Originario de la Ciudad de México, Del Paso nació el 1 de abril de 1935. Estudió el bachillerato de Ciencias Químicas. Originario de la Ciudad de México, nació el 1 de abril de 1935 e hizo una trilogía de novelas que lo llevaron a la consagración: la nombrada José trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio. Aquí es recordado por escritores y periodistas.
Ciudad de México, 15 de noviembre (SinEmbargo).- Una fotografía de Laura Niembro en el Facebook lo muestra todo vestido de rojo, con unos guantes que son un primor, demostrando entre otras cosas que él era el escritor más joven de México. Ahora, con el tema de su edad, hay agencias como efe que dice que tenía 85 años, pero sus obituarios oficiales cuentan que Fernando del Paso murió ayer, a las 9 de la mañana, cuando tenía 83 primaveras.
Fue en un hospital del estado de Jalisco, donde vivía el ganador del Premio Cervantes en 2015, y las primeras expresiones de duelo por el gran escritor hicieron referencia al discurso en dicho galardón, expresado ante el rey Felipe y la reina Letizia, donde él, sin ningún pudor, denunció todo lo que estaba viviendo México:
“Las cosas no han cambiado en México sino para empeorar, continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, lo abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo. Criticar a mi país en un país extranjero me da vergüenza. Pues bien, me trago esa vergüenza y aprovecho este foro internacional para denunciar a los cuatro vientos la aprobación en el Estado de México de la bautizada como Ley Atenco, una Ley opresora que habilita a la policía a apresar e incluso a disparar en manifestaciones y reuniones públicas a quienes atenten, según su criterio, contra la seguridad, el orden público, la integridad, la vida y los bienes, tanto públicos como de las personas. Subrayo: es a criterio de la autoridad, no necesariamente presente, que se permite tal medida extrema. Esto pareciera tan solo el principio de un Estado totalitario que no podemos permitir. No denunciarlo, eso sí que me daría aún más vergüenza”, dijo.
Fernando Del Paso fue diplomático, periodista, escritor y pintor, ganador del Premio Xavier Villaurrutia, en 1966, por su primera novela, José Trigo, un vasto homenaje al lenguaje popular y los juegos de palabras.
Originario de la Ciudad de México, Del Paso nació el 1 de abril de 1935. Estudió el bachillerato de Ciencias Químicas. Originario de la Ciudad de México, nació el 1 de abril de 1935 e hizo una trilogía de novelas que lo llevaron a la consagración: la nombrada José trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio.
“Me di cuenta que para escribir es necesario escribir bien o mejor no hacerlo y que el lenguaje es por fortuna un ser vivo con el que podemos jugar y al que podemos dominar”, dijo cuando recibió la Presea Sor Juana de parte del Claustro Sor Juana, en el Instituto Cultural Cabañas.
“Fernando del Paso hirvió, destiló y condensó nuestro barroquismo, hasta volverlo traslúcido. Como piedra de papel. Y de esa operación, de esa celosía, también somos hijos todos los escritores de mi generación. ¡Que vaya a donde soñó!”, dijo el escritor Emiliano Monge, uno de los más destacados de la nueva generación, con su reciente No contar todo (Literatura Random House).
UN GRANDE ENTRE LOS GRANDES
Será raro ir a la Feria de Guadalajara y no encontrar sus trajes rayados y sus declaraciones siempre polémicas, siempre valientes. Lo que también es cierto, es que un creador tan grande no muere, quedan sus libros para siempre.
Tenía que ser durante un frente frío muy largo que se despidiera uno de los mayores novelistas mexicanos. Su aportación a la novela es tan grande como imposible de imitar. Pero sus libros son más altos que el frío.
Con la partida de don Fernando del Paso se cierra un capítulo irrepetible en la historia de la novela latinoamericana. Resulta difícil imaginar que habrá novelas más arriesgadas en cuanto al uso del lenguaje, al humor, a la imaginación y a la libertad artística.
