Carlos Bolado habla de la serie que relata los hechos del 2 de octubre de 1968. La Secretaría de Gobernación la compró y luego la guardó, hasta que quizás a raíz de los nuevos tiempos, la UNAM hizo valer su papel de coproductor y la estrenó esta semana. Son 12 capítulos de media hora, donde veremos a 15 actores que no aparecen en la película Tlatelolco: Verano del 68, al que por otra parte el director no tuvo acceso a dar su corte final.
Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo).- “¡No queremos Olimpiada, queremos Revolución!”, es la voz de un joven en la serie de Carlos Bolado Verano del 68, que ahora muestra uno de sus productores, UNAM, los miércoles y viernes a partir de agosto, con repeticiones en sábado y domingo, por el canal universitario.
La verdad es que la serie se hizo hace bastante, cuando salió la película Tlaltelolco: Verano del 68 (“No fue mi corte”, dice Carlos) y estuvo guardada hasta ahora. Lo cierto es que hacer un filme tan antipriista en tiempos anteriores era una afrenta insoportable.
La cosa fue que durante una comida, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) preguntó por la serie y Carlos Bolado dijo que la había entregado, que permanecía “guardada” y fue cuando nuestra Máxima Casa de Estudios, haciendo valer su papel de coproductor decidió sacarla.
“Ahora vienen tiempos distintos. Hay muchos documentales de los cuales no te hablaré que yo pensé que jamás iba a poder hacer, sobre todo viviendo en México”, dice exultante Carlos Bolado (Veracruz, 1964), egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM y es autor de largometrajes como Bajo California. El límite del tiempo (1998), Colosio, el asesinato (2012) y el documental Promises (2001), candidato al premio Oscar en su categoría.
Junto con la serie, el director también presentará en septiembre un documental de 13 capítulos, que completa su mirada sobre el 2 de octubre de 1968, cuando México entró en la sombra de la represión, mientras se preparaban los Juegos Olímpicos y dos años más tarde, a partir de 1970, el entonces Secretario de Gobernación, Luis Echeverría Álvarez (1922), fue Presidente de la Nación y mostró una clara tendencia de ayudar a los latinoamericanos perseguidos por sus respectivas dictaduras.
Gustavo Díaz Ordaz (1911-1979), que era el primer mandatario durante la matanza de Tlatelolco, es probablemente uno de los más odiados de México. Le queda al actor Roberto Sosa encarnarlo en esta producción inspirada en hechos reales ocurridos durante el Movimiento Estudiantil de 1968, que enfrentó a alumnos de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), entre otros actores sociales, directamente con el Gobierno de la República.
La transmisión se da en el marco del programa M68 de la UNAM, conformado por más de un centenar de actividades que tendrán lugar este año en diversas sedes para recordar que ese movimiento social, político y cultural fue punto de partida para la generación de las ciudadanías en México.
Verano del 68 está protagonizada por Christian Vázquez, Cassandra Ciangherotti, Juan Manuel Bernal, Rodrigo Murray, Armando Hernández y Roberto Sosa.
La serie consta de 12 capítulos de 25 minutos cada uno, que se transmitirán los miércoles y viernes a las 21:00 horas, y serán presentados por el periodista y académico Ricardo Raphael. El miércoles 1 de agosto fue el primer capítulo.
–¿Hace mucho que hiciste la serie que se estrenó esta semana en la UNAM?
–Se filmó en 2010, ya son ocho años. Y se hizo porque hice la película sobre Tlatelolco, invitado por Fernando Sariñana como productor y en una de las reuniones sugerí hacer también un documental. Iba a entrevistar a muchas de las personas que habían participado en el movimiento estudiantil, me dijo que sí, se aprobó e hice el documental que se llamó 1968 y fue estrenado en 2008, a 40 años de los hechos. Ahora, precisamente voy a hacer una nueva versión que se estrenará en septiembre por Canal 11. Algunas personas que yo entrevisté ya se murieron, a otras las entrevisté para esta nueva versión, es un documental de 13 episodios y que completará mi visión sobre octubre de 1968. Me di cuenta también que había muchas más historias que contar, para entenderlo, hacerlo más complejo en una historia de líneas paralelas y así nació la serie. Decidimos hacer la serie y la película. Propuse hacerlo todo con el mismo presupuesto, filmamos en la Ciudad Universitaria, durante el mes de diciembre, donde no estaban los estudiantes y luego en otras locaciones. Nuestra intención era que la película estuviera dentro de la serie, hicimos nueve semanas de rodaje, había problemas de financiamiento, todo era caro en esos momentos levantar un proyecto así, conseguí hablar con la UNAM, yo como ex alumno del CUEC y la UNAM se convirtió con coproductora. Eso nos aportó muchísimas locaciones, entre ellas el Palacio de Minería, donde está la oficina del rector en el último piso y aprovechamos mucho los espacios de la universidad. Luego hicimos una negociación con el INCA, que nos prestó los efectos especiales y el sonido que se hizo en Buenos Aires. Trabajé con algunos actores argentinos, entre ellos una periodista que viene a los Juegos Olímpicos. La película que se presentó, que no fue mi corte final, que se integraba a la serie, no sale esa historia. Se pudo hacer el proyecto, se hicieron la película y la serie. Se hicieron 12 episodios de media hora.
–¿Nunca se estrenó la serie?
–La serie fue censurada. La serie fue comprada por una dependencia de la Secretaría de Gobernación (Segob), una red de sistemas de televisión nacional y lo guardaron básicamente. Lo pagaron muy bien, pero nunca la estrenaron. Nos dijeron en diciembre, pero yo siempre pensé que estando el Gobierno de Enrique Peña Nieto, en un documental que criticaba sobre todo las actividades del PRI, jamás se estrenaría. El documental, la serie, la película, manejan que todos esos funcionarios del PRI son asalariados de la CIA y trabajan para la CIA, es muy crítico del PRI y de los colores de la bandera de México y cómo los usan, creo que la vieron y dijeron vamos a guardarla. La UNAM, después de todos esos años, un día en una conversación me preguntaron por la serie y les dije que no se habían estrenado. Así que ellos como coproductores, decidieron sacarla.
–¿Qué expectativas te presenta el estreno, a unos cuantos años de estar realizada y en un momento tan especial como este?
–Lo que creo básicamente es que es un buen momento. Estoy muy contento después de Colosio, donde apoyé mucho al Movimiento #YoSoy132 y tenía la firme intención de que no llegara el PRI al poder. Pensaban que iban a ser un desastre, ya nos habían demostrado que no habían limpiado el clóset, que tenían los muertos todavía ahí. Ahora es un buen momento, se pueden contar esas historias, ya no va a haber censura. Todo era muy difícil, porque es criticar a las personas del poder, que no aceptan por otro lado las críticas. Por otro lado, me da mucho gusto por el equipo que trabajó, tiene un gran reparto y se merecían que la serie se estrenara. Más de 15 actores no están en la película, insisto que no era mi corte final, está el tema de los periodistas donde le hago un gran homenaje a Julio Scherer.
–Tú, como cineasta, siempre te has ocupado de la historia reciente de México. ¿Crees entonces que el momento ha cambiado?
–Sí, porque algunas de las películas que quiero hacer y me gusta contar la historia reciente de mi país, que no se ha contado mucho, ahora siento que se me abre el espacio. Tengo dos o tres proyectos que no te voy a contar, que cuando los hacía pensaba: "esto nunca lo voy a hacer en México". Ahora pienso que sí.