Diez mujeres declararon el pasado viernes que sufrieron abusos sexuales mientras eran atendidas por Joao de Deus y denunciaron al médium en el canal de televisión Globo, pero desde entonces las denuncias se han multiplicado y hasta incluyen a algunas que eran menores de edad en la época de los supuestos abusos.
Río de Janeiro, de 13 diciembre (EFE).- El médium brasileño Joao de Deus, denunciado por más de 200 mujeres por abusar sexualmente de ellas mientras las atendía en tratamientos espiritistas, apareció hoy por primera vez en público desde que surgió la polémica y afirmó que es "inocente".
Diez mujeres declararon el pasado viernes que sufrieron abusos sexuales mientras eran atendidas por Joao de Deus y denunciaron al médium en el canal de televisión Globo, pero desde entonces las denuncias se han multiplicado y hasta incluyen a algunas que eran menores de edad en la época de los supuestos abusos.
El médium acudió hoy al centro donde trabaja, la "Casa dom Ignacio de Loyola" en la ciudad de Abadiania, en el estado central de Goias, donde fue recibido entre aplausos por los funcionarios y dijo a los periodistas que le esperaban que es "inocente".
"Mis queridos hermanos y mis queridas hermanas, agradezco a Dios el estar aquí. Todavía soy hermano de Dios, pero quiero cumplir la ley brasileña porque estoy en manos de la ley. Joao de Deus todavía está vivo. La paz de Dios esté con vosotros", declaró.
El médium solo estuvo diez minutos en el lugar, según confirmaron sus asesores de prensa, y sufrió una crisis de presión por la que debió abandonar el centro.
El equipo especial que se creó en la Justicia para seguir el caso comenzó la investigación a raíz del testimonio de diez mujeres en un programa de televisión, aunque desde que las denuncias se hicieron públicas las acusaciones han superado las doscientas.
El abogado del médium, Alberto Toron, afirmó que su cliente niega las acusaciones y que está a disposición de la Justicia para aclarar la situación.
Joao de Deus tiene hoy 76 años y desde 1976 realiza "curas milagrosas" en una suerte de templo que fundó en la ciudad de Abadiania, al que cada mes llegan miles de personas, muchas de ellas procedentes de otros países.
El curandero se dice espiritista, seguidor de la doctrina fundada a mediados del siglo XIX por el francés Allan Kardec, y realiza unas llamadas "cirugías psíquicas", en las que utiliza sólo sus manos.
En 2012, la fama que tenía se acrecentó cuando se supo que atendía a Luiz Inácio Lula da Silva, a quien los médicos le habían diagnosticado un cáncer de laringe.