Sólo escribió cuatro novelas en sus 83 años de vida, pero es como si hubiera creado cuatro catedrales: cada una es un logro monumental en el uso del lenguaje, de la imaginación, de la poesía y de la historia”, dice el autor Martín Solares, quien acaba de presentar su nueva novela, Catorce colmillos (Literatura Random House)
“Además de su entrañable familia, le sobreviven miles de lectores y medio centenar de personajes que encarnan el desastre de la intervención francesa, la represión de estudiantes, la miseria mexicana y la altura del lenguaje cuando está en manos de un auténtico poeta. Por lo mucho que amó y apoyó a la mayor feria del libro de Latinoamérica, no estaría mal que el premio de la FIL lleve el nombre de don Fernando del Paso. Y que le demos un abrazo a Palinuro, a Carlota, a José Trigo y a Linda Sorensen.
Una gran biblioteca de Jalisco lleva su nombre. Pero si hubiera justicia poética en este mundo, también deberían llevarlo una casa en San Francisco, una escuela de medicina en Ciudad de México, un castillo en Bélgica y una pirámide azteca”, concluye Solares.
LO POLÍTICO DE FERNANDO DEL PASO
Cuando él recibió el Cervantes, no hizo un discurso sobre el idioma, sobre la palabra, se dedicó a denunciar cómo estaba México bajo el mandato de Enrique Peña Nieto, demostrando que estaba más joven que nunca y dispuesto a expresar su palabra política, valiente.
Eso es lo que destaca el escritor Bernardo Barranco, coordinador del libro AMLO y la tierra prometida (Grijalbo)
“Él fue uno de los más grandes escritores contemporáneos, reconocido, un hombre con una trayectoria intelectual intensa, con una experiencia internacional espesa, en la medida que estuvo muchos años afuera y tuvo la enorme sensibilidad de vincular diferentes mundos”, expresó.
“El libro que más me impresionó de Fernando del Paso fue Noticias del imperio, hecha con una técnica depurada y que pues me hizo ver y sentir la historia de manera diferente. Además, fue un autor muy valiente, recuerdo con mucha gratitud cuando hace dos años, ya muy anciano y muy limitado, cuando recibió el Premio en España del Cervantes, tiene esta actitud crítica frente al sistema”, concluye.
“Se nos fue uno de los más grandes escritores de la literatura latinoamericana. Fernando del Paso supo reinventar el lenguaje con su trilogía extraordinaria, un gran mosaico de la mexicanidad. José Trigo, Palinuro y Noticias del Imperio son tres obras maestras”, afirma la periodista Sanjuana Martínez.
“Fernando Del Paso fue un autor que marcó una época. Un gran escritor de una gran madurez con sus tres memorables obras: José Trigo, Palinuro y Noticias del Imperio. Lo recuerdo con una sonrisa poniéndole sus coscorrones a Peña Nieto cuando recibió el Premio Cervantes. Un hombre del renacimiento que dibujó con palabras sus obras. Gran dibujante y pintor con su estilo preciso y claro de su imaginario con un gran trabajo del lenguaje y evidentemente mucho trabajo de investigación atrás de sus palabras”, dice el caricaturista y periodista Daniel Camacho.
“Fue un escritor que se supo refugiar en el verbo y que se arropó de la palabra. Un escritor que recoge todo el legado de José Lezama Lima de toda la riqueza de la lengua española. Es un mago de la palabra, los monólogos de Carlota son insuperables”, dice el periodista Carlos Olivares Baró.
“Pienso que Noticias del Imperio no es una novela histórica, es una novela de la invención lingüística. Su novela policial es un ejercicio muy sugerente. Sus sonetos, la biografía de Arreola, es realmente un mago de la palabra”, concluye.
ESCRITORES Y PERIODISTAS LO RECUERDAN
Hemos entrevistado a varios escritores, a varias personas admiradoras de Fernando del Paso, algo no demasiado difícil, porque como bien dice Martín Solares, en un día frío como el de ayer, se ha ido uno de los autores más amados de México.
“Hay noticias que desgarran, que rompen los relojes, que ciclopean el sentimiento. Quería y quiero a Fernando del Paso como uno de mis padres literarios, como a uno de los padres de la literatura mexicana de todos los tiempos. Adoro esa escritura móvil, crujiente y misteriosa. Esa literatura que es pregunta infinita y juego sueco.
Se ha ido, dice Laura Niembro y también Cristina Boxer.
