General Gallardo
12/04/2018 - 12:00 am
Guardia Nacional
Desde una visión estratégica, como concepto y forma de expresión acerca de la realidad, nace ante la complejidad para satisfacer necesidades bélicas, donde es necesaria una DIRECCIÓN explícita antes de convertirse en ACCIÓN, de la que dependen, recursos, vidas, tiempo, incluso el DESTINO DE UNA NACIÓN.
La Guardia Nacional (GN) es una de las dos fuerzas armadas que contempla nuestra constitución para defender la integridad, la independencia y soberanía de la nación. Otra lo es el Ejército permanente.
Desde una visión estratégica, como concepto y forma de expresión acerca de la realidad, nace ante la complejidad para satisfacer necesidades bélicas, donde es necesaria una DIRECCIÓN explícita antes de convertirse en ACCIÓN, de la que dependen, recursos, vidas, tiempo, incluso el DESTINO DE UNA NACIÓN.
Bajo este enfoque conceptual, lo deben saber políticos y militares, está fundada históricamente la política global, que trata de la apropiación total de nuestras soberanías, de nuestras culturas, y de los recursos estratégicos para fines de lucro y poder de dominación.
Frente a la grave situación que padecemos los mexicanos, ante el colapso del Estado, la inoperancia del gobierno y una crisis humanitaria que agrava a las mentes más reservadas. Es necesario apelar a una PLANEACIÓN ESTRATÉGICA NACIONAL, que incluya la reestructuración del Estado, la creación de nuevos mecanismos para llegar al poder, un cambio de régimen, el fortalecimiento del orden institucional, y romper rituales y parámetros que simbolizan a un Estado autoritario.
El objetivo principal de la estrategia está en restablecer la potestad del Estado en el uso de la violencia legítima; desmilitarizar a la sociedad y los espacios públicos exclusivos del ámbito civil; y el empoderamiento de los ciudadanos en sus derechos.
Entre varias de las cosas a considerar para reestructurar al Estado mexicano, como el sistema federal, está la reactