Alejandro Calvillo
26/02/2019 - 12:03 am
La obsolescencia programada de los iPhone
La acción colectiva contra Apple en Chile podría ser retomada por Profeco en México al tener esta institución las facilidades para hacerlo. Para llevar adelante una acción colectiva en nuestro país, desde una organización de la sociedad civil o desde un grupo de usuarios o consumidores, es excesivamente problemático debido a los obstáculos que se establecieron por influencia de las empresas e instituciones financieras en la ley.
Si algo contribuye al derroche e impacto ambiental, a daños en la economía de las personas y al abuso de los derechos de los consumidores, es la obsolescencia programada de los productos, el que se diseñen para que su vida sea corta y tengamos que desechar y comprar otro producto. En un mundo en que la explotación de los recursos naturales y la contaminación ha rebasado sus límites, la obsolescencia programada nos empuja aceleradamente a mayores crisis ambientales, sociales y económicas.
Una de las basuras más contaminantes y que más ha crecido en el planeta es la de los equipos electrónicos. Desde la extracción de metales preciosos utilizados en la fabricación de celulares y diversos equipos de este tipo, en países como el Congo, asociada a bandas armadas, explotación de menores y violación de mujeres (ver el documental City of Joy), hasta su disposición final altamente contaminante, que es enviada a naciones pobres, los impactos sociales y ambientales de la industria electrónica son catastróficos.
En este contexto es que se ha dado a conocer que Apple en sus prestigiados iPhones ha incorporado programas para volver sus productos obsoletos. Los iPhones suelen ser en el mercado los “teléfonos inteligentes” (Smartphone) más caros, asociados a un estilo de vida más exclusivo y a un “prestigio de la marca”. La noticia de que la empresa ha actuado, a través de actualizaciones, para volver obsoletos los productos que consumidores han adquirido, empujándolos a desecharlo y comprar un modelo más actualizado, representa una de las acciones más fraudulentas de las grandes corporaciones.
El caso lo ha destapado una organización de consumidores de Chile a través de una acción colectiva contra esta empresa. La acción colectiva presentada por la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile contra Apple en ese país señala que consumidores adquirieron iPhones de Apple que sufrían de un funcionamiento deficiente, sea por “apagados intempestivos o mostrar un funcionamiento más lento” porque la empresa Apple por medio de internet les estableció “parches”, a través de actualizaciones, para “ahogar” el funcionamiento del procesador y alentar los equipos anteriores al modelo más reciente en el mercado. De esta manera, se introducía la “obsolescencia programada” para inducir a los usuarios a dejar su modelo por uno más reciente, dentro de una marca que ha logrado fidelidad entre sus usuarios. La práctica, sin duda, fue regional porque es común, también en México, conocer que esto les ha estado sucediendo a usuarios de iPhones.
La acción colectiva contra Apple en Chile podría ser retomada por Profeco en México al tener esta institución las facilidades para hacerlo. Para llevar adelante una acción colectiva en nuestro país, desde una organización de la sociedad civil o desde un grupo de usuarios o consumidores, es excesivamente problemático debido a los obstáculos que se establecieron por influencia de las empresas e instituciones financieras en la ley. Uno de estos obstáculos es que la ley no obliga al demandado a pagar los costos legales generados a lo largo de todo el procedimiento a la organización de la sociedad civil que lo encabece o al grupo de usuarios y consumidores. Estos procesos pueden llevar años y mucho tiempo para los abogados que lo manejen. En Chile, Argentina, Perú y Colombia, al menos, cuando se gana el caso los demandados tienen que cubrir los costos del litigio. En México, los cabilderos de la industria y de la banca lograron evitar que esa obligación quedara establecida, desarmando a la sociedad civil.
Lo que la acción colectiva contra Apple en Chile está demandando, y que debería seguir Profeco en México contra esta empresa en el mismo sentido, es:
1. declarar la responsabilidad por infracciones a la Ley Federal de Protección al Consumidor por parte de Apple;
2. aplicar a Apple una multa por la infracción a cada usuario;
3. ordenar a Apple reparar los teléfonos móviles de cada usuario a los cuales se le han realizado las actualizaciones de software o reemplazar sus equipos por su costo;
4. ordenar a Apple retirar de sus ofertas de venta los equipos que tengan el defecto que motiva la acción colectiva;
5. condenar a Apple a pagar a cada uno de los consumidores afectados por sus prácticas la indemnización que se determine de acuerdo al proceso
El caso de Apple evidencia las prácticas de las grandes corporaciones si dejan de ser monitoreadas y sancionadas, la necesidad de contar con una autoridad que defienda los derechos del consumidor de forma efectiva y proactiva y de contar con un marco legal que facilite y no obstaculice, como en el caso mexicano, actuar a los consumidores y usuarios en la defensa de sus derechos. Las acciones colectivas en México requieren una reforma profunda que permita a los ciudadanos actuar en conjunto para la defensa de sus derechos y dejar de ser víctimas de las prácticas fraudulentas de un gran número de poderosas corporaciones a las que no nos podemos enfrentar de manera individual. Hasta ahora, como usuarios y consumidores, en gran medida, nos encontramos indefensos.
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