El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez será el primer líder internacional que visite oficialmente México en la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, la afinidad política se explica porque ambos Gobiernos apuestan por "una comunidad internacional menos complaciente con las desigualdades que hay".
Por Zoilo Carrillo
México, 27 ene (EFE).- Por primera vez en décadas dos Gobiernos de izquierda coinciden en México y España con dos presidentes unidos por una sintonía política similar, a pesar de la edad que les separa y sus diferentes trayectorias políticas.
El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se convertirá el próximo miércoles en el primer líder internacional que visita oficialmente México tras la toma de posesión el pasado 1 de diciembre del izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Ello confirma la importancia de las relaciones bilaterales y también la afinidad política entre ambos que deberá confirmarse con una relación personal fluida.
Para el Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, la afinidad política se explica porque ambos Gobiernos apuestan por "una comunidad internacional menos complaciente con las desigualdades que hay".
"Hay similitudes" entre ambos mandatarios porque enarbolan el "apego a las libertades y a los derechos, y la idea de igualdad", declaró a Efe esta semana el canciller mexicano.
El decano de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Antonio Murguía, apunta en la misma dirección que ambos Gobiernos "tienen en común la preocupación por la gente que está en una peor situación económica".
No obstante, define a la izquierda de Sánchez como "una izquierda más realista e infinitamente mejor preparada" que la de López Obrador.
Desde el punto de vista mexicano se observa al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez un tanto más moderado que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de LópezObrador.
Y es que el mandatario mexicano ha sido mucho más crítico con el sistema neoliberal, postura que ha reiterado en numerosas ocasiones.
"La política neoliberal ha sido un desastre, una calamidad para la vida pública del país", aseveró el Presidente en su discurso de investidura el 1 de diciembre de 2018.
Ante este escenario, Murguía observa que es imprescindible que ambos países tengan "los pies en la tierra" a la hora de aplicar políticas sociales, pues el éxito de estas está supeditado a los recursos económicos.
"La justicia social es muy importante pero uno no puede distribuir lo que no tiene", argumenta el Presidente y fundador del Colegio Nacional de Licenciados en Ciencias Diplomáticas y Relaciones Internacionales.
Sobre la visita de Sánchez a México, Murguia señala que, más allá de la posible sintonía ideológica entre ambos, tener una buena relación bilateral es esencial para ambos países por los beneficios económicos y comerciales.
Por su parte, la doctora en Ciencias Sociales y experta en Europa contemporánea, Marta Ochman, indicó a Efe que España tiene más difícil que México aplicar políticas más distributivas en las que se auxilie a las clases populares.
Esto se debe al control por parte de la Unión Europea (UE) sobre los presupuestos de los países miembros.
Ochman agregó que el Gobierno de Sánchez "busca ciertas modificaciones en el presupuesto buscando un enfoque mucho más social que el que tuvo el Partido Popular".
Además, el auge de la extrema derecha en Europa está favoreciendo el florecimiento de voces que advierten de la necesidad de "una mayor flexibilidad fiscal para que los gobiernos puedan promover políticas más distributivas".
En el caso de México, la realidad es distinta pues la pobreza se presenta de un modo más crudo, con desequilibrios mucho más altos que en España.
Más allá de sus afinidades políticas, Sánchez y López Obrador -con una diferencia de edad de 20 años- tienen en común una personalidad definida por la perseverancia.
El mexicano insistió durante más de 12 años, concurriendo a 3 elecciones, hasta que logró alcanzar la presidencia.
Sánchez, por su parte, comenzó como opositor al Gobierno conservador del Presidente Mariano Rajoy, se presentó como candidato del PSOE a las elecciones generales de 2015 y 2016 y, tras salir derrotado, la mitad de la dirección de su partido dimitió, quedando él automáticamente destituido como secretario general del partido.
Después, el PSOE convocó unas elecciones primarias de las que Sánchez salió victorioso pese a no ser el favorito en los sondeos.
La victoria, además, llegó de la mano de un discurso abiertamente de izquierdas en contraposición al discurso neoliberal de su contrincante, Susana Díaz.
Finalmente, en 2018 alcanzó la presidencia del Gobierno de España tras presentar una moción de censura con el apoyo del izquierdista Podemos y partidos nacionalistas.
Con este trasfondo de afinidades políticas falta ahora constatar si se produce la misma sintonía personal entre ambos en la entrevista del 30 al mediodía que profundizaría aun mas las estrechas relaciones entre ambos países.
López Obrador ya mostró su reconocimiento a las relaciones con España en su trato preferencial con el rey Felipe VI inmediatamente después de su toma de posesión como Presidente el pasado 1 de diciembre.
López Obrador recibirá el miércoles 30 al Presidente español en el Palacio Nacional y después junto con sus respectivos asesores asistirán a una comida con personalidades del mundo económico, cultural y social del país.
La estancia oficial del Presidente español proseguirá con una visita al Colegio de México, fundado por los exiliados españoles que llegaron a México en 1939 y cuyo 80 aniversario se celebra este año.
Al día siguiente, Pedro Sánchez desayunará con empresarios españoles en México y recibirá a la colonia española en la residencia del embajador.