La periodista Sanjuana Martínez, muchas veces premiada en México y en el extranjero (y también amenazada por políticos en más de una ocasión), se introduce a la vida de Margarita Zavala, de Felipe Calderón y de las familias de ambos.
En un extenso trabajo toca, entre otras cosas, la tragedia de la guardería ABC, sus propiedades, los casinos ilegales, “la prosperidad sospechosa de los Zavala Gómez del Campo”, quién los financia, la guerra en México y el lastre que el ex Presidente Calderón significa para la campaña de Zavala en 2018.
El siguiente extracto del libro “La señora Calderón” es publicado en el sello Temas’ de Hoy, 2018. La cortesía fue otorgada bajo el permiso de Grupo Planeta México.
El libro estará pronto en librerías y ya puede ser comprado en su versión digital.
Ciudad de México, 16 de abril (SinEmbargo).– ¿Quién está detrás de Margarita Zavala Gómez del Campo? ¿De dónde salió su patrimonio? ¿Hasta qué punto está involucrado el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa en su proyecto político? "La señora Calderón", el más reciente libro de la periodista Sanjuana Martínez, ofrece respuestas a todas esas preguntas. Y son respuestas que, afirma la sinopsis oficial de esta investigación, incomodarán a más de uno.
Por cortesía de la autora y de Grupo Planeta México, SinEmbargo presenta el siguiente adelanto de esta radiografía de la vida de Margarita Zavala como Primera Dama, y que fue realizada hurgando en los entresijos de uno de los matrimonios más poderosos de la política mexicana.
El extracto del libro es publicado por el sello Temas’ de Hoy, de la editorial Grupo Planeta México.
¿Quién la financia?
¿Cuántos millones ha gastado Margarita Zavala en los más de tres años que lleva de precampaña y campaña a la Presidencia? Aunque hay opacidad en su financiamiento, ella misma ha declarado que ocho de cada diez pesos que ha gastado provienen de su marido, Felipe Calderón.
“Felipe y Margarita son una familia que tiene resuelta su vida económica, y no por la pensión. Creo que hicieron muchas cosas ilícitas”, me dice Manuel Espino, ex presidente del PAN y actual diputado independiente. Lo entrevisté en la Ciudad de México, en un restaurante en Prado Norte, Lomas de Chapultepec. Me sorprendió su franqueza, carácter sencillo y palabras contundentes.
–Simplemente hay que ver a la gente de su equipo, que estaban en una condición, si no precaria, por lo menos llevaban una vida modesta y terminaron el sexenio con grandes patrimonios, propiedades, casas ostentosas...
–¿Cómo quién?
–Como Alejandra Sota Mirafuentes, ex vocera de Felipe Calderón; Germán Martínez, César Nava, Roberto Gil Zuarth... En fin, todos ellos. Recuerdo el nivel de vida de Alejandra, por ejemplo; conocía a sus papás, era una familia modesta y terminaron con casas ostentosas. No tiene justicación, no tiene explicación.
–¿Usted se enteró de casos de corrupción?
–Digamos que escuchaba cosas, de arreglos, de favores, de dinero; el caso escandaloso aquel del padrón de Sedesol que se usó en la campaña con Hildebrando, pero yo nunca me metí a fondo en esos temas. Eso fue una losa pesada para el PAN.
–Pero, con su fortuna, ¿los Calderón-Zavala tienen un conflicto de interés?
–No sé si conflicto de interés. Lo que sí creo es que hay un abuso, porque a él le encantaba pasarla bien sin pagar de su propio bolsillo los gastos. Eso fue desde que era secretario general del PAN.
–¿En qué sentido?
–Pasarla bien: una fiesta, una borrachera, unas botellas, unos mariachis; comidas, cenas... Y pagaba el partido [el PAN], pagaba la Cámara [de Diputados], pero él no. Eso lo vi muchas veces.
–Usted que lo conoce desde hace tantos años, ¿recuerda si cuando Calderón empezó tenía dificultades económicas?
