A veces los artistas plásticos no puede o no quieren decir nada. A veces tienen mucho para decir, pero poco espacio para mostrar. La Galería Aguafuerte, que se ha caracterizado por exponer temas de crítica social, inaugura la muestra Lo político en el arte. Las obras son impresionantes y también se venden.
Ciudad de México, 11 de junio (SinEmbargo).- Un grabado que tiene las calaveras y una leyenda de peligro espera en la puerta de la galería Aguafuerte. Es un espacio para las inclinaciones sociales, como un lugar sensible a todas esas cosas que los artistas expresan y a veces no tienen espacio para mostrar.
Se trata de la muestra Lo político en el arte, con más de 40 obras destinadas a hablar no sólo de este momento electoral, sino de todo este sistema de sangre y muchas veces de abismo que describe a México.
Israel Alvarado Torres, director y curador, explica que la idea de hacer la exposición surgió a partir de la crisis política del país y de la corrupción generalizada que se vive en este tipo de instituciones.
La exposición permitirá hacer un registro de la visión de los artistas entorno a la vida pública.
Se recibieron más de 160 propuestas de las cuales seleccionaron 43, más las obras de los artistas invitados (como Gabriel Macotela, Froylán Ruiz, Marcelo Calvillo, Jaime Lobato, Fabián Giles, Cristobal Montoya y Francisco Soriano), que se mostrarán del 6 al 26 de junio en Aguafuerte Galería, Guanajuato 118, colonia Roma.
Aguafuerte Galería desde hace más de 12 años se ha enfocado en darle voz al talento emergente y consolidado que busca abordar propuestas de índole social, político, sexual, convirtiéndose en un espacio incluyente en cuanto a temática y técnicas artísticas.
–La galería siempre despierta a lo que está pasando en la realidad
–A lo largo de los últimos 6 años la galería ha tratado de tomar temas sensibles. Lo hemos hecho con el tema Migrantes, pero también tocamos temas como Mujeres, Equidad de género, hace unos años hicimos una exposición que se llamó México, Guerra, Violencia y Muerte, es decir, a lo largo del año tocamos dos o tres temas de crítica social. En esta ocasión, que es un año electoral, no quisimos desperdiciar la oportunidad de hacer una convocatoria en las redes, para ver qué era lo que los artistas estaban reflexionando acerca de la realidad política del país. Para esto lanzamos en el mes de febrero, convocando a artistas radicados en México, no importaba si fueran artistas emergentes o consolidados, lo que nos interesaba era ver qué estaban plasmando de esta realidad mexicana.
–Puede pasar que las artes plásticas no esté pensando nada…
–Exacto. Una de las cosas es que me di cuenta que las propuestas artísticas no estaban tocando temas sensibles. Quería saber si los artistas estaban reflexionando y si había espacio para exponer estas piezas. No conozco a otra galería en México que trate temas sensibles.
–¿Has hablado con otros galeristas? El espacio es muy poco, es verdad
–No, no he hablado con otros galeristas ni he visto exposiciones que toquen estos temas. No he asistido a una muestra ni en espacio público o privado.
–¿Hay faltas de galerías en ese sentido?
–Faltan espacios públicos y privados. Los jóvenes nuevos no pueden entrar. Creo que hacen falta más galerías y a lo largo de los últimos años el presupuesto de la cultura ha ido disminuyendo. Entre más espacios, va a haber mayor diversidad y mayor gama de propuestas.
–¿Cómo es el balance de estos años al frente tú como director?
–El balance lo veo muy bueno. La galería ha ido creciendo mucho, tocando estos temas sensibles y tocando estos temas relevantes encontré un gran auge. La galería también toca el sexo, el amor, el abstracto, el figurativo, una muestra de pura escultura, de solo grabado, de solo dibujo…
–¿La galería ha servido como casa de algún artista que se ha hecho aquí relevante?
–Somos una galería muy abierta. Organizamos en el año unas ocho o nueve exposiciones colectivas en la que la mayoría de los artistas son emergentes. Somos una plataforma para estos artistas y somos también un espacio para los artistas con cierta trayectoria o consolidados. Por aquí han pasado Alejandra Zermeño, Francesca Dalla Benetta, Pablo Maire, artistas consolidados como Gabriel Macotela, Froylán Ruiz, Fernando Andriacci, tratamos de que los emergentes convivan con los grandes y también que los artistas consolidados conozcan las nuevas propuestas. Somos un espacio abierto para que el público venga a la galería. No hay que venir a tocar o mandar un correo o hacer una llamada telefónica, estamos abiertos. Somos incluyentes. Pueden participar con nosotros todos los artistas y todos los géneros. Estamos buscando de que el público se acerque a consumir arte. Se tiene la idea de que las galerías son carísimas, son elitistas, pero tenemos obras al alcance de todos los presupuestos, tenemos un grabado por 350 pesos y de ahí a cualquier presupuesto. Damos facilidades de pago porque entendemos que la situación del país no es fácil.
–¿Qué parámetros usaste para elegir: la intuición, el buen gusto?
–Es un poco de todo. En estos siete años en que he estado en la galería, recibo miles de propuestas al año, te ayuda con el ojo. Ves las técnicas de las piezas, qué es lo que transmite y en el caso de esta muestra la idea era elegir obras que transmitieran ese enojo, esa inconformidad, esa incertidumbre, ese dolor, de los tiempos contemporáneos. Una masacre, una violencia, un asesinato de un periodista, una persecución a un activista, va mucho más allá de unas simples elecciones. La historia rebasa a un candidato, a un partido político. La muerte es una tragedia y creo que eso es lo que vemos en las tragedia.
–¿Puedes elegir tus temas favoritos?
–El escudo nacional, que se repite en un par de obras, me impresiona mucho. El artista sustituye al águila por un rata y la rata se come a la serpiente. Es muy fuerte, se están comiendo al país. Me gustan los grabados, se nota la parte obrera de los artistas. Todos me gustan.