La joven fue trasladada a un hospital, donde pasó tres días en coma y tuvo que someterse a una cirugía a corazón abierto; también le diagnosticaron el síndrome de Bland-White-Garland, un defecto congénito que se caracteriza por un origen anómalo de una de las arterias coronarias, que afecta a uno de cada 300 mil recién nacidos.
Australia, 19 de febrero (RT/SinEmbargo).-En el distrito australiano de Noosa, estado de Queensland, una joven sufrió un paro cardíaco mientras hacía ejercicios en un gimnasio, pero sobrevivió gracias a un desfibrilador.
El incidente ocurrió en octubre, aunque las imágenes de aquellos hechos han sido publicados ahora. Emily Counter, de 21 años, se encontraba ejercitando en una máquina de remo, cuando de repente se detuvo y cayó al suelo.
Las personas que se encontraban en el gimnasio le brindaron primeros auxilios, y el propietario del local decidió hacer uso del desfibrilador que tenía en su botiquín. "Fue bastante aterrador, especialmente porque Emily era muy joven y saludable", recuerda Aaron Petterson, dueño del gimnasio. Al "presionar el botón [del desfibrilador] ella se levantó de un salto, como en una película", agregó.
La joven relató que no recordaba nada de lo ocurrido en ese momento. "Mucho antes de que me pasara esto, me dolía el corazón y tenía dificultad para respirar cuando corría, pero pensaba que simplemente no estaba en forma", afirmó Counter.
Emily fue traslada a un hospital, donde pasó tres días en coma y tuvo que someterse a una cirugía a corazón abierto. A la joven le diagnosticaron el síndrome de Bland-White-Garland, un raro defecto congénito que se caracteriza por un origen anómalo de una de las arterias coronarias, que afecta a uno de cada 300 mil recién nacidos.
Sin una intervención quirúrgica, la mayoría de los niños mueren en la infancia, pero Emily vivió hasta los 20 años sin saber de su condición cardíaca. Casi cuatro meses después de la operación, Counter dice sentirse como si tuviera un "corazón completamente nuevo", y los médicos le han dado el visto bueno para que retomara sus actividades deportivas. Además se ha propuesto conseguir que todos los gimnasios de Australia cuenten con un desfibrilador, ya que ese aparato puede salvar la vida en casos de emergencias.