Grupos civiles alertan que no se sabe el destino de más de 130 mil millones de pesos recaudados el año pasado por los impuestos que los mexicanos pagamos cada que compramos comida chatarra, bebidas azucaradas, alcohol y tabaco.
Y critican que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se niega a etiquetar los recursos para el desarrollo e implementación de políticas públicas para la prevención de enfermedades causadas por el consumo de productos, que generan miles de muertes y la inversión de recursos millonarios para el tratamiento de as enfermedades que desencadenan.
Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).- Las millonarias sumas recaudadas año con año por los impuestos especiales de productos como el alcohol, el tabaco y la comida ultraprocesada tienen un destino desconocido.
"Ni los impuestos de las bebidas azucaradas ni los de la comida chatarra ni los del alcohol están destinados específicamente a algo. Van a un fondo general y quién sabe a dónde van a parar", criticó Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor (EPC), en entrevista para SinEmbargo.
De acuerdo con EPC, la Fundación InterAmericana del Corazón México y Acción Contra el Alcoholismo AC, el año pasado se recaudaron más de 130 mil millones de pesos por los gravámenes a dichos productos, pero la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se ha negado a etiquetar los recursos a fin de destinarlos al desarrollo e implementación de políticas públicas para la prevención de enfermedades causadas por su consumo y a fortalecer las acciones en salud.
El dinero obtenido del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a esos productos, subrayaron, debe ser designado al establecimiento de medidas de prevención de las consecuencias que provocan, entre ellas, el alcoholismo, el tabaquismo y la obesidad.
Es por ello, que Calvillo, Erick Antonio Ochoa, director de Políticas Públicas en Salud de la FIC México; y Francis Zaballa, directora de Acción Contra el Alcoholismo AC, hicieron un llamado a Andrés Manuel López Obrador, virtual Presidente de México, a poner manos a la obra para proteger la salud de la población y no a las finanzas de las empresas, como ha sucedido durante los últimos sexenios.
"Estamos proponiendo que se transparente el destino de estos recursos y que una parte se vaya a la prevención. Estos productos: alcohol, tabaco y comida chatarra son los principales responsables de enfermedad y muerte en nuestro país", dijo el director de EPC.
ENFERMEDADES QUE MATAN Y ENDEUDAN
A partir de datos de la Unidad de Análisis Económico de la Secretaría de Salud y el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, las organizaciones afirmaron que los costos de atención de padecimientos, ausentismo y muertes causadas por tabaquismo, exceso de alcohol y obesidad alcanzan los 555 mil 794 millones de pesos al año.
La implementación de los IEPS surgió como un mecanismo de compensación ante los efectos que genera el consumo de los productos mencionados, sin embargo, el dinero no ha sido destinado a la prevención ni a la atención de los daños provocados, como han urgido desde hace años organizaciones no gubernamentales.
Por el contrario, aseguraron, existe conflicto de interés: Las grandes empresas de tabaco, comida chatarra y bebidas azucaradas, y alcohol se han encargado de interferir en el desarrollo de políticas públicas que sean efectivas en la reducción del consumo de sus productos, en apego a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el caso del tabaco, señaló Ochoa, Philip Morris y British American Tobacco abarcan el 95 por ciento del mercado en México y son dueñas de las marcas Marlboro, Delicados, Benson & Hedges, Chesterfield y Faros; y Salem y Montana, respectivamente. Su cabildeo en las cámaras ha logrado evitar que el gravamen de siete pesos por cajetilla crezca y que los espacios públicos sean completamente libres de tabaco, a pesar de provocar la muerte de 66 mil personas cada año en el país.
El tabaquismo puede está asociado con el riesgo de padecer enfisema, enfermedades respiratorias y cardiacas, cáncer de pulmón, esófago, orofaringe; cataratas, disfunción erectil y otros padecimientos. Es uno de los padecimientos prevenibles más costosos para el erario público: alrededor de 80 mil millones de pesos se gastan cada año en atender las enfermedades que causa.
El mercado de la comida chatarra y las bebidas azucaradas en el territorio nacional, recordó Calvillo, es acaparado por Sabritas, Gamesa, Coca Cola, Pepsico, Nestlé, entre otras. Las bebidas azucaradas cuentan con un gravamen de un peso por litro –la mitad del recomendado por la OMS–, mientras la chatarra cuenta con uno de 8 por ciento sobre el valor del producto. Las empresas han logrado poner freno a la implementación de un etiquetado entendible, a la regulación de la venta en escuelas y la publicidad dirigida a niños.
El exceso de peso puede desencadenar una serie de problemas de salud como son diabetes, distintos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, padecimientos del hígado y la vesícula, hipertensión, dislipidemias, accidente cerebrovascular, artrosis, problemas respiratorios, apnea del sueño y depresión.
De acuerdo con el análisis "Kilos de más, pesos de menos: Los costos de la obesidad en México", realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad, AC (IMCO), los costos sociales solo por diabetes ascienden a más de 85 mil millones de pesos al año. De esta cifra, 73 por ciento se emplea en tratamiento médico, 15 por ciento se refiere a las pérdidas de ingreso por ausentismo laboral y 12 por ciento a pérdidas de ingreso por mortalidad prematura.
ADEMÁS
ONGs piden a Cofepris revisar el nuevo tabaco sin humo; “causará el mismo efecto tóxico”, advierten
Las cerveceras concentran el mercado de bebidas alcohólicas y han detenido el desarrollo de políticas públicas que fomenten el consumo cero, indicó Zaballa. La directora de Acción Contra el Alcoholismo AC recriminó que existen dificultades para conocer cuál es la cantidad de dinero que los productos recaban.
Entre las enfermedades que el consumo elevado de alcohol pueden provocar, se incluyen cirrosis hepática, problemas en páncreas, estómago, sistema nervioso central y periférico; disfunciones sexuales, entre otros. Además, dijo Zaballa, aumenta el riesgo de accidentes de tránsito, embarazos no deseados, violencia, etcétera.
Según un informe del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, en 2017 sólo al tratamiento de cirrosis hepática se asignaron 63 mil 734 millones de pesos.