La mexicana Carla González Vargas, el cerebro detrás de la exitosa producción para Netflix, cuenta el proceso para gestar el programa, cómo el artista aceptó contar su vida y de qué manera participó. Además reveló si el enigma de Marcela Basteri, madre de Luis Miguel, se aclarará en la segunda temporada.
Ciudad de México, 31 de julio (Noroeste/SinEmbargo).- Todo nació en una mesa donde se reunió un grupo selecto de empresarios de alto liderazgo y una mujer: Carla González Vargas, Presidenta de Desarrollo de Gato Grande. Ella fue la única que se sentó frente a Luis Miguel y escuchó su historia.
La mexicana de 42 años fue el cerebro detrás del éxito. Hija de la escritora Gaby Vargas, está casada hace casi dos décadas con el empresario Antonio Cue Sánchez Navarro, con quien tiene tres hijos, publicó el sitio Infobae.
Actualmente en México, la Productora Ejecutiva de la serie reveló cómo el artista aceptó contar su vida.
Su voz refleja satisfacción, orgullo y respeto por la historia relatada en la serie, que en 13 capítulos humanizó la intimidad de una estrella que parecía infranqueable. Un hombre que hoy decidió vivir su vida como cualquiera.
— ¿Cómo se gestó la serie?
— Primero nació la idea de formar una empresa con el productor de televisión más famoso de Estados Unidos, Mark Burnett, director de MGM (Metro-Goldwyn-Mayer). La firma empezó gracias a su relación con el empresario mexicano Antonio Cue, y surgió la idea de que por primera vez en la historia de MGM se empezara un contenido para Latinoamérica. A los pocos meses contactaron a Luis Miguel.
— ¿Por qué a él?
— Dada la ola de popularidad de las bioseries, considerábamos que había muy pocos artistas que tuvieran una gran trayectoria y un gran alcance a nivel geográfico, y definitivamente Luis Miguel es uno de ellos. Sabíamos que Luis era muy amigo de Miguel Alemán Magnani, socio nuestro en Gato Grande, y a través de él logramos el primer acercamiento con el cantante.
— ¿Por qué Luis Miguel decidió contar su vida ahora?
— Porque sabía que era inevitable, o prácticamente inminente, que iba a surgir una serie de su vida de manera no oficial. Gracias a su amistad con Miguel Alemán, y por el prestigio de MGM, vio una buena oportunidad para contar su historia a su manera.
— ¿Cómo y cuándo recibieron el visto bueno de Luis Miguel para avanzar con la idea?
— Después de varias cenas en la casa de Mark y Roma, su esposa, en Malibú. Con tantas botellas y trasnoches se generó una relación de confianza entre todos. Esa confianza fue clave para que Luis Miguel se sintiera lo suficientemente cómodo para hacer este proyecto.
— ¿Quiénes formaron parte de la "mesa chica" de esas reuniones?
— Estábamos Mark y Roma, Miguel Alemán Magnani, José Luis Ramírez, Antonio Cue y yo.
— ¿Cómo es Luis Miguel?
— Tal y como parece ser: un caballero, muy formal, un gran conversador, con pasión por el vino y mucho sentido del humor. De modo que esa formalidad que él proyecta, en su manera de comportarse, es tal cual se desenvuelve.
— Antes de conocerlo, ¿usted tenía otro concepto de él?
— Te diría que sí. Pero a través de esta experiencia siento mucha más empatía y respeto hacia él.
— ¿Cómo fue el proceso de creación y cuánto se involucró Luis Miguel?
— Se acordaron varias juntas en las oficinas de MGM en Beverly Hills, con algunas personas que mencioné. Fueron varias juntas. Hubo cierta dificultad en recordar la cronología de los hechos, sobre todo en los de su infancia. Acudimos a otras herramientas que nos ayudaron a mantener un orden cronológico. Hicimos una larga investigación sobre su historia, y surgió el libro de Javier León Herrera, que ayudó a establecer una estructura, una médula espinal cronológica que íbamos repasando con Luis Miguel. Él decía: "Esto sí sucedió, esto no". A lo que sí sucedió, él le agregaba información, recuerdos y anécdotas.
— ¿Se emocionó en algunas de esas charlas?
— Fueron charlas muy emocionales y muy intensas. No te puedo decir que lloró, pero sin duda se conmovió varias veces.
— ¿Qué predisposición tiene Luis Miguel para seguir contando su vida?
— La historia que viene, si se hace la segunda temporada, es igual o más interesante que la historia ya contada en la primera, porque en esa llegamos solamente a la mitad de su vida. En términos cronológicos, hay muchísima cantidad de historia. Él está muy dispuesto. Lo que tenemos que resolver es su agenda, porque en estos momentos está en tour y viajando mucho. Eso es lo único que hay que coordinar. Por ahora no está confirmada la segunda temporada.
— Todos quedamos atrapados por el misterio de qué pasó con Marcela Basteri, la madre de Luis Miguel. ¿Ustedes y él, en la vida real, saben qué pasó?
— Sí, por supuesto. No haríamos toda una serie alrededor de esa pregunta sin saber la respuesta. Definitivamente ese enigma se aclarará en la segunda temporada.