una guía práctica para el compromiso empresarial” recoge como estrategia “clave” la llamada organización para el impacto”, explicó la compañía de soluciones sostenibles McKinsey en una nota de prensa difundida por la agencia EFE.
En esta fase, las empresas han de prepararse para el éxito mediante una “alineación estratégica y una colaboración intensa pero selectiva con las partes interesadas y otras organizaciones”.
El segundo punto se centra en reducir la cantidad de plástico virgen utilizado y aumentar las tasas de recolección y recuperación a través del diseño, para ayudar a “disminuir los residuos a escala”.
La guía aconseja a las organizaciones el estudio del comportamiento de compra y el de eliminación del residuo del consumidor para “aminorar las posibilidades de que sus productos contribuyan a la contaminación”.
Además, al centrarse en los comportamientos deseados de los consumidores, las empresas podrán contribuir a hacer que “sea fácil y ventajoso para ellos decantarse por el comportamiento correcto”.
La guía recomienda también llevar a cabo un “esfuerzo adicional” para obtener contenido reciclado de “alta calidad”, con inversiones en tecnología y con colaboraciones que permitan aumentar el suministro de plástico reutilizado.
WWF recordó que la contaminación por plásticos es un problema “excepcionalmente complejo” que amenaza el futuro del Planeta y, pese a que este material no pertenece a la naturaleza, “su presencia es abrumadora y provoca un impacto ambiental, económico y social adverso” en los ecosistemas de todo el mundo.
“La crisis de la contaminación plástica es de responsabilidad compartida”, ha asegurado la ong conservacionista, para quien “las acciones de las empresas pueden influir en los consumidores”, aunque es necesario un “enfoque unido y ambicioso” sobre la contaminación plástica en los próximos años.
REUTILIZACIÓN Y REDUCCIÓN DE EMISIONES
La reutilización de objetos mediante la compra de segunda mano puede ayudar a reducir la huella de carbono y la cantidad de plástico, de acuerdo con el estudio “Second Hand Effect”.
La investigación, realizada en distintas países del mundo, reportó que en México, en 2017 la compra de segunda mano permitió ahorrar 0.7 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero y 48.170 toneladas de plástico, expuso a la agencia EFE la directora de marketing de Segunda Mano México, Cristina Raunich.
Estas cifras equivalen a detener todo el tráfico de la Ciudad de México durante 19 días y al plástico necesario para producir 6.8 millones de bolsas.
Raunich explicó que para el estudio -realizado por Schibsted Media Group, en colaboración con el Instituto Sueco para la Investigación del Medioambiente (IVL por sus siglas en sueco)- se calcularon “las transacciones que se realizan durante un año y cuántos recursos se hubiesen utilizado si lo que se vendió en Segunda Mano hubiese sido nuevo”.
Asimismo, reveló que la transacción que tiene más impacto ambiental de los productos que se comercializan en el portal de Segunda Mano México es la venta de autos usados, ya que, por la cantidad de vehículos que se vendieron, se evitó la generación de 686.505 toneladas de Dióxido de Carbono (CO2).
FALTA DE CONCIENCIA SOBRE SALUD AMBIENTAL
“Lo primero que valoran es que sea de buena calidad a bajo precio”, afirmó la especialista con base en las encuestas realizadas por la empresa.
“Un 40 por ciento de la gente contestó también que sabía que la reutilización ayudaba al medioambiente”, agregó.
No obstante, la experta señala que muchas veces el consumidor “supone que lo nuevo es mejor”.
En términos de conciencia, los países europeos aventajan a los de América Latina, algo que Raunich atribuyó a que “allá llevan tratando el tema desde hace mucho más tiempo”.
“Necesitamos educación y también instrumentos desde todos los sectores de la sociedad para que la gente que quiera reducir su huella de carbono lo pueda hacer”, concluyó.
Pero más allá de eso, existen aspectos que acompañan a la construcción del concepto cultura desde hace siglos que pueden dificultar este auxilio al medioambiente que se pretende con la reutilización.
LOS JUGUETES ECOLÓGICOS
Los juguetes ecológicos son una opción cada vez más extendida porque "contribuyen a frenar el deterioro del planeta, reducir la presencia de residuos plásticos e impulsar el uso de materiales perdurables en el tiempo, como la madera", aseguraron a EFE varios expertos del sector.
Juguetes fabricados con madera sostenible o algodón orgánico, crayones de aceite de soja, lápices de cera de abeja, barnices a base de agua, manualidades con aromas y colorantes naturales o plastilinas de origen vegetal son productos cada vez más fáciles de encontrar en el mercado para ayudar a la infancia a adquirir una visión ecológica del mundo.
“Si acostumbramos a los niños a disfrutar con este tipo de productos, les educamos sin esfuerzo en valores ecológicos”, señaló Nathalie Rodríguez, propietaria de la juguetería cien por cien ecológica Kamchatka.
Esta tienda madrileña distribuye también juguetes de plástico “pero confeccionados con material reciclado, como los de la firma estadounidense Greentoys -Juguetes Verdes es su traducción literal-, que utiliza además coloraciones minerales, embalaje biodegradable y tintas vegetales“.
Sin embargo, los preferidos de Rodríguez son los productos elaborados con madera procedente de bosques con certificación FSC (Forest Stewardship Council, el Consejo de Administración Forestal), un sello que garantiza la correcta gestión de recursos forestales.
El uso de maderas originales de plantaciones sostenibles de nogal, haya o abedul también ha aumentado en los últimos años en lo que se refiere a la construcción de mobiliario infantil, indicó a EFE la directora del fabricante ChinPum, Teresa Campe.
Es un sector que “en países como Francia o Austria está funcionando muy bien, aunque en España cuesta más la expansión por la competencia de las grandes marcas”, aclaró.
Las pinturas y los barnices ecológicos, la cera natural de abeja, miraguano y carnauba, sin disolventes tóxicos ni siliconas añadidas, son los acabados que esta empresa emplea en sus productos.
Otra compañía española dedicada al diseño y la producción de juguetes ecológicos es Wodibow, que trabaja con la premisa de “que haya algo de madera y nada de plástico” según su director Pablo Saracho.
Sus productos no sólo están fabricados con madera certificada de gestión responsable, sino coloreados con tintas naturales, con la idea de que “tanto niños como adultos aprendan a la vez que estimulan su imaginación”.
Plant Toys comercializa desde caleidoscopios a cocodrilos rodantes, pasando por cohetes y canguros bailarines elaborados con madera extraída de árboles demasiado viejos para hacer caucho al tiempo que participa en un programa de reforestación que ha plantado 40.000 árboles en los últimos ocho años.
La estadounidense Green Toys ofrece una gamma de juguetes clásicos como camiones, tractores o cocinitas a base de plástico reciclado obtenido esencialmente de antiguos botes de leche, mientras que la holandesa Ikonic Toys reinventa los clásicos trenes y las carreras de coches con sabor a madera y cuidado diseño.
–Con información de EFE