A través de un comunicado, la NFL y el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador confirmaron que el tercer juego del acuerdo existente firmado en 2016, se jugará el próximo año en el Estadio Azteca.
Ciudad de México, 19 de noviembre (SinEmbargo).- La NFL confirmó este día que regresará a México en 2019 luego de que suspendiera el juego entre Chiefs y Rams en el Estadio Azteca debido al mal estado de la cancha.
A través de un comunicado, la NFL y el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador confirmaron que el tercer juego del acuerdo existente firmado en 2016, se jugará el próximo año en el Estadio Azteca.
En el documento, la NFL detalló que el comisionado Roger Goodell mantuvo una reunión con López Obrador para llegar a un acuerdo, el cual se confirmó con el presidente de Televisa, Emilio Azcarraga.
Comunicado oficial para toda la comunidad de la NFL en México #NFLMX pic.twitter.com/HRjdGKNHur
— NFL México (@nflmx) 19 de noviembre de 2018
La fecha y hora del juego, que ayudará a centrar la atención en la importancia de la participación en los deportes juveniles, se determinará junto con el lanzamiento del calendario de la NFL la próxima temporada.
El pasado 13 de noviembre, la NFL suspendió el duelo entre los Kansas City Chiefs y Los Angeles Rams después de que las condiciones del campo no fueron las óptimas para realizarlo.
Mark Waller, vicepresidente ejecutivo de la NFL, afirmó: “Hemos trabajado de manera intensiva con los socios del Estadio Azteca. Nosotros no teníamos ninguna preocupación, pero por las lluvias y las situaciones que se dieron con el campo, preferimos resguardar la integridad de nuestros jugadores y por ello no se llevará a cabo en el Estadio Azteca”.
La NFL señaló que todo los equipos que juegan un partido de carácter internacional deben de contar con las condiciones necesarias para que el encuentro se pueda llevar a cabo, y el hecho de que el Estadio Azteca no cumpla con los requerimientos, es una contingencia que obliga a que el partido entre los Kansas City Chiefs y Los Angeles Rams se trasladó al estadio de Los Angeles Memorial Coliseum.