Estados Unidos atacó primero y ahora todos los países le responden. Primero, Donald Trump impuso aranceles al aluminio y acero y amenazó con aplicarlos a miles de millones de dólares en productos chinos. Luego, las naciones, incluyendo México, reaccionaron y aplicaron medidas a productos agropecuarios para castigar directamente a los simpatizantes del Presidente.
John Murphy, vicepresidente sénior de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, calcula que 75 mi millones de dólares en productos estadounidenses estarán sujetos a nuevos aranceles de países extranjeros para fines de la primera semana de julio. Y lo más fuerte está por venir.
Por Paul Wiseman
WASHINGTON, 22 de junio (AP).— Estados Unidos atacó primero: impuso aranceles al aluminio y acero de países de todos los rincones del mundo y amenazó con aplicarlos a miles de millones de dólares en productos chinos. Ahora el mundo está respondiendo.
La Unión Europea se apresta a imponer este viernes aranceles sobre 3 mil 400 millones de dólares en productos estadounidenses, desde whiskey y motocicletas, hasta maní y arándanos. La India y Turquía ya han hecho lo propio con productos estadounidenses, desde arroz hasta automóviles.
Y lo más fuerte está por venir: En dos semanas, Estados Unidos comenzará a imponer aranceles sobre 34 mil millones de dólares en productos chinos. Beijing ha prometido tomar represalias de inmediato con sus propios aranceles a la soya y otros productos agropecuarios de Estados Unidos para castigar directamente a los simpatizantes del Presidente Donald Trump en zonas rurales.
El conflicto entre Estados Unidos y China –las dos economías más grandes del mundo– sin duda crecerá después de eso. La retórica ya se está intensificando.
"Nos oponemos al acto de presión extrema y chantaje con un gran bate de proteccionismo comercial", dijo el jueves el portavoz del Ministerio de Comercio de China. "Estados Unidos está abusando del método de aranceles y comenzando una guerra comercial en todo el mundo".
Cecilia Malmstrom, comisionada comercial de la UE, reconoció que el bloque se había enfocado en algunos productos estadounidenses emblemáticos para imponerles aranceles, como las motos Harley-Davidson y el bourbon, con el fin de “hacer ruido” y presionar al gobierno estadounidense.
John Murphy, vicepresidente sénior de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, calcula que 75 mi millones de dólares en productos estadounidenses estarán sujetos a nuevos aranceles de países extranjeros para fines de la primera semana de julio.
"Nunca hemos visto algo así", dijo Mary Lovely, economista de la Universidad Syracuse que estudia comercio internacional, al menos no desde que los países trataron de protegerse a sí mismos de la competencia extranjera durante la Gran Depresión.
Los más preocupados son quienes podrían verse más afectados.
"Sería un desastre", dijo Nagesh Balesu, gerente del Bar y Restaurante Salt Whisky, en Londres, quien prevé que los aranceles de la UE aumenten en casi 7 dólares el precio de una botella Jack Daniels, importada de Tennessee.
"Va a afectar a los clientes, eso es seguro. La manera como reaccionen, bueno, tendremos que esperar y ver", dijo.
Si bien la guerra comercial de licores podría ser dolorosa, muchos la veían venir.
Trump se postuló como candidato a la presidencia prometiendo desmantelar siete décadas de política estadounidense que había favorecido el libre comercio entre países. Trump argumentó que una serie de acuerdos que fueron mal negociados –como el TLCAN y el acuerdo mediante el cual se admitió a China a la Organización Mundial de Comercio–dejaron a los fabricantes estadounidenses con una desventaja injusta y eliminaron millones de trabajos en la manufactura de Estados Unidos.