Tomó a los Dorados el 15 de septiembre y el equipo estaba antepenúltimo con tres puntos, hasta que lo llevó a disputar el partido de la Liguilla ante los Mineros de Zacatecas, el miércoles 14 de octubre. Después de las fiestas vuelve a Sinaloa, merced a un contrato de seis meses.
Ciudad de México, 26 de diciembre (SinEmbargo).- Hablar de Diego Armando Maradona (Buenos Aires, 1960) es hablar de un tema polémico, algo que todavía tiene él: poner a la gente de un bando o de otro.
Calificado como “el mejor jugador del mundo”, sobre todo cuando ganó el Campeonato Mundial en México 1986, con esos dos goles imposibles, uno de ellos que Diego describió como “La mano de Dios” y Bobby Robson, el entrenador de Inglaterra, su rival, como “la mano de un granuja”, donde está él no hay nada inadvertido. Es curioso, con casi 60 años, sigue encendiendo todas las discusiones y donde trabaja, ahí van los medios, a los que él no atiende pero siempre da señales para ocupar la primera plana de los periódicos.
Cuando se supo que como técnico iba a dirigir a los Dorados, de la Liga de Ascenso, en Sinaloa, muchos memes y bromas se dijeron a propósito de su arribo. Lo cierto es que los pobladores de allí lo recibieron con tanto cariño que Maradona no se quería ir y lo cierto es que él, como entrenador, por rabia, por ira, por orgullo, siempre consigue resultados.
Tomó a los Dorados el 15 de septiembre y el equipo estaba antepenúltimo con tres puntos, hasta que lo llevó a disputar el partido de la Liguilla ante los Mineros de Zacatecas, el miércoles 14 de octubre.
En Culiacán, donde el dueño del equipo es Jorge Hank, Maradona se alojaba en el hotel Lucerna. Luego de estar de vacaciones en su natal Argentina regresará Maradona a su equipo, por un contrato de seis meses, con algunas bajas en su cuerpo técnico, con algún peligro que su capitán, Gaspar Servio, se vaya a las órdenes de Matías Almeyda, nuevo entrenador de San José Earthquakes.
En Sinaloa es muy amable, aunque sale poco a la ciudad y lo que dice la gente que lo ha contratado –a pesar de que en esta temporada se le aumentará el sueldo- que él no vino por dinero.
Maradona tiene artritis avanzada, sus rodillas no tienen cartílago y se chocan entre sí.
El médico colombiano Germán Ochoa, entrevistado por TN, dijo que la única solución es “operarse las rodillas, pero requeriría de un tiempo largo de recuperación, situación que no sería aceptada por el ex futbolista”.
Anda casi agachado por las dificultades para caminar, pero no ha abandonado su carácter explosivo, su simpatía y sus críticas a los dirigentes de la FIFA, de la AFA, a los Gobiernos neoliberales, a defender a Nicolás Maduro (Presidente de Venezuela) y a Cristina Kirchner (Ex Presidente de su país).
Su personalidad es atractiva y mueve millones. Los Dorados aumentaron el 70 % la venta de sus camisetas y todos su partidos se transmiten a toda América por ESPN.
¿QUIÉN ES MARADONA A SUS 58 AÑOS?
Nació el 30 de octubre de 1960. En el contexto futbolístico internacional posee facetas complejas y contradictorias a más no poder.
Al mando de la selección de Argentina, en 2008, se clasificó (angustiosamente) para el Mundial de Sudáfrica y quedó eliminado en cuartos de final ante Alemania (4-0). En total dirigió 24 partidos, con 18 triunfos y 6 caídas y todavía hay personas que lo piden para que esté al frente del equipo mayor de Argentina.
En algo se parece a nuestro Miguel “Piojo” Herrera, pone sangre, fervor y apasionamiento, en un futbol que hoy requiere tal vez más planificación y análisis matemático.
También se parece al pentapichichi Hugo Sánchez, que como técnico de Los Pumas de la UNAM tuvo una actuación victoriosa en las temporadas 2000 y 2001, fracasó rotundamente al frente del seleccionado tricolor y en el 2009 fue destituido de su puesto como entrenador del equipo español Almería al que dejó en el decimoséptimo lugar de la tabla.
Cuenta la leyenda que Hugo, cuando dirigía los destinos del primer equipo mexicano, le pasaba a los jugadores los videos de sus formidables actuaciones en el Real Madrid, donde hizo gran parte de su maravillosa carrera deportiva, como si en el ponerse como ejemplo de la excelencia futbolística pudiera lograr una especie de contagio entre sus dirigidos.
En este punto, donde el ego se encuentra con la historia, es donde reside la diferencia sustancial entre Sánchez y Maradona como entrenadores y no precisamente porque el argentino ostente una modestia proverbial frente al divismo que caracteriza a su colega mexicano. En una competencia por quien es más pagado de sí mismo, ambos pelearían férreamente el primer puesto, de eso no cabe duda.
Lo que parece haber entendido el ex jugador albiceleste es que para poder llevar hasta lo alto los destinos de un grupo, hace falta muchas veces sacrificar la individualidad propia por más fulgurante e irrefutable que esta sea.
Hoy, a diez años de su participación como entrenador de Argentina, Diego Maradona, que según el periodista John Carlin en el diario español El País, “si no existiera, habría que inventarlo”, se juega desde abajo su puesto de técnico.
Cuánto hay de táctica, cuánto de estrategia, si entrena mucho o poco, si ensaya muchas jugadas de pizarrón, si es un técnico inspirado o si su valor reside en defender en forma casi animal a los suyos, es algo que hoy se discute en los foros de aficionados al balompié.
Con Maradona ganan la magia, la inspiración y la poesía futbolera una vez más.
Sin embargo, Maradona es y será una figura compleja, contradictoria, que cultiva mucha devoción, pero que también cosecha grandes oleadas de odio por parte de gran parte de la sociedad.
Lo que también es cierto que para él la vida es sólo futbol y futbol. Con lo bueno y lo malo que tiene ese hecho.