–Tal vez no al grado de dificultades, pero no tenía una posición económica boyante como ahora. Más bien tenía una vida modesta.
–¿Y quién la financia realmente?
–No sé, pero yo creo que les quedó un capital importante.
MEMORIA VIVA
Manuel de Jesús Espino Barrientos nació en 1959 en Victoria de Durango. Posee un currículum indiscutible: ingresó al PAN en 1978 y fue su secretario general de 2002 a 2005, para luego fungir como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN hasta el 8 de diciembre de 2007. Fue también presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América del 23 de noviembre de 2006 al 30 de julio de 2010. Fue presidente del PAN en Sonora y coordinador de giras en 2001 de Vicente Fox. Además, fue diputado federal en dos ocasiones. No obstante, a pesar de su trayectoria, sus diferencias con Felipe Calderón en la estrategia de seguridad provocaron que el 3 de mayo de 2011 la Comisión de Orden del Consejo Nacional determinara su expulsión definitiva del PAN. Posteriormente fue diputado de Movimiento Ciudadano, partido que dejó en 2017, y se convirtió en diputado independiente.
Espino es la memoria viva de una buena parte de la historia del PAN. Gracias a su experiencia, está capacitado para analizar la estructura de nuestro sistema político. Conoce el arte de operar, debatir, conciliar y tejer alianzas. Es lo que Aristóteles llama un “animal político”, un hombre preocupado por el bien común, que no puede dejar de lado su relación con el Estado ni su intrínseca condición de ciudadano activo y proactivo.
Sus diferencias con Felipe Calderón se dieron mucho antes de que este iniciara su delirante guerra contra el narcotráfico, que convirtió a este país en un cementerio de más de 100 mil muertos. Dichas diferencias surgieron porque Espino no coincidía con el carácter “autoritario” del ex presidente de la República. Aparte, entre sus desacuerdos estaba la forma en que Calderón “dilapidaba” el dinero que no era suyo. “Recuerdo que una vez hizo un gasto terrible”, relata. “Organizó una reunión totalmente absurda de diputados federales en un hotel de Juriquilla, Querétaro. Y no quería que terminara. Decía: ‘Otra hora de mariachi, que traigan más botellas’, como si las fuera a pagar él, pero pagaba la Cámara de Diputados. Y ahí estaba toda la Cámara presente”. Refiere que Calderón era presidente del PAN en la Cámara de Diputados y el hotel donde se celebraba la espléndida reunión –en la que abundó la comida, la bebida y la música a cargo del erario– debía cerrar a las dos de la mañana, por disposición legal. Pero Calderón se enojó mucho cuando se lo informaron.
–¿Tú no sabes quién soy yo? –le preguntaba al mesero, que se negaba a seguir sirviéndoles. Y gritaba bajo el influjo del exceso de alcohol ingerido–: ¡Te ordeno que me traigas otra botella!
El mesero, atribulado, intimidado, respondía:
–No podemos, señor; perdón.
Los meseros iban recogiendo la mesa, retirando las botellas de la gran mesa donde los señores diputados habían disfrutado su velada. En ese momento, Calderón explotó nuevamente:
–No te lleves las botellas, esas me las voy a tomar también. Yo las pagué y yo me las voy a tomar.
Avergonzados, Manuel Espino y Alejandro Zapata Perogordo, ex diputado y ex coordinador del grupo parlamentario del PAN, intentaron calmarlo. Ya de madrugada, cuenta aquel que se lo llevaron en “calidad de bulto” a su habitación. Ahí lo acostaron en la cama, le quitaron los zapatos, le aflojaron el cinto del pantalón y lo pusieron de lado, sosteniéndolo en esa posición con una almohada para evitar que, si vomitaba, se ahogara.
“Fue muy penoso y no era la primera ni la última vez”, añade Espino. “En la mañana, estábamos en el desayuno y llegó tarde. Yo creo que no tenía claro qué había pasado. Se sentó conmigo. Antes, les había dicho a los compañeros diputados: ‘Al ratito que llegue el coordinador, no digan nada’. Algunos estaban un poco ofendidos porque los había maltratado en la noche”.
