Al contrario de la riqueza biológica que aporta el cromosoma X femenino, el Y masculino sólo "contiene algunos pocos genes diferentes de aquellos que crean características sexuales secundarias como los genitales masculinos y el vello facial y no es necesario para la supervivencia".
Los Ángeles, EU, 17 de diciembre (EFE).- Un cromosoma X es posiblemente "el secreto" de la mayor longevidad femenina, pues contiene numerosos genes relacionados con el cerebro y es crucial para la supervivencia, según un estudio publicado hoy.
El informe, presentado por la Universidad de California San Francisco (UCSF), atribuye al segundo cromosoma X que las mujeres tienen en relación con los hombres, la posible causa de la longevidad femenina y otras ventajas fisiológicas.
El cromosoma Y del hombre tiene pocos genes cerebrales y no es esencial para sobrevivir, señaló el estudio.
Basado en experimentos con ratones, los científicos analizaron los efectos en mamíferos hembras de poseer dos cromosomas X, en comparación con los machos que sólo poseen uno y otro Y.
Al contrario de la riqueza biológica que aporta el cromosoma X femenino, el Y masculino sólo "contiene algunos pocos genes diferentes de aquellos que crean características sexuales secundarias como los genitales masculinos y el vello facial y no es necesario para la supervivencia", dice la publicación.
"Durante mucho tiempo hemos pensado qué causa la longevidad femenina", señaló la investigadora Dena Dubal, profesora asistente de neurología en UCSF y autora principal del estudio, publicado hoy en la revista científica Aging Cell.
"Podemos imaginar que la naturaleza ha llevado a las hembras a evolucionar de esta manera. Cuando vives más tiempo puedes asegurar el bienestar de tu prole y posiblemente el de sus descendientes", señaló Dubal.
Los investigadores compararon ratones de laboratorio con cuatro diferentes combinaciones de cromosomas y gónadas (órgano formador de gametos masculinos o femeninos), las dos que se encuentran en la naturaleza -XX en ovarios y XY en testículos- y otras dos creadas en laboratorio.
Al manipular un gen, las combinaciones originaron cromosomas XX implantados en testículos y cromosomas XY en ovarios.
"Los ratones eran genéticamente idénticos, excepto por sus cromosomas sexuales pero todo lo demás, incluido el medioambiente, era el mismo", recalcó la investigación.
El mayor tiempo de vida fue logrado en aquellos ratones con cromosomas XX en sus ovarios, que superaron el promedio de vida de 21 meses y alcanzaron incluso los 30 meses.
Los genes XX implantados en gónadas evitaron la muerte prematura de los animales, pero sólo extendieron su vida en uno o dos meses.
"Para una mayor vida útil, los ratones necesitan tener ovarios con dos cromosomas XX, según el orden natural", resumió Iryna Lobach, profesora asistente de epidemiología y bioestadística de UCSF y coautora del informe.