Ese espíritu incansable de Francisco Toledo, además de sus virtuosas manos, se reflejan en las 21 obras que están a la venta en la galería y en las que utilizó técnicas como el aguafuerte, agua tinta y punta seca, con ediciones muy cortas, entre 10 y 15 reproducciones, alguna con 20, de sus lúdicos y poderosos grabados.
De la serie, nueve de ellos abordan el tema del terremoto y casi todos están creados a partir de su experiencia en una hamaca, una red que sirve como cama colgante y utilizada prácticamente en toda América Latina.
Por Juan Manuel Ramírez G.
México, 5 ago (EFE).- La necesidad de expresión del artista mexicano Francisco Toledo (Juchitán, Oaxaca, 1940) ha sido el motor que, desde joven, ha impulsado su creatividad. Y por la que a sus 78 años se mantiene activo, productivo e incansable.
Toledo exhibe este agosto 21 grabados creados entre 2016 y 2018 en la Galería Juan Martín de la Ciudad de México. Nueve de ellos reflejan su particular visión de los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, que sacudieron violentamente el centro y sur del país.
"Es muy prolífico, así como nosotros no podemos dejar de respirar, Toledo no puede dejar de trabajar y nunca está en paz, nunca", dijo hoy a Efe Malú Block, quien junto con Graciela Toledo, hermana del artista, dirige la galería que se ubica en la exclusiva zona de Polanco, al poniente de la Ciudad de México.
Block recordó que Toledo es uno los primeros artistas, junto con Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, Alberto Gironella, Vicente Rojo y Roger von Gunten, que exhibieron sus obras en el lugar, fundado en 1967.
Toledo "se ha aventurado en todas las técnicas, las más diversas, ha trabajado cerámica, vidrio, grabado, óleos, murales, acuarelas ¿qué no ha hecho? ha hecho de todo y hay cosas que sólo Toledo puede hacer", añadió Block.
Al mismo tiempo, Graciela contó que el artista, en algún momento de su carrera, retomó viejas técnicas.
Por ejemplo, a finales de la década de los años 80 del siglo pasado "trabajó mucho la encáustica (técnica de pintura con cera que se aplica en caliente) que ya no se usaba, y en el grabado ha empleado técnicas variadas porque es un extraordinario grabador"
"(Francisco) es un hombre productivo, impresionante, no para, trabaja mucho y está (trabajando al mismo tiempo) en muchas cosas", apuntó.
Ese espíritu incansable de Toledo, además de sus virtuosas manos, se reflejan en las 21 obras que están a la venta en la galería y en las que utilizó técnicas como el aguafuerte, agua tinta y punta seca, con ediciones muy cortas, entre 10 y 15 reproducciones, alguna con 20, de sus lúdicos y poderosos grabados.
De la serie, nueve de ellos abordan el tema del terremoto y casi todos están creados a partir de su experiencia en una hamaca, una red que sirve como cama colgante y utilizada prácticamente en toda América Latina.
Con títulos como "Cocodrilo mueve la hamaca", "Si el foco se mueve corre", "Despierta que tiembla, "Una hamaca muy movida", "Visitante nocturno", "La hamaca tiembla y tú también" y "Empieza el temblor", Toledo dio cuenta, mediante sus grabados y a su manera, de los trágicos sismos de septiembre pasado, que sumaron 471 muertos.
"Cuando sucedió el terremoto (en Oaxaca y especialmente en Juchitán), era obvio que Toledo se iba a involucrar. Y al ver la magnitud de los daños hizo lo que nadie, trabajó en grabados, reunió fondos, puso comedores, donó hamacas y ayudó en la reconstrucción", contó Block.
Destacan también dos autorretratos titulados "Autorretrato con herramienta" y "Autorretrato".
Block recordó que desde finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado, Toledo manifestó una "fuerte preocupación" por la cultura en el sureño estado de Oaxaca, con una fuerte presencia indígena.
Por ello, fundó varias instituciones en su estado como el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Natural y Cultural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax) y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).
El trabajo de Toledo junto con el de su colega Vicente Rojo se pueden apreciar durante el mes de agosto en la galería.