Para Danny DeVito aún no hay señales de descanso. El famoso actor, y también director de cine, recibió el premio Donostia del Festival de San Sebastián y dijo que no tiene planes para retirarse.
San Sebastían, España, 23 de septiembre (AP).— Danny DeVito no tiene planes de retirarse. El cineasta estadounidense, galardonado el sábado con el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián en reconocimiento a su trayectoria, confesó que no piensa mucho en planes futuros, solo deja que “lleguen las cosas tal y como vienen” a la hora de escoger un proyecto como actor, director o productor.
Son facetas que procura ejecutar con una “valentía” que, dice, desconoce de dónde le viene.
“El cine es como una caída libre, no sabes lo que te espera ahí abajo. Pero debes confiar en ti mismo”, señaló DeVito en una rueda de prensa en la que volvió a lucir el fino humor que adorna buena parte de su filmografía y sus apariciones públicas.
“Es durísimo tener que caer bien a todo el mundo”, bromeó antes de reconocer que sigue siendo “maravilloso” sentirse querido por el público. Y citó al teatro como el espacio donde mejor reconoce ese aprecio: “Ahí obtienes una respuesta inmediata por parte de los espectadores, es algo increíble”.
La versatilidad de DeVito, nominado a un Oscar a la mejor película como coproductor de Erin Brockovich (2000) y ganador de un Globo de Oro al mejor actor de reparto por la serie Taxi 20 años antes, no parece tener límites a sus 73.
Prueba de ello es la película que ha venido a promocionar en San Sebastián: la cinta animada Smallfoot.
“Me gusta hacer películas para niños. Ellos necesitan tiempo para reírse y los padres incluso más”, dijo el realizador de la recordada Matilda sobre la cinta, en la que le presta su voz al personaje protagónico de Dorglel, un joven yeti que descubre con sorpresa la presencia de los seres humanos a su alrededor.
“Ha sido una experiencia fantástica, pero también un desafío”, proclamó en referencia a los cinco idiomas (inglés, español, italiano, alemán y ruso) en los que tuvo que desenvolverse. “Fue como subir al Everest”.
En cualquier caso, aseguró que todo proyecto que escoge lo hace guiado por sus sentimientos.
“Es lo que siempre hago, ya sea cuando leo un guion, o elijo conocer a un director al que producir. Una cosa lleva a la otra”, dijo DeVito. “Me gusta dirigir, llevar un proyecto desde un principio a un final, pero también actuar y producir, resolver los problemas que surgen en una película. Es difícil decir qué es lo más me gusta. Pero creo que para salir adelante en el cine necesitas ocupar tu espacio, confiar en ti mismo y, además, tener mucha suerte”.
El artista deslizó su encanto ante los periodistas a lo largo del encuentro. Para ejemplificar su deseo de vivir en el presente y no pensar demasiado en objetivos futuros, recurrió a un vaso y una botella de agua que tenía en frente.
“Ahora voy a beber agua y verán como mantengo mi promesa”, dijo bromeando antes de emplear esos mismos elementos con un rictus más serio para criticar las políticas medioambientales del gobierno estadounidense: “Vengo de un país que le está dando la espalda a los acuerdos sobre medio ambiente. No estamos en un buen momento, y esperamos que eso pueda cambiar en las próximas elecciones. Hay que proteger el planeta”.
DeVito, quien protagoniza la serie de televisión It’s Always Sunny in Philadelphia, también elogió la programación del Festival de San Sebastián.
“No conocía mucho de este evento, pero me encanta que haya tanta diversidad de películas”, dijo. “El cine es equilibrio, es llorar y también divertirse. Y se trata, sobre todo, de disfrutar”.