El proyecto se llama Boltsiri en honor a elementos de la cultura mexicana, ya que en lengua purépecha "tsiri" significa maíz. La cabeza del proyecto, Mónica Citlali García, afirma que, por los materiales usados para su elaboración, este tipo de bolsas podría ser comestible para los animales.
México, 24 de abril (EFE).- Estudiantes mexicanos buscan alternativas para reducir las altas cantidades de plástico, por ello están desarrollando bolsas hechas a partir de los restos del maíz, informó hoy el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Buscando emular la resistencia de las bolsas hechas con polietileno de alta densidad, estudiantes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se sirven de la parte central de la mazorca para obtener biopolímero de celulosa, material que, combinado con otros compuestos, sirve para crear esta alternativa sustentable.
"El plus de nuestro proyecto es que, por los materiales que utilizamos para su elaboración, nuestra bolsa podría ser hasta comestible; es decir, si llega a los basureros o incluso al mar, los animales pueden comerla y no resultarles tóxica", precisó la líder del proyecto, Mónica Citlali García.
El objetivo es ofrecer una alternativa sustentable ante la problemática ecológica que generan las bolsas de plástico desechables.
No es para menos, ya que según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de México, el promedio de uso de bolsas de plástico es de 200 por persona al año.
El uso de estas bolsas, aunado a una incorrecta disposición final, produce taponamiento de drenajes y alcantarillas, contaminación visual e impactos ambientales, principalmente en los ecosistemas acuáticos.
La institución insiste también en la asfixia e inanición en animales que deja el uso de estas bolsas.
Asimismo, las bolsas que no fueron desechadas de forma adecuada se convierten en sitios ideales para la reproducción de mosquitos portadores de malaria, chikunguña y otros patógenos.
Aquí es donde el proyecto que encabeza Citlali cobra una importancia sustancial, ya que según la investigadora se busca "fabricar una bolsa que asemeje las características que tienen los plásticos en cuanto a propiedades mecánicas y resistencia, donde además se reduzca su tiempo de degradación".
El proyecto fue presentado para competir en el "Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018" bajo el nombre de Boltsiri. El nombre surge de elementos de la cultura mexicana, ya que en lengua purépecha "tsiri" significa maíz.
Otro de los integrantes del proyecto, Luis Felipe Delgado, aseveró que "con la tecnología existente se pueden fabricar (las bolsas)", necesitándose tan solo "estandarizar y normalizar el método para que todas las bolsas sean exactamente iguales y tengan las mismas propiedades".