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Seis razones por las que comer de pie es poco saludable

15/02/2019 - 12:02 am

Comer de pie es muy poco saludable, tanto por cuestiones metabólicas como posturales o incluso psicológicas. A pesar de que un estudio calcula que si comemos de pie gastamos unas 50 kcal extra, existen otros estudios que vienen a subrayar los inconvenientes de no realizar las comidas sentados, o como mínimo con el torso y las rodillas flexionadas. Comer deprisa, tragar más aire y comer en un estado de estrés son algunas de las razones para no comer de pie.

Por Jordi Sabaté

Ciudad de México, 15 de febrero (ElDiario.es/SinEmbargo).-  Ya sea porque se está en la cocina o no se dispone de demasiado tiempo, lo cierto es que muchos de nosotros tendemos a comer muchas veces de pie, en nuestra propia casa, en la barra de un bar, picoteando una ensalada rusa o unas papas, o incluso por la calle, devorando un bocadillo, una porción de pizza, entre otras. ¿Comer de pie es perjudicial para la salud?. ¿Por qué? ¿Hay alguna diferencia en nuestra manera de procesar los alimentos si comemos de pie o sentados?

Lo cierto es que hacemos mal. Comer de pie es muy poco saludable, tanto por cuestiones metabólicas como posturales o incluso psicológicas. A pesar de que un estudio calcula que si comemos de pie gastamos unas 50 kcal extra, existen otros estudios que vienen a subrayar los inconvenientes de no realizar las comidas sentados, o como mínimo con el torso y las rodillas flexionadas, que es como comían nuestros antecesores los cazadores nómadas. Y si ellos lo hacían, por algo era.

A continuación te exponemos seis razones por las que comer de pie es, además de poco saludable, una costumbre que engorda.

SE COME MÁS DEPRISA
Un estudio de 2013 de la Universidad de Chester, en el Reino Unido, que trataba de ver si al comer de pie se reduce el índice glucémico, descubrió que los participantes del mismo comían más de prisa y masticando menos, o a mayor velocidad, que los que lo hacían sentados. Como consecuencia digerían peor los trozos, mostrando mayor tendencia a las indigestiones. Además, volvían a tener hambre más pronto.

SE TRAGA MÁS AIRE
El efecto de tener hambre más pronto podría estar relacionado con el hecho de que se traga mucho aire al comer más deprisa y masticar menos, lo que propicia que el estómago se dilate en las personas que habitualmente comen de pie y, por tanto, hace que les cueste más sentirse llenas.

ES MÁS DIFÍCIL SACIARSE
Tanto por el hecho de tragar aire como por que la postura estirada no mantiene el estómago comprimido como sí lo hace la sentada, el caso es que parece ser que las personas que comen de pie tienen a hacerlo en mayores cantidades, según varios estudios. Las personas que comen sentadas, curiosamente, se sienten saciadas antes.

Comer de pie es muy poco saludable. Foto: José I. Hernández, Cuartoscuro

COMEMOS EN UN ESTADO DE ESTRÉS
Además de la cuestión postural, se cree que hay una cuestión psicológica, o al menos hormonal, que motiva que al comer de pie lo hagamos más deprisa y en mayores cantidades. La misma está relacionada con las hormonas del estrés y con nuestros antecesores, que como ya hemos dicho se cree que solían comer a resguardo en cuevas, a poder ser, y sentados o, al menos, agachados.

En esta postura se restringe la circulación, las hormonas del estrés, principalmente el cortisol, se hacen menos eficientes y nos relajamos, con lo que facilitamos una ingesta y una masticación lenta y profunda. En cambio el estar de pie permite a las hormonas del estrés llegar más fácilmente al cerebro y por tanto mantener un estado de alerta contante, es decir de ansiedad.

SE COME COMIDA MENOS SALUDABLE
Esta es una constatación estadística y no por ello menos cierta, según un estudio revelado en su día por la revista HealthDay. El mismo relaciona la excesiva presencia de la comida basura en la dieta con una serie de factores entre los cuales está el hecho de comer de pie mientras andamos por la calle o esperamos el transporte público, etc. Es decir que cuando comemos de pie, comemos comida más fácil, sabrosa y menos sana: más hidratos de carbono, más azúcares libres, más grasas saturadas, etc. En otras palabras: ensaladillas rusas, frutos, pinchos de tortilla, pizza, fideos chinos, etc. Por no hablar de dulces.

AUMENTAMOS LA RESISTENCIA A LA INSULINA
Por causa de la mayor ingesta de comida basura, rica en azúcares, aumenta la resistencia de nuestras células a la insulina y, por tanto, iniciamos el camino hacia la diabetes de tipo 2. Si bien parece ser que el hacerlo de pie podría ser útil para disminuir la variabilidad glucémica en diabéticos tras la ingesta.

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