El último avistamiento del también conocido como conejo zacatuche fue en 2003, el crecimiento urbano y las actividades agropecuarias que afectan al bosque del Nevado de Toluca, en el Estado de México, habrían acabado con la especie, de cual, desde hace décadas ya se alertaba sobre su extinción.
Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).– La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) dio a conocer que el Conejo teporingo del Nevado de Toluca está extinto. La noticia se confirmó tras la realización de una investigación realizada en 2017 por el Centro de Investigación en Ciencias Biológicas Aplicadas (CICBA).
A través de un artículo difundido en UNAM Global, se explica que desde 1996 esta especie exclusiva de México ya se consideraba en peligro de extinción y que diversas investigaciones realizadas en las década de los 80, 90 y la primera del siglo XXI ya apuntaban a su desaparición.
Los factores por los que estaba amenazada tenían que ver básicamente con los humanos. El crecimiento de las poblaciones fueron reduciendo su hábitat. La deforestación, la contaminación, los incendios forestales, el pastoreo, la extracción clandestina de madera, pastos y suelo cooperaron a que desapareciera para siempre.
Los teporingos eran además comercializados para consumo humano. Los aficionados a la cacería los mataron por decenas, sobre todo en la zona de neovolcanes del Estado de México, de donde es el actual Presidente de México, Peña Nieto.
Los conservaduristas y las acciones de Gobierno –en los hechos fracasadas– prestaron mucha atención a la vaquita; pero ahora este conejillo se ha desaparecido para siempre.
El texto explica además que debido a esto ya se esperaban este tipo de repercusiones, que además, también involucran la capacidad para captar el agua que surte a la zona Metropolitana del Valle de Toluca y a parte de la Ciudad de México.
La ausencia de esta especie en el bosque del Xinantécatl representa “un llamado de atención a la humanidad ante la falta de conservación de su hábitat”, de acuerdo con biólogos.
El teporingo estaba en peligro, como la vaquita marina. En el 2015, la población total de vaquitas era de 97 ejemplares y para 2017, perdió el 67 por ciento de su población: quedan apenas 40 ejemplares.
Todo esto sucedió con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Los ambientalistas dicen que la gestión de Rafael Pacchiano Alamán, el actual titular, significó una noche oscura para el medio ambiente mexicano. Fue con él como Secretario que el Gobierno de Enrique Peña Nieto firmó los decretos que ponen a disposición de grandes corporativos el agua.
Ahora, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ha entregado la comisión de Medio Ambiente en la Cámara de Diputados otra vez al Partido Verde, a pesar de que esa fuerza política ha sido ampliamente cuestionada en México y en el extranjero por utilizar como tema el medio ambiente cuando ha demostrado que no tiene ninguna relación con el proteccionismo.
ALERTA DESDE HACE 50 AÑOS
En 2017, el Centro de Investigación en Ciencias Biológicas Aplicadas de la UAEM se dio a la tarea de buscar el teperoringo a cargo de Octavio Monroy Vilchis y su equipo. Sin embrago, luego de seis meses de búsqueda en el Nevado, no hubo rastro.
La alerta por su extinción llevaba décadas en números rojos. En 1966 el Libro Rojo de Datos de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza ubicó el al conejo teporingo como especie en peligro de extinción, y en los 80, ya no habían registro de ejemplares, según reportaron los investigadores Alejandro Velázquez y Francisco J. Romero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco (UAM).
En 2003, el biólogo y académico de la UNAM, Gerardo Ceballos González, ya lo había considerado extinto del Nevado de Toluca, pues el último avistamiento fue este mismo año.
El teporingo medía cerca de 30 centímetros de largo y tenía una cola vestigial de unos 20 o 30 milímetros. Tenía orejas de aproximadamente 40 milímetros, más pequeñas que las de otras especies de conejos, sus primos. Pesaba apenas 600 gramos y tenía pelo corto color amarillo y negro, aunque en la superficie dorsal de las patas y algunas zonas de la cara era de color ocre. Tenía un característico triángulo de pelo rubio en la nuca.
A los teporingos eran llamados además “cuitlatepolli”, del náhuatl (“conejo de rabo corto”) o “cacatuche” (“conejo del zacate’’). También se les llama “tepolitos”, “burritos” o “volcano rabbit” y conejito de los volcanes.
Por si fuera poco, especies como el coyote y el lince, también en la lista de especies en riesgo, que se alimentaban del conejo también corren riego, según investigación realizada en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.