Susan Crowley
14/09/2018 - 12:00 am
¿Por qué demonios decidí ser artista?
La vida de un artista es más que una inclinación, una vocación. Es por demás difícil y parece estar llena de intentos fallidos y fracasos, de noches oscuras y frustración más que de triunfos y aplausos. Todos escuchamos sobre los éxitos de los artistas convertidos en rock stars y sus ventas millonarias, pero también hay libros enteros que se dedican a contarnos las vidas trágicas de quien un día recibió un llamado, fue dotado con un don y decidió dedicarse a esto del arte. Lo sé desde que tuve mis primeros acercamientos a este universo, primero como estudiante de la carrera y después como maestra, consultora y ahora como curadora del grupo de residentes de zona 6 en la galería de Luis Adelantado. Cada vez que tengo contacto con un artista o acudo a una exposición, no dejo de hacerme la misma pregunta, ¿cómo logra soportar la vida que ha de llevar y no abandonarla en el intento?
La vida de un artista es más que una inclinación, una vocación. Es por demás difícil y parece estar llena de intentos fallidos y fracasos, de noches oscuras y frustración más que de triunfos y aplausos. Todos escuchamos sobre los éxitos de los artistas convertidos en rock stars y sus ventas millonarias, pero también hay libros enteros que se dedican a contarnos las vidas trágicas de quien un día recibió un llamado, fue dotado con un don y decidió dedicarse a esto del arte. Lo sé desde que tuve mis primeros acercamientos a este universo, primero como estudiante de la carrera y después como maestra, consultora y ahora como curadora del grupo de residentes de zona 6 en la galería de Luis Adelantado. Cada vez que tengo contacto con un artista o acudo a una exposición, no dejo de hacerme la misma pregunta, ¿cómo logra soportar la vida que ha de llevar y no abandonarla en el intento?
La pregunta vuelve ahora cuando nos encontramos a punto de inaugurar la primera exposición de los seis artistas. Concebido como una residencia (para artistas de entre 24 y 39 años de edad), su propósito es establecer un nexo entre los nuevos creadores y las tendencias del arte contemporáneo a nivel mundial, dar la oportunidad a quienes participan de vincularse y establecer un diálogo con un grupo de curadores encargados de asesorarlos; generar un ambiente de retroalimentación con otros artistas, además de introducir sus propuestas en un ámbito profesional, abriendo la posibilidad de establecer una alianza a largo plazo con la galería.
Esta colaboración con Luis Adelantado me ha permitido tomar el tiempo para reflexionar sobre las angustias, inseguridades, pero también los sueños y anhelos que guardan cada uno de ellos, ¿cómo vencer los múltiples obstáculos y llegar invicto a quién sabe qué lugar incierto?, ¿lograrán siquiera vivir medianamente de esto?, ¿aspiran a la fama o solo llegarán a remedo de algún artista consagrado? Apenas cruzan la veintena de años, se la están jugando a riesgo total. Los seis buscan encontrar ese lenguaje que les permitirá entrar de lleno a una carrera que parece contra el tiempo, contra los instantes de frustración y fracaso que se acumulan en el día a día. El mundo del arte está saturado, hay una oferta excesiva y una demanda que apenas cubre las expectativas de las mejores galerías y los artistas top del mundo.
Más allá de los resultados, trabajar con Fabián, Santiago, Albertine, Daniel, Jordi y Dennis ha sido una experiencia de triunfo. Creo que los seis son valiosos y que están justo frente a uno de los muchos retos que tendrán si es que en verdad son artistas y si es que deciden vivir en esto para el resto de sus vidas.
La exposición que inicia el 18 de septiembre, nos permitirá asomar a cada uno de sus cubículos de trabajo, el sitio en el que pasan horas cada semana tratando de encontrar el hilo conductor a sus ideas. El espacio expositivo es la suma de este esfuerzo diario y merece ser visitado.
Trastornos localizados pretende trazar una ruta común tomando como punto de partida la serie de relatos personales y la búsqueda permanente dentro del espacio cautivo, la exhibición nos permite adentrarnos en la práctica, en los procesos y en la cotidianidad de los seis. En esta exhibición también entran en disputa los distintos imaginarios, la inercia, la sorpresa, el tedio vital y el paso del tiempo que irremediablemente transcurre durante los meses que permanecerán uno al lado del otro. Espacio para gestionar y provocar, permitirá ver en suma las ideas, las coincidencias y las diferencias que existen entre cada uno de ellos. Respetando su individualidad, la intención de la exposición es crear un diálogo, si bien “trastornado” por la percepción particular, también sujeto a las limitantes del espacio y la convivencia.
Cada uno tiene una agenda con ideas propias, procesos en marcha y un cúmulo de accidentes que a veces resultan logros, conocerlos y centrarse en su trabajo es una buena forma de indagar en las nuevas ideas del arte.
El trabajo de Santiago Gómez se funda en los imaginarios del futuro y los modos en los que determinados objetos pueden revelar u ocultar condiciones del ser humano y su mundo. Mediante la creación de un archivo ficcional, Santiago evoca a una sociedad definida por lo precario, abocada al consumo y la manipulación de los recursos y extraviada en la confusión cultural, producto de las dinámicas de los medios masivos y la globalización.
A Daniel Evo le interesa el trance entre el pensamiento pictórico y la experimentación escénica. Tiene como eje fundamental la producción y reconfiguración de un sitio específico a partir de los objetos y los cuerpos que lo habitan. Entiende al espacio como un organismo que se autorregula, un ambiente en continua transformación en el que intervienen cuerpos individuales y sociales. Busca evidenciar las múltiples maneras de reaccionar al entorno, en tanto cuerpos, desigualdades y posiciones de poder.
Jordi Hernández, “somos una especie agonizante dispuesta al suicidio. La construcción de una narrativa es lo que forma una identidad, un criterio, nuestra noción de la realidad. Hoy estamos orillados a vivir sometidos al instante, sin ayer y sin mañana. El dolor es la mejor herramienta de memoria y buscamos someter todo rastro de él. El tiempo es el mejor maestro y sin embargo eliminamos su evidencia en nuestros cuerpos. Vivimos tiempos líquidos a punto de ebullición, el lienzo tiende a la obsolescencia; alojar la sustancia de la imagen se vuelve imposible pues ya no hay sustancia en ella por lo que ha de evadir su propósito inicial para convertirse en una manifestación del olvido. Provocar la agonía de la memoria”.
Fabián Ramírez, “habitar representa pensar espacialmente desde una contraposición entre lo interno y lo externo, lo salvaje como espacio hostil y ajeno, contra el espacio domesticado. Desprenderse de lo salvaje, ha significado para el hombre alejarse de su ser primitivo, esta distancia es la que mejor describe la pretensión humana. Si bien es cierto que esta frontera ha consolidado al individuo, a su especie y a su comunidad (fue decisiva en términos evolutivos y de conciencia), representa el origen de la fractura entre lo sensible y lo racional”.
Albertine Stahl, “Me interesa reinterpretar dos formas clásicas de la tradición pictórica: el paisaje y el retrato; los entiendo como desviados y pervertidos reflejos de la realidad. A través de un complejo proceso de apropiación y re semantización de imágenes, intento generar una percepción fragmentada, -cuestionando, combinando y replanteando en mi proceso, las nociones tradicionales de construcción de imágenes: busco que las mías sean más coherentes con el mundo contradictorio en que vivimos”.
Dennis Miranda, ha desarrollado una exhaustiva investigación autodidacta en torno a los límites del rostro. Su obra se manifiesta como huella de algo que tal vez ni él mismo puede identificar pero que intuye, su obsesión es transmitirlo a los demás. Territorio de riesgo a la vez que espacio recurrente, el papel le permite familiarizarse con todo aquello que le interesa. Habitante de espacios oscuros, intangibles, Dennis se ha acostumbrado a merodear en el instante, a explorar más allá de las apariencias, en lo evanescente; provocador constante del vacío, de la herida y del dolor. Conjetura, interpreta, convierte la experiencia en signos. Afirmación de lo vulnerable frente a la inmensidad.
Una visita durante Gallery Weekend México, nos permitirá adentrarnos en los universos que los jóvenes artistas están explorando, tal vez es una buen forma de responder a la pregunta, ¿por qué demonios han decidido ser artistas?.
@suscrowley.com
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