Estaba hospitalizado, dice Leonor. Se ha ido. Einstein me mira, sonríe y toca el violín. ¿Para quién son los abrazos? Para doña Socorro, su hija, su hijo y demás familia. Para sus amigos. Para sus seguidores y para sus sueños que no se irán con él”, dice Élmer Mendoza.
"Una de las mentes más brillantes y lúcidas, un verdadero genio con tantas facetas como cualquiera de sus cuadros o cualquiera de sus libros. Contundente", dice el productor de cine Luis Albores.
"Además, con un sentido del humor insuperable. Con Don Fernando no pasaban dos minutos sin una carcajada", concluye.
“Una de las prosas más hermosas, precisas e irónicas que leí jamás, como sus atuendos”, dice Luis Muñoz Oliveira.
“Fernando del Paso da el salto cualitativo de la narrativa postrevolucionaria, una narrativa canónica, a una narrativa moderna, atrevida, amparada en la búsqueda de una sonoridad y un lenguaje que traduce la urbe, los ecos de un México que recién despierta. Me pesa mucho porque era el último bastión de una generación que apostaba por una percepción epopéyica, grandiosa, del ejercicio literario”, expresa el escritor del norte, Jesús Ramón Ibarra.
“Un trabajador incansable de la palabra a la que le rindió honor como lector, narrador, poeta e incluso como locutor. Fernando del Paso así se convirtió en testimonio de la retribución que ofrece el alfabeto a quien le ofrece lealtad sin condiciones. Pasó penurias en vida y alcanzó a vivir y despedirse como los grandes”, dice el periodista de Canal 11, Miguel de la Cruz.
“Para mí la obra de Fernando del Paso fue una puerta para entender México y el español desde otro lugar. Eso fue fundamental en mi formación como lectora. Tuve además el privilegio de conocerlo, trabajar con él y disfrutar su generosidad, su sentido del humor y sobre todo compartir su profunda convicción de que la pelea para que México avance la tenemos que dar todos; el siempre alzó su voz cuando la indignación lo rebasaba. Admiré profundamente esos gestos siempre en él”, dice Myriam Vidriales, gerente de Marketing de Editorial Planeta.
“Lo conocí yo cuando era adolescente, en Tepic. Lo entrevisté. Era un hombre encantador y sencillo. Luego conviví con él cuando trabajé en el FCE. Era un autor deslumbrante, refinado, hasta prudente, sin hacer nunca alarde de su fama ni de su importancia jamás. Finalmente en años recientes estuvimos en contacto por la permanente invitación que le hice para participar en el Festival Letras en Tepic. Por motivos de salud nunca pudo concretarse. Lamento no haberme podido reencontrar con él en la ciudad de Amado Nervo”, dice la directora de Se habla en español, Lorena Elizabeth Hernández.
“No sé que fue más entrañable e importante para mí: si el privilegio íntimo de su amistad o el privilegio aún más íntimo de su contagioso y delirante amor por el español y por la literatura”, expresa el periodista Nicolás Alvarado.
“Siento una enorme tristeza, sólo por pensar que los grandes deberían vivir para siempre. Para mí fue uno de los autores más deslumbrantes que tuvo este país. Sus libros exigentes implican un compromiso de parte del lector y que implican muchos años de esfuerzo por parte de él”, dice la novelista Beatriz Rivas.
“Es una gran excusa para releerlo y para quienes no lo han leído, lo lean por primera vez”, concluye.
“Noticias del imperio es una de las grandes novelas mexicanas, que dio vida a la gran pareja trágica de Maximiliano y Carlota a partir de una gran investigación histórica y de poesía. Escritor de novelas río. El lenguaje era su sangre”, expresa la escritora Anamari Gomís.
“No voy a dar una "opinión", sólo voy a decir que llevo tatuadas en la piel y en el corazón las palabras de su Carlota, uno de los personajes más dolorosamente entrañables de nuestra literatura”, afirma la escritora Sandra Lorenzano.
CONOCIÉNDOLO EN FRANKFURT
“Conocí personalmente a Fernando del Paso en octubre de 1992, durante la 44 Feria Internacional del Libro de Frankfurt, que ese año tuvo a México como su invitado especial.
