El periodista es uno de los más prestigiosos en México y como tal tiene varios programas. Entre ellos, Mutante, por Horizonte y Migrante, por Radio Imer. Una voz destacada para saber si lo escuchamos es realmente música o lo que el mercado quiere.
Ciudad de México, 6 de mayo (SinEmbargo).- A partir del jueves 19 de abril, Óscar Sarquiz es el encargado de comenzar la primera temporada de Radio Culebra, proyecto radiofónico que tendrá un foro en vivo donde se grabarán las sesiones de Migrante, programa que transmitirá también la música del mundo.
Nacido en Ciudad de México en 1957, es periodista, productor, melómano del rock mexicano, uno de los principales promotores del movimiento desde los años 80. No es sólo rock lo que sabe. También conoce mucha de la música del mundo que no llega por el marketing y hablar con él es adentrarse uno en esos sonidos sin espacio ni tiempo, una gozada, que le dicen.
–La radio en estos tiempos ha pervivido a Internet, ¿verdad?
–Bueno, no tengo datos científicos, pero para mí la radio, por mi generación, sigue siendo algo muy querido. Era muy importante porque era la manera de cómo podía llegar la música distante. Yo me desperté al rock con la radio y comprendo que la radio hoy confronta una enorme competencia de parte de otros medios, pero a la vez que sigue gente vinculándose con ella.
–¿Qué invitación aceptaste esta vez?
–Acepté una invitación para llevar la radio como una especie de hábitat fuera de su lugar normal. Ahora mismo me encuentro aquí en el Instituto Mexicano de la Radio, donde tengo la fortuna de tener tres programas, que me permite desempeñarme con mucha libertad y de presentar música nueva, distinta. Lo que sucede es que voy a estar en un lugar donde hay gente, proponiéndole música para ver qué les provoca. No es una radio con frecuencia radial, sino llevar por la frecuencia de Internet la música comentada.
–¿Esto va a ser una especie de Concierto de Sarquiz?
–Bueno, no tengo el talento para eso, no será nada de espectacular, por cierto. No soy un gran coreógrafo ni tengo los elementos usuales que suelen adornar tantos conciertos; lo que voy a tener es un espacio cómodo para llevar algo de música, porque en este largo camino tuve la oportunidad de descubrir músicas muy ajenas y que nos traen una riqueza enorme. La música es un lenguaje universal, que salta las barreras idiomáticas, las culturas, las costumbres y revela cómo los seres humanos somos diversos pero a la larga somos iguales, somos más parecidos de lo que creemos. Eso se proyecta, esta forma de expresión que es la música, es consustancial al ser humano.
–La música separa, a veces. La otra vez fui a un cumpleaños donde pasaban música de banda y de mariachi y yo aburridísima…
–Tu personal decepción es también mía, a pesar de que somos de distintas nacionalidades. El desafío es encarar música distinta, no la chata ni la comercial que estamos acostumbrados a oír. La aspiración, la quijotada, quiero ver si puedo encontrar a gente que le interese escuchar música distinta, que nunca ha escuchado antes.
–México es un lugar lleno de música, un lugar lleno de sonido…
–Sí, es cierto, pero tampoco eso es muy bueno, porque el sonido te satura, a veces no sabemos dónde meternos para no oír esa cacofonía. Hay mucha música que tiene un perfil sonoro bastante agresivo y desagradable. Música festiva, para pasarla bien, hay mucha en el mundo y son cosas mucho más bonitas que lo escuchamos en fiestas populares. Hay una pobreza estructural y cultural que da miedo.
–¿Cómo es el restaurante Culebra?
–Es un restaurante con bar, con coctelería con imaginación y comida gourmet mexicana, que se ha abierto a esta posibilidad. No vamos a ofrecer esa cosa horrorosa que se llama “repertorio de bar”, que es así como plancharse todos los éxitos de Soda Stereo, todos los éxitos de Caifanes, como si hubiera otra vez la misma sinfonola, lo que hace la radio de la nostalgia, ya nos olvidamos de tanto repetirse por qué nos gustaba esa música.
–¿Qué música oiremos?
–Tengo un programa cotidiano aquí en Radio Ciudadana que versa sobre música del mundo, donde mayormente pongo cosas que no se habían escuchado antes, me basaré en ese repertorio. Es replicar un poco el programa de Radio Ciudadana.
–¿Qué cosas te interesan de la música mexicana?
–Estoy asombrado, hay muchas escuelas de música en México y muchos jóvenes comenzaron a expresarse. El otro día en la Feria de San Marcos, donde va lo más tradicional de México, me sorprendieron unas boleristas, los boleros de la Costa Chica, que cantan las hermanas García y he tenido la oportunidad de conocerlas desde que surgieron. Me siento el presidente del club de fans, me reclutaron con su talento. Géneros que no me gustan mucho, como el metal, tiene gente increíble en México. Lo que necesita esta gente es que el público no les falle. La industria se ha quedado atrás y el público también.