¿Tenemos que seguir escuchándolos, leyéndolos?

14/07/2018 - 12:00 am

Durante las elecciones, la cantidad de medios –sobre todo los más “populares”- tuvieron a cientos de periodistas y analistas contrarios a Andrés Manuel López Obrador.

Fueron las voces en los debates, los análisis luego de cualquier acto llevado a cabo por Morena, la cantidad de sesudos pensamientos en torno a si lo que venía era Venezuela o lo que estaba por asentarse era el populismo que nos iba a llevar directamente al infierno.

Podríamos nombrar a todos y cada uno de esos “periodistas” que hicieron campaña durante las elecciones, sin pensar en la esencia de nuestro oficio, ese estar un poco al lado viendo cómo los poderes se pelean y ser un poco la voz del pueblo, la voz del sentir de la gente.

Todos los conocemos. Sabemos que cada uno de ellos viven muy bien, andan en camionetas a veces con guaruras, comen en restaurantes de lujo, jamás piensan y mucho menos luchan por lo poco que cobran y lo mal que andan los periodistas a su alrededor.

Las elecciones los pusieron contra la pared, contrariamente a ellos, nunca pediríamos censura ni paredón para esa gente, aún cuando personas como Ricardo Alemán, pidió un atentado contra Andrés Manuel López Obrador.

"A John Lennon lo mató un fan, A Versace lo mató un fan, A Selena la mató una fan, A ver a que hora, chairos" Les hablan!!! (sic)”, fue el mensaje que subió al Twitter.

Ahora, con el triunfo espectacular de Andrés Manuel López Obrador han felicitado con risas falsas al que era su candidato némesis. Han dicho, eso sí, que ellos analizarán cada una de las actividades del nuevo gobierno para criticar, porque eso iba a hacer falta. ¿Criticar ellos, son los que vamos a escuchar durante el próximo gobierno?

Hace apenas 7 días, nuestra compañera Daniela Barragán sacó un informe espectacular titulado Sexenio de ocultar: la TV apenas tocó (o ignoró) “casa blanca”, los gobers, el despido de Aristegui… La cantidad de comentarios al final de la nota era para decir muchos de los casos que ella no había expresado ni analizado: fue un gobierno sin medios y sin que nos enteráramos de lo que pasaba realmente en el país.

Claro que no tuvo sentido, no los escuchamos ni miramos ni leemos a ellos, salvo los que piensan como ellos, que al parecer con las elecciones son un 22,7 % para el PAN y el 16,40 % para el PRI.

Sería interesante y bueno que las empresas privadas cambiaran a los periodistas que hoy tienen en el centro, porque no creemos en ellos ni los escuchamos. Es importante que por una cosa llamada libertad de prensa sigan saliendo el programa de Andrés Oppenheimer, de Leo Zuckerman, de Jorge Fernández Menéndez y Bibiana Belsasso, sigan opinando Pablo Hiriart, David Páramo, Rubén Cortés, inclusive Ricardo Alemán o Carlos Marín, pero también sería muy bueno para los espectadores mexicanos conocer a otros periodistas, a otros pensadores, como Noam Chomsky, por ejemplo, que acaba de sacar un libro de entrevistas a cargo de C.J.Polychroniou, titulado Optimismo contra el desaliento. Sobre el capitalismo, el imperio y el cambio social.

“Tenemos dos opciones. Podemos ser pesimistas, abandonar y contribuir a que ocurra lo peor sin vuelta atrás. O ser optimistas, tal vez, a que el mundo sea un lugar mejor. No es una elección demasiado difícil”, dice Chomsky. Como dice mi amigo César Silva Márquez: Ajuá.

 

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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