Dicho por los críticos alemanes: el acontecimiento editorial de la participación mexicana fue el lanzamiento de la traducción al alemán de la novela Palinuro de México. La versión germana de Susanne Lange y edición de la casa Frankfurter Verlagsanstalt se dio a conocer en el marco de la mencionada feria y dio lugar a una breve gira por las ciudades de Meinz, Hamburgo, Hannover y Dusseldorf.
Ya desde entonces, se decía en Alemania –y en otros países europeos- que Fernando del Paso era uno de los tres escritores mexicanos de importancia mundial, precedido únicamente por Octavio Paz y Carlos Fuentes. Sin embargo, la crítica mexicana se mostraba reacia a reconocer los méritos literarios del autor de Noticias del Imperio, quien en otras latitudes era señalado como un renovador de la novela hispanoamericana: su inmersión en la emperatriz Carlota es notable y como se cuece aparte amerita una referencia especial”, dice la periodista cultural Patricia Vega.
“A pesar de su exitoso periplo, el regreso de Fernando del Paso a nuestro país en 1992 fue discreto, sin mayores aspavientos. El reconocimiento que recibió en México se dio, pues, de manera tardía; sin embargo el número de sus devotos lectores fue aumentando con el paso del tiempo, sin mediaciones, a través del encuentro con una obra magistral y singular. Ahora con la ausencia de su autor, la lectura o relectura de Palinuro de México se vuelve indispensable, sumergirnos en esa exploración con tintes autobiográficos en la que la medicina es el pretexto para diseccionar el lenguaje con el propósito de recrear las pasiones. Seguramente extrañaremos ese conocimiento enciclopédico a la manera renacentista de Fernando del Paso, quien consideraba que ‘el cuerpo humano es la posesión más rica que tenemos y que, al mismo tiempo no nos pertenece. Esa es la paradoja que en un momento dado se platea en Palinuro…: a pesar de que hablamos de nuestros ojos, nuestra lengua, nuestro hígado, nuestro corazón, nuestro vientre… nada de eso nos pertenece ni siquiera nuestra vida ni siquiera nuestra muerte’”, concluye.
“Fernando del Paso fue el último de nuestros novelistas gigantescos: de los que quisieron meter el mundo entero entre las cubiertas de un libro y tal vez quien llevó esa ambición más lejos y con más éxito en la literatura mexicana. Su obra parecía cerrada desde hacía tiempo y está toda disponible y cuidada y sin embargo duele su muerte; esto es señal de que su trabajo no sólo era técnicamente deslumbrante, sino que tenía una enorme humanidad, que nos atrapó y nos conmovió muchas veces”, afirma Alberto Chimal.
“Del Paso nos recordaba siempre que la novela es una empresa de paciencia, erudición, inteligencia y humor. Sus novelas tenían una teatralidad extraordinaria y eran verdaderas exploraciones. Tendremos que releer Palinuro, Noticias del imperio y darnos cuenta de que ya nadie escribirá como él, lo extrañaremos mucho”, afirma la novelista Ana García Bergua.
SU CAMINO PERSONAL, SU MUNDO
“Su obra es indispensable para literatura en habla hispana. Sus libros, su persona, su personaje, su camino personal, su mundo. Un viajero sencillo, amable, observador de la historia y preocupado siempre por México. Se va en una mañana fría de lluvia, a otro viaje, pero nos queda aquella obra acotada, pero contundente. Con un lenguaje preciso, exacto. Tuve la oportunidad de conocerlo cuando yo trabajaba en Bellas Artes, acompañarlo, ir por él al aeropuerto. Su amabilidad, la de su esposa, me deslumbraron. Un genio. Como todo genio amable y sencillo. Recuero a Rafael Tovar y de Teresa contando sobre aquel día que don Fernando, su amigo, le leyó esto, que es, a mi parecer, es uno de los comienzos más potentes de uno de los libros más importantes de la literatura. Fernando del Paso estaba comenzando a escribir un libro: "YO SOY María Carlota de Bélgica, Emperatriz de México y de América. Yo soy María Carlota Amelia, prima de la Reina de Inglaterra, Gran Maestre de la Cruz de San Carlos y Virreina de las provincias del Lombardovéneto acogidas por la piedad y la clemencia austríacas bajo las alas del águila bicéfala de la Casa de Habsburgo.” Fernando del Paso estaba escribiendo Noticias del imperio. Aquel libro que me ha acompañado siempre”, expresa el joven escritor Jonathan Minila.
