“Nuestro eje rector es la cultura comunitaria”, dice Alfonso Suárez del Real, el próximo Secretario de Cultura de la Ciudad de México, según orden de la Gobernadora Claudia Sheinbaum, la primera mujer elegida democráticamente el pasado 1 de julio y la primera que gobernará la Gran Tenochtitlan desde su fundación, en 1325.
Suárez del Real habla en esta entrevista con SinEmbargo sobre cómo la capital del país, la ciudad de todos los mexicanos, perdió su esencia de comunidad en el Gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien a su parecer no entendió para qué era la obra cultural.
La ciudad, destaca, se volvió hostil para sus habitantes en el sentido de que perdió el rumbo comunitario que los Gobiernos de izquierda, desde Cuauhtémoc Cárdenas hasta Marcelo Ebrard, le imprimieron a la gestión. "Se impulsaron proyectos y programas de apoyo a la comunidad, por ejemplo, la pensión de adultos mayores. Lo que pasó en el sexenio pasado es que todos estos programas y proyectos se constituyeron en un nicho del corporativismo, del grupismo, perdieron la esencia de universalidad", dice.
Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).- Alfonso Suárez del Real (1953) es el próximo Secretario de Cultura de la Ciudad de México. Promete cambios radicales y recuperar la ciudad para la comunidad. Habla de los 307 malls que pueblan una de las urbes más pobladas del mundo y habla de esa línea que separa a Reforma e Insurgentes con la vida en la Delegación Iztapalapa.
Quiere también darle una nueva vida al Zócalo, promete festivales que quiera la gente de la comunidad y habla de la Feria Internacional del Libro del Zócalo –que ahora dirigirá Paloma Saiz Tejero- como una muestra de la cultura en resistencia que se dio frente al gobierno “pésimo” de Miguel Ángel Mancera.
El presupuesto cultural se incrementará un 30 por ciento encima de lo que está ahora, prometió crear una Feria de la Ciencia y la Tecnología, dar vitalidad al Festival del Centro Histórico –tiene que volver a las plazas públicas, dijo- y su tema central es la comunidad. “Sin ella, no habrá cultura”, expresó.
“Hubo un año perdido para la cultura en la Ciudad de México, ese fue en 2013. Cuando asumió la maestra Lucía García Noriega, que tiene una visión cultural mucho más cerca del Gobierno federal que de esta ciudad que viene siendo de izquierda desde 1997”, dice Alfonso Suárez del Real, en su despacho de la Asamblea Legislativa.
–¿Qué piensa entonces de la designación de Eduardo Vázquez?
–Él ha tenido que hacer cultura a contrapelo de la visión del gobierno. Para mí, Eduardo, no tengo reparo de decirlo, fue un secretario de la resistencia cultural. Se resistió, convenció, luchó, sobre su enfermedad estuvo su voluntad de no permitir que el sistema de Faros, que es algo que le es muy propio, cayera en calidad, sino al contrario, aspiró a tener más Faros, los va a entregar más. El programa de festivales no decayera y aportó nuevos festivales, como es DiVerso. Resistió la enfermedad y resistió a un gobierno que no entendía para qué era la obra cultural.
–¿Cómo califica usted al anterior Gobierno?
–Pésimo, aunque en cultura: de resistencia.
–¿Qué es lo que falta a nivel cultural en la Ciudad. Así, a bote pronto?
–Fundamentalmente profundizar en el quehacer de la cultura comunitaria. Nosotros tenemos una doble oportunidad. En primer término, la doctora Claudia Sheinbaum será la primera Jefa de un Gobierno Institucional en la Ciudad de México; es decir, es un Poder Ejecutivo. Es una nueva forma de asumir el cargo, porque dejará de ser una forma de Gobierno Estatutario, regido por la Ley de un rango de menor importancia a la de una Constitución que la equipara ya a un Gobernador. Segundo, el propio Congreso de la ciudad tendrá una configuración distinta: son 33 diputados uninominales, 33 de mayoría relativa y genérica, hay 33 hombres y 33 mujeres. Esto va a generar una nueva visión y una nueva realidad en la forma de construir las leyes para esta ciudad. Los derechos que nos van a permitir reconciliar a la ciudadanía con la ciudad. Una ciudad que se volvió hostil para sus habitantes en el sentido de que perdió el rumbo comunitario que los Gobiernos de izquierda, desde Cuauhtémoc Cárdenas hasta Marcelo Ebrard, le imprimieron a la gestión. Se impulsaron proyectos y programas de apoyo a la comunidad, por ejemplo, la pensión de adultos mayores. Lo que pasó en el sexenio pasado es que todos estos programas y proyectos se constituyeron en un nicho del corporativismo, del grupismo, perdieron la esencia de universalidad.
–La ciudad se volvió muy hostil en los últimos tiempos, con tantas construcciones...
–La hostilidad más fuerte fue el cambio del paradigma. Dejó de ser una ciudad de todos para ser el negocio de unos cuantos. La verticalidad del progreso urbano es una falacia. Entendible en una ciudad como Nueva York, que es una isla. Lo más grave de esto es también la invasión de otro esquema de vida que no es nuestro: el “mal”, el centro comercial. Hay 303 malls con los que cuenta el valle metropolitano. Hay 187 que se ubican en el territorio de la Ciudad de México. Hemos creado una cantidad extraordinaria de espacios comerciales que evidentemente a su vez tienen espacios de estacionamiento.
–Cuando estaba Marcelo Ebrard Casaubón uno veía grandes adelantos para la Ciudad de México, pero mucha gente decía que eran sólo en Reforma e Insurgentes. ¿Cómo se hará una comunicación con la Delegación Iztapalapa, por ejemplo?
–Fundamentalmente uno de los cambios sustantivos es que a partir del día 1 de octubre, al momento en que rindan protesta los alcaldes y sus concejos, va a haber una nueva forma de gobernar en la ciudad. Va a haber gobiernos de alcaldías que tienen perfectamente ubicados cuáles son sus grados de responsabilidad, qué les toca hacer, qué pueden hacer ellos directamente, qué deben coordinar con el Gobierno de la Ciudad de México y qué deben subordinar al Gobierno de la capital. Algo que debe subordinarse es el transporte público, la seguridad y el desarrollo urbano de las grandes vialidades. Lo de Insurgentes y Reforma tendrá que ser replicable en las avenidas o vialidades primarias que se ubican en la ciudad.
–¿Culturalmente?
–Culturalmente, cada Alcaldía va a tener su autonomía de gestión. Sin embargo, la doctora [Claudia Sheinbaum] me ha solicitado que generemos una gran red entre las alcaldías a efectos de poder establecer programas complementarios, de cooperación, de corresponsabilidad y cogestión que permitan que la cultura deje de ser una actividad centralizada.
–¿Cuál va a ser su programa?
–El principal programa va a consistir en responder a una profunda preocupación de la doctora Sheinbaum, que consiste en recuperar y rescatar el sentido comunitario de la cultura, como una expresión de garantía de los derechos culturales, de los habitantes y visitantes, de la Ciudad de México. Esto en un contexto de recuperación y de reconciliación de los habitantes y visitantes con esta ciudad. En los últimos seis años ha sido una ciudad ingrata, que no los ha tomado en cuenta, una ciudad que los ha arrinconado, que la ha dejado afuera de las visiones del desarrollo compartido. En materia de cultura fue una sociedad en resistencia que mucho encabezó Eduardo Vázquez. No sólo mostró su resistencia en cuestiones personales, sino también defendiendo el legado de gobiernos verdaderamente vinculados con la izquierda.
Nuestro eje rector es la cultura comunitaria. Claudia Sheinbaum creará 300 centros comunitarios, de innovación social o los CECIS, que son estos espacios donde la comunidad va a poder concluir sus procesos truncos, primaria, secundaria, preparatoria, con computadoras que se van a instalar en ese sitio, en cultura estaremos nosotros aportando la participación de talleristas, previamente elegidos por la comunidad, al cual acudirán los servicios de salud del Gobierno de la Ciudad, los servicios de Desarrollo Social, que permitirán la recuperación del tejido social y de un desarrollo social equitativo, universal y compartido entre los habitantes de comunidades muy desgarradas. Los festivales también serán comunitarios. Será la comunidad qué tipo de festival cultural pretende llevar a cabo. La cultura y material de la ciudad son vastísimos, la cantidad de romerías, de fiestas, en los más diversos lugares de la ciudad es impresionante y eso forma parte de nuestro patrimonio menos visibilizado.
–¿Va a tener presupuesto?
–La doctora contempla a la cultura como una serie de derechos que le asisten a quienes viven o visitan esta ciudad. El presupuesto estará teniendo un incremento importante pero que debe de ser destinado por mi administración fundamentalmente a los programas, no a la burocracia. El porcentaje va a rondar entre el 30 y el 40 por ciento por encima del presupuesto actual. Somos una ciudad quebrada por un sismo reciente, sí es verdad que tenemos que garantizar los derechos culturales, pero tenemos que priorizar los derechos de los desplazados internos, que son nuestros damnificados.
–¿Qué va a hacer con el Zócalo?
–El Zócalo es simbólico para la ciudadanía. Hoy hace 50 años, un 13 de agosto de 1968, los estudiantes llegaron e irrumpieron al Zócalo capitalino. Fue la toma del Movimiento Estudiantil. Para la izquierda esa es una imagen que nos marca a lo largo de toda nuestra vida. A partir de 1997, con el ingeniero Cárdenas, la Plaza de la Constitución vuelve a regresar a las actividades ciudadanas, tanto políticas como lúdicas como culturales. Esta administración volvió a secuestrar la plaza con una serie de actividades que nunca convocó a la ciudadanía. Tenemos ahora algunas quejas con el tema del sonido, que parece ser que daña a los inmuebles que hay alrededor, vamos a dejar que los científicos desahoguen esa parte y veremos cuáles son los usos que tendremos con el Zócalo. La plaza será la garantía de los ejercicios libertarios de los capitalinos. La plaza es nuestra, no es del Gobierno.
–¿El precio del libro es para usted importante?
–La Ley del precio único del libro es una Ley que tiene sus beneficios. Lamentablemente no pudo ser aplicada de la manera correcta. Lo que se busca es generalmente que el libro llegue no solamente a las grandes superficies, sino que el libro pudiese ser accesible a cualquier persona en cualquier punto del territorio nacional, al mismo precio. Estamos abiertos a entender las diferentes visiones y a buscar el mejor método, para garantizar al libro, que propició la circulación de las ideas.
–¿Qué va a pasar con los jóvenes? ¿Habrá grafitis, murales?
–Total y absolutamente. Los jóvenes son uno de los sectores más importantes para nosotros. Los faros son los jóvenes, a través de un sistema de educación artística mucho más fortalecido, mucho más amplio, en capacidad de recepción de alumnos. El tema del grafiti es un tema muy debatido. Hay muchos lugares y muchas instituciones que están disponibles. El grafiti es una forma de decir "esto es mío" y el Gobierno es de los jóvenes.
–¿El Festival del Centro Histórico?
–Sí, pero con una visión distinta. El día de hoy recibí la llamada de Francesca Saldívar, la directora del Festival del Centro Histórico, nos estaremos viendo a los efectos de que ella de una manera muy abierta me dijo: "A ver, maestro, conocemos a la doctora Sheinbaum, la queremos, la estimamos. A usted también lo conocemos, vámonos poniendo de acuerdo para revitalizar el Festival". La revitalización estriba en hacerlo comunitario. La comunidad del Centro Histórico forme parte activamente del Festival. Saquemos nuevamente el Festival del Centro Histórico a las plazas públicas. Me dijo: "¿por qué no?".
–¿La comunidad es su clave?
–Sin comunidad, no hay cultura.