Sentado a la mesa y antes de empezar a desayunar, Felipe Calderón le preguntó:
–Oye, Manuel, ¿qué pasó? No me acuerdo de nada.
Espino le narró lo sucedido y, con rostro de preocupación, Calderón le dijo:
–Te voy a pedir un favor: de ahora en adelante, cada vez que pase algo así, sácame de ahí con cualquier pretexto. Dime que me habla Margarita o cualquier otra cosa.
Espino explica que ese favor se lo hizo algunas veces, pero luego ya no funcionó. Finalmente, Calderón, en una ocasión en que tenía un alto grado de alcohol encima, le reclamó:
–Tú siempre vienes y me dices lo mismo. Y no es cierto. ¡Déjame en paz!
A partir de ese momento, Espino decidió ya no cuidar las borracheras de Calderón, que además eran del dominio público.
–¿En qué momento el alcoholismo de Felipe Calderón se convirtió en problema? —cuestiono.
–Yo creo que desde que era presidente del PAN [1996-1999], más o menos por ahí. Ese era un problema muy fuerte de su papá. ¿Conoce la historia?
–No, diputado. Cuéntemela, por favor —le contesto intrigada.
–El papá de Felipe se fue del partido por problemas con amigos del PAN a causa de borracheras de él. Felipe se quejaba de su papá. No le gustaba que le hablaran de él; no se expresaba bien de él. [Pero] durante la campaña, alguien le sugirió que lo presumiera e hicieron un video, en el que lo presentaba así: “Mi papá y fundador del PAN”. Y alguien dijo: “A ver, a ver, de dónde a este cabrón le salió el orgullo por su papá, si siempre lo madreaba”. Felipe siempre madreaba a su papá y yo creo que en el fondo se veía en el espejo.
–Y el alcoholismo no se cura si no se atiende —intervengo—, y parece que no se atiende...
–No. Yo creo que ahora todas esas cosas se sintetizan en el proyecto de Margarita, porque tratan de aparentar una forma de ser, un estilo político que no tienen de honestidad, de servicio, de rectitud, de visión de Estado...
–¿No hay nada de eso?
–No.
–¿Cómo puede Margarita sostener una relación con un alcohólico? ¿Será muy difícil vivir con alguien así? –inquiero.
–Bueno, pues el amor es así.
–¿El amor?
–Algún sentimiento debe haber ahí.
–No todas las parejas están unidas por el amor, a veces hay intereses.
–O por interés —responde Espino.
–Una pareja de intereses compartidos... ¿Usted piensa que esta candidatura de Margarita significa una reelección de Calderón?, ¿que él está detrás?
–Amigos cercanos que han estado ahí, o están ahí, me dicen que no está tan metido Felipe, como que eso lo pactaron: “Tú no te metas”.
Sin embargo, desde la precandidatura de su esposa, Felipe Calderón, además de financiador, ha sido su gran propagandista. Diariamente publica tuits para atacar a sus adversarios y alabar las “cualidades” de la ex primera dama. En especial, en las redes sociales ha hecho implacables críticas contra Andrés Manuel López Obrador.
Espino piensa que a Margarita y a Felipe los unen sus proyectos en común:
–Hay algo ahí raro entre ellos, es una relación que no me la imagino muy amorosa ni de mutua comprensión.
–¿Por qué lo dice? –indago.
–Me la imagino difícil, por lo que yo llegué a ver.
–¿Qué llegó a ver? Hay quienes me han dicho que Calderón maltrata físicamente a Margarita, cosa que no sería de extrañar, porque es algo muy común en un hombre alcohólico.
–Yo sí lo creo porque él es muy... ¿Cómo te diré...? Menosprecia mucho a las personas y creo que a Margarita también. Además, [ella tiene] un estilo que a mí me desesperaría, o sea, pazguato, de pocas neuronas. Pero sí puedo imaginar a Felipe, que es neurológicamente hiperactivo.