“Recién llegaba a este país, hace treinta años, tuve la dicha de leer Palinuro de México; aún tengo presente el impacto que provocó en mí el virtuosismo de Del Paso, la manera de utilizar todos los registros lingüísticos, la forma en que hacía de nuestro idioma una arquitectura perfecta, incontenible, musical, voluptuosa. Recuerdo que me quedé boquiabierto. Luego, con Noticias del Imperio, simplemente confirmé que Fernando del Paso es el novelista más absoluto y total del siglo XX mexicano. Curiosamente debo decir que su novela policiaca, Linda 67, es su obra menos lograda. Se nos fue el más grande, ya todo un clásico de las letras hispanoamericanas, un ser humano de enorme calibre, además”, dice el escritor vasco Imanol Caneyada.
“Lo primero que leí del maestro Fernando Del Paso fue Palinuro de México. Fue cuando estaba en la universidad, durante un viaje por la Sierra Tarahumara y recuerdo que estaba tan asombrado por la riqueza del libro como por los paisajes de la sierra. De inmediato leí José Trigo y después me topé con Linda 67, novela que por alguna razón la crítica ha hecho aparte, pero que es una ficción policial logradísima que va de San Francisco a Cuernavaca y de regreso. Admirable combinación de disciplina y creatividad, de erudición e imaginación, podría haberse llamado Crimen y Castigo. Pocos autores trabajaban tanto sus libros en todos los niveles: desde el pulido de las frases y la sonoridad de las palabras, hasta las estructuras que sostienen toda la historia. Desde sus novelas, don Fernando sigue dando cátedra”, evoca el escritor Vicente Alfonso.
“Creo que los libros de Fernando del Paso eran ladrillos, pero no por su tamaño, si no porque porque construían la literatura mexicana. Nos quedan sus letras, pero sobre todo los escritores que educó con su prosa”, es el parecer del novelista policial Carlos René Padilla.
“Murió el último gran autor mexicano del siglo XX. Del Paso más que un autor es toda una literatura. El barroco mayor”, dice desde Alemania Antonio Ortuño.
“Cuando en la FIL de Guadalajara 2012 el maestro Fernando del Paso celebró los 25 años de la publicación de Noticias del Imperio (1987) y leyó un fragmento del famoso monólogo de la emperatriz Carlota de México, creo que al igual que Gustave Flaubert con madame Bovary, del Paso quedará unido a la Habsgurgo por siempre. Despedimos a otro enorme escritor del siglo XX y con él despedimos también una estética, una inteligencia y visión del siglo agotado. Considero que la obra de Fernando del Paso, al menos las novelas José Trigo (1966), Palinuro de México (1977) y Linda 67 (1995), tienen aún relecturas que aportar. No habrá mejor homenaje que la reedición o compilación de su obra, su lectura, su atención y memoria. Recuerdo de niña ver por días el libro Noticias del Imperio sobre el buró de noche de mi madre. Recuerdo perfecto esa portada como después la de Morir en el Golfo, de Héctor Aguilar Camín. Pasaron dos décadas para leer Noticias… y quedé impactada y avergonzada porque apenas llegaba yo a esa impresionante-monstruosa novela. Así las cosas, maestro, sospecho que no habrá otro escritor que se vista como usted, con esas corbatas, sacos y calcetines geniales multicolor. Me quedan los libros, las fotos y una nostalgia pesada por mis autores favoritos del medio siglo XX”, afirma la autora y docente Magali Velasco.
“Se acumulan los atributos de su obra. Tantos como lectores tiene y tendrá. Como los ríos de continente y contenidos de sus prodigiosas novelas”, dice el periodista Mauricio Flores.
“Nadie fue tan irreverente con la lengua, con la novela que en sus manos era dúctil como explosivo plástico. Tres clásicos instantáneos y una gran novelita policiaca. Teatro y poesía, dibujos minuciosos como su cerebro barroco. Dandi y erudito, Gourmet y sabio. ¡El último de los gigantes!”, expresa Pedro Ángel Palou.
“Palinuro es la gran novela de México, donde se busca establecer las coordenadas que nos definen como cultura”, expresa Mario Bellatin.
Adiós, Fernando del Paso.