¿Qué hacer por el presente de la humanidad y el futuro del planeta?

12/08/2018 - 12:02 am

«¿Cómo es posible —se preguntan algunos— mantener la esperanza cuando el presente es aciago y el futuro luce desolador? Las mismas voces preguntan qué impacto puede tener el comportamiento individual en resolver los problemas que nos aquejan como humanidad», escribe Blanka Alfaro de Mercy For Animals México.

Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo).- Para muchas personas, leer o ver las noticias todos los días se está volviendo una tarea triste: desastres naturales, pobreza, conflictos sociopolíticos, delincuencia, corrupción e inexplicable violencia pueblan la pantalla del televisor y ocupan múltiples páginas en los medios escritos. ¿Cómo es posible —se preguntan algunos— mantener la esperanza cuando el presente es aciago y el futuro luce desolador? Las mismas voces preguntan qué impacto puede tener el comportamiento individual en resolver los problemas que nos aquejan como humanidad.

Si bien parece haber una distancia enorme entre estos desafíos que enfrentamos como especie y lo que hacemos en nuestra vida diaria, hay un tema en el que confluyen varios de nuestros problemas y el que, paradójicamente, no ocupa la atención de la mayoría de los medios de comunicación. Me refiero a la crueldad con la que miles de millones de animales son tratados cada segundo en todo el mundo. Sólo en México, en 2016 y de acuerdo con cifras de la FAO, más de 1 mil 930 millones de animales terrestres fueron explotados como alimento. Y en términos globales, estamos hablando de más de 70 mil millones. Esto sin contar con la captura de especies acuáticas, cuya muerte se describe por “toneladas”.

Dejar de patrocinar este enorme sufrimiento es algo que todos podemos hacer si decidimos dejar a los animales fuera de nuestro plato. ¿Y qué tiene que ver esto con los apremiantes temas que señalábamos antes? Borrar las barreras que nos separan de otras especies y reconocer que, sin importar la piel que los cubre o la forma de sus ojos, todos los seres son dignos de respeto y cuidado, nos abre la puerta a un camino donde sólo la aceptación tiene cabida. Admitir que el dolor que experimentan las gallinas, los peces, las vacas, los cerdos y otros animales tiene tanto peso para ellos, como para nosotros lo tiene el nuestro, no nos deja una opción distinta a la compasión y la solidaridad.

Este cambio de actitud ya está sucediendo. Adultos empáticos, para quienes ser miembro de otra especie no es sinónimo de convertirse en objeto de todo tipo de vejaciones, están educando a los miembros de las nuevas generaciones para apreciar las diferencias y no convertirlas en pretexto para la exclusión y el abuso. Y son estos niños y niñas quienes, a su vez, están educando a otros adultos que los rodean. En mi trabajo, he tenido la fortuna de conocer las historias de estos pequeños embajadores del respeto a los animales y la no violencia. Esto me llena de esperanza y es un permanente recordatorio para todos nosotros de que las decisiones que tomamos cada día pueden convertirse en las piezas para construir un mejor futuro, uno en el que la crueldad animal no tenga lugar.

Las decisiones que tomamos cada día pueden convertirse en las piezas para construir un mejor futuro. Foto: Cortesía Mercy For Animals México

Además de abandonar este ciclo de violencia, cuando decidimos no comer animales también le estamos haciendo un favor al planeta y estamos cumpliendo con nuestra parte para que las próximas generaciones aún tengan un lugar para vivir. El terrible impacto de la explotación de animales en el ambiente tiene que ser un llamado de atención para las empresas del sector alimenticio. Las ganancias económicas no pueden seguir siendo el estándar para medir el éxito de un negocio. Y, cada vez que nosotros decidimos consumir proteína vegetal en lugar de aquella derivada de la explotación animal, les estamos enviando un claro mensaje a estas compañías: ¡el futuro del planeta nos importa!

Por último, cuando optamos por una alimentación a base de plantas, estamos contribuyendo a una distribución más equitativa de los recursos del planeta. En lugar de ser usadas para producir el alimento para los animales confinados en granjas, las hectáreas cultivadas actualmente con este propósito podrían destinarse a alimentar los más de 800 millones de personas que hoy padecen hambre.

Saber qué ponemos en nuestro plato pareciera una decisión intrascendente. Pero no lo es. Todos los días tenemos la oportunidad de ser responsables con las demás especies que habitan el planeta. Cada día podemos pronunciarnos a favor del respeto a los animales y llevar a nuestra mesa la bandera de la no violencia. Como adultos, tenemos el imperativo ético de mostrarles a quienes hace poco llegaron al mundo que otra forma de relacionarnos es posible y que en el presente podemos hacer una gran diferencia.

Blanka Alfaro
Especialista en diseño y mercadeo. Cuenta con una amplia trayectoria en el trabajo con organizaciones nacionales e internacionales de protección a los animales. Ha gestionado el rescate y el traslado de grandes felinos a santuarios en los Estados Unidos. Se desempeñó como Vicepresidenta en México y Vicepresidenta Senior del área Internacional en Mercy For Animals. Desde el año 2010 ha concentrado su trabajando en la creación y la gestión política de propuestas legislativas para mejorar la protección de todos los animales en México. Co-fundadora del primer santuario para animales de granja en México “Santuario Libres al Fin!”, Co-fundadora y Directora Ejecutiva de Liberum.
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