–Qué difícil para ella; pero, repito, la violencia de género es ejercida algunas veces por hombres alcohólicos; de hecho, pasar del alcoholismo a la violencia de género es común.
–Sí, eso es muy común en muchas personas.
–¿Usted cómo veía a esa pareja?
–Una relación fría; muy fría la relación entre ambos, porque yo veía a don Luis Álvarez y a Blanquita, que eran cariñosos, no melosos, pero había una relación en la que se notaba que había afecto, cariño. Entre Felipe y Margarita no; son un par de hielos.
–Entonces, ¿es un matrimonio también de conveniencia, más allá del amor?
–Me parece que de jóvenes les ha de haber generado empatía o entusiasmo el hecho de que ambos eran descendientes de personajes del PAN, y tal vez confundieron eso con un cariño, con otra cosa. Había afinidad en la forma de ser, pero nunca hubo enamoramiento. Yo nunca vi un momento cariñoso entre ellos, jamás, nunca, nunca.
FINANCIAMIENTO Y FIRMAS… LAS DUDAS ACECHAN
Felipe Calderón es el mayor financiador de las aspiraciones presidenciales de Margarita Zavala. Ha aportado oficialmente un millón 250 mil pesos, es decir, un 82 por ciento del dinero en efectivo dispuesto por ella para su precampaña y campaña. La única cantidad que ella ha reportado al Instituto Nacional Electoral (INE), en enero de 2018, es de un millón 532 mil pesos, reunidos con fondos de varios donadores. Esa cantidad resulta irrisoria a la hora de contabilizar los gastos que genera un aparato propagandístico como el de la ex primera dama. En comparación con la aspirante independiente María de Jesús Patricio, Marichuy, hay una gran diferencia: ella sólo ha reportado 163 mil pesos. Y frente a sus otros adversarios, Margarita Zavala es la que menos patrocinadores ha dado a conocer.
De acuerdo con los datos oficiales, el 1 de noviembre de 2017 su mayor financiador, Felipe Calderón, puso 500 mil pesos; casi un mes después le inyectó al proyecto de su esposa 750 mil pesos adicionales. Aparte de él, Margarita tiene cuatro donadores más: dos ex funcionarios del gobierno de su marido, Fausto Barajas Cummings, ex subsecretario de Infraestructura de la SCT y coordinador de Proyectos del equipo de campaña de la ex primera dama, quien oficialmente aportó 100 mil pesos, y Juan Alberto Monter Sanabria, ex director de los Centros SCT, que contribuyó con la misma cantidad. Los otros dos donadores son Gabriela Escobar Garibay, doctora especializada en inmunología, que le dio 80 mil pesos, y una donadora anónima que cooperó con 2 mil 600 pesos.
Una de las principales banderas de Margarita Zavala en su precampaña a la Presidencia son los ataques a sus adversarios por el uso de los recursos entregados a los partidos políticos. “Con los más de 11 mil millones de pesos que los partidos políticos recibirán en 2018, se podría duplicar la capacidad del Puerto de Altamira, generando miles de empleos e incrementando la competitividad de Tamaulipas y de México”, escribió en su cuenta de Twitter. Este tipo de mensajes han sido constantes.
“Con los más de 11 mil millones de pesos públicos que los partidos políticos recibirán en 2018, podríamos construir dos nuevas líneas de metro en Monterrey, beneficiando a más de medio millón de personas todos los días”, tuiteó luego de visitar esa ciudad, donde radica Fernando Canales Clariond, empresario y ex gobernador panista de Nuevo León, quien fue secretario de Economía y también de Energía durante el gobierno de Vicente Fox. Su hijo, Fernando Canales Stelzer, renunció a Acción Nacional en diciembre de 2011, “hastiado de la corrupción” y porque “el crimen organizado se metió al PAN”. Sorpresivamente, el hijo de una de las grandes familias empresariales de México anunció en 2012 su respaldo a Andrés Manuel López Obrador. “La mejor opción es la que representa [él] y lo estamos apoyando para que se convierta en el próximo presidente de México”, me dijo en una entrevista que le hice en Monterrey. Canales Stelzer, Fernando Turner y sobre todo Alfonso Romo, entre otros, son los empresarios que iniciaron las relaciones y la consolidación de AMLO con ese sector de la imperante industria regiomontana.
Sin embargo, la bandera de Margarita Zavala contra los dineros aportados a los partidos contrasta con su propio proceder. Felipe Calderón decidió donar su pensión a la fundación que ayuda a niños con cáncer Aquí Nadie Se Rinde. La pregunta que surge es: si ya no tiene pensión, tampoco salario, ¿de dónde obtiene el dinero que destina a la campaña de su esposa? En 2006, durante su campaña presidencial, Calderón afirmó que su esposa era la que se hacía cargo de los gastos familiares, porque él estaba desempleado desde junio de 2004, cuando renunció a la Secretaría de Energía. “Ella me mantiene”, declaró a los periodistas que lo cuestionaron.
Para manejar su estructura financiera, Margarita Zavala y su equipo han sido muy hábiles, pues crearon primero su asociación civil Dignificación de la Política, enarbolando la bandera contra la corrupción. Luego, la fundación Yo con México, bajo cuyos colores inició sus actos de precampaña, utilizando el lema “Pasemos de la indignación a la acción”. Y a pesar de que Margarita Zavala ha defendido la transparencia y la rendición de cuentas, sus estados financieros son imprecisos y poco transparentes. A través de la página web de Dignificación de la Política ofrece el informe de ingresos de enero a mayo de 2017 por un total de 14 millones 380 mil 486 pesos con 56 centavos. Explica que de donativos “individuales” obtuvo 4 millones 447 mil 202 pesos con 64 centavos; por eventos de recaudación recibió 9 millones 344 mil 105 pesos con 55 centavos; de “ingresos por microfinanciamiento”, 284 mil 762 pesos, y por venta de artículos promocionales, 304 mil 416 pesos con 37 centavos. De los egresos durante el mismo periodo, Margarita señala que se gastó 2 millones 53 mil 873 pesos con 75 centavos en “organización de eventos”, pero de “servicios personales” erogó 8 millones 204 mil 872 pesos con 21 centavos. Para viáticos y pasajes, gastó 617 mil 704 pesos con 52 centavos, y en el rubro de “otros”, 3 millones 521 mil 777 pesos con 17 centavos, dejando un saldo en rojo de 17 mil 741 pesos con 9 centavos.
En la sección de Preguntas frecuentes del informe se incluyen las siguientes:
“¿De dónde provienen los ingresos de la A.C. [Dignificación de la Política]? Los ingresos provienen de donativos individuales, eventos de recaudación, ingresos por microfinanciamiento y venta de artículos promocionales. [...]
”¿Cuántos donadores tiene? Son muchos los ciudadanos que han donado de distintas maneras; tan sólo en 2017, al cierre del mes de mayo, tuvimos 4 mil 528 donadores”.
Pero no muestra una lista de nombres.
Margarita Zavala informa desde esta página que tiene a 43 personas que trabajan en su equipo de campaña y que en el rubro de “servicios personales”, en el cual gastó más de 8 millones de pesos, están incluidos los sueldos, salarios, honorarios asimilables al salario, prestaciones y gastos de seguro social, obligaciones laborales y otras prestaciones. En su reporte de ingresos de enero a diciembre de 2016, Margarita declara ingresos por 23 millones 252 mil 39 pesos con 7 centavos, que se suman a los más de 14 millones de pesos que recaudó en cinco meses de 2017.
La ex primera dama, que lleva años sin empleo ni remuneración fijos, excepto por sus columnas publicadas en El Universal y su modesto puesto de maestra, sostiene que no utiliza recursos públicos para su campaña. “Si algo tengo de obstáculo es precisamente que no hay un recurso público, pero sé muy bien porque yo entré al PAN cuando no había financiamiento público”, ha dicho en sus actos de proselitismo electoral al recorrer más de 45 ciudades del país.
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