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Alejandro Calvillo

28/08/2018 - 12:04 am

Ministros de la Corte ante Crónica de una Infamia

Cómo puede llamarse a un proceso que inició hace, al menos, ocho años, dirigido a seguirnos ocultando a los consumidores mexicanos las características de los alimentos ultraprocesados.

Cómo puede llamarse a un proceso que inició hace, al menos, ocho años, dirigido a seguirnos ocultando a los consumidores mexicanos las características de los alimentos ultraprocesados, la llamada comida chatarra, y de las bebidas azucaradas, que son la principal causa de las epidemias de obesidad y diabetes que vivimos. Cómo llamarle al papel que han jugado instituciones como Cofepris para volver ese engaño una práctica oficial, volver el etiquetado frontal que diseño la industria y que la autoridad sabía bien que nadie entiende y que tiene criterios de azúcar que representan un riesgo a la salud, porque así lo diseño la industria, volver ese etiquetado obligatorio, parte de una supuesta política contra la obesidad.

Cómo llamarle a esta crónica que incluyó el silenciamiento de la academia, de los propios institutos de salud pública y nutrición, que no estaban de acuerdo con Cofepris, que no fueron consultados, cuando la misión de estos institutos es darle al gobierno la base científica, la evidencia, para elaborar la política pública. Cómo puede llamarse este proceso en que la autoridad hace oídos sordos a los estudios previos del INSP que indicaban que este etiquetado frontal, diseñado por la industria, no era entendible ni por los estudiantes de nutrición, cuando la autoridad recibía cartas y tenía teleconferencias con los mayores organismos de salud, como la OPS y la OMS, que le advertían que este etiquetado no era entendible y los criterios de azúcar no tenían base científica alguna.

Como llamarle a esta crónica que lleva a una sentencia de un juez que concluye, nuevamente, que este etiquetado no es entendible y contribuye a un alto consumo de azúcar, violando el derecho a la información, el derecho a la salud y el interés superior de la infancia. Cómo llamarle al acto de Cofepris de impugnar esta sentencia y que se sumara a este acto la propia Profeco, que debería defender el derecho a la información y la salud de los consumidores. Esto después que la propia exprocuradora de Profeco, Lorena Martínez, había criticado este etiquetado públicamente y señalado la necesidad de desarrollar un etiquetado de advertencia en la celebración del Día Mundial del Consumidor de 2015.

Como llamarle al boletín de prensa de Cofepris del 9 de abril de 2014 en que afirma que el etiquetado frontal diseñado por la industria y establecido por esta institución como obligatorio recogía los criterios de la OMS al tiempo que señalaba que fueron avalados por el INSP, cuando la OMS le comunicaba a esta institución en cartas internas que no eran sus criterios y el INSP se vio forzado a declarar que avalaba ese etiquetado por órdenes de la Secretaría de Salud, como claramente se ve en las posturas del INSP frente a este etiquetado en varios documentos, incluso en documentos previos a la instauración de manera obligatoria de este etiquetado.

Como llamarle a lo que hemos visto estos días en los que de manera conjunta Cofepris y ConMéxico, este último representante de la industria de alimentos y bebidas, actúan en conjunto para defender y mantener el etiquetado actual, mantener en la ignorancia y engaño a una población sumida en emergencias epidemiológicas de obesidad y diabetes. El hecho demuestra una vez más la alianza que desde hace más de cuatro años ha mantenido Cofepris y la industria de alimentos y bebidas en el caso del etiquetado frontal y, también, en la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a niños, regulaciones que diseñaron en conjunto sin consultar a los organismos del Estado cuya misión es asesorar en estas materias.

Cómo explicarle a Don Gonzalo y a tantos otros, cuando les enseñamos la cantidad de azúcar contenida en las bebidas y los alimentos que venían consumiendo por años y que los habían llevado a la diabetes, ceguera, amputaciones, diálisis; cómo explicarles las razones por las cuales nunca tuvieron información al respecto. Don Gonzalo, unos meses antes de morir, nunca perdió la esperanza de vivir por varios años más, frente al vaso medidor lleno de azúcar que le mostraba la cantidad de azúcar que consumió día tras día durante más de 20 años a través de las cocacolas que tomaba y los panecillos Bimbo que comía, nos preguntó por qué el gobierno no ha hecho nada, porque no advierte como lo hace con el tabaco, por qué la industria no dice nada en sus etiquetas. Nunca él, ni los otros, ni nadie en este país ha recibido la información sobre lo que come, sobre la cantidad de azúcar, de sal, de grasa que tienen los productos y que son la principal causa de esta epidemia.

Como llamarle a esta crónica, lo menos, la Crónica de una Infamia, la crónica de una maldad o vileza.

Una tras otra de estas afirmaciones tiene detrás un documento que confirma lo dicho y que está en el expediente que tienen los Ministros de la Corte. Demuestran el ocultamiento, la simulación, el servicio a los intereses comerciales de organismos de servicio público. Llegamos hasta la Suprema Corte porque el poder ejecutivo ha fallado y el poder legislativo ha estado también secuestrado por estos intereses comerciales sin lograr una sóla iniciativa trascendente para enfrentar estas epidemias.

Queda la esperanza en el poder judicial para que, solamente, señalé que es necesario reiniciar este proceso de elaboración de un etiquetado frontal en base a la evidencia científica, consultando a los órganos del estado creados para brindar esa evidencia, en consulta con los organismos internacionales de salud y con los expertos del país. Y que este proceso sea transparente, incluyendo la elección de la mejor opción de etiquetado frontal para la población mexicana, que le permita realizar elecciones informadas, más saludables.

La academia del país ya se pronunció sobre este asunto, queda la palabra a la Suprema Corte.

Nota: para obtener el documento elaborado por más de 30 expertos nacionales conformado como “Comité de expertos académicos nacionales del etiquetado frontal de alimentos y bebidas no alcohólicas para una mejor salud” entrara a: http://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/9615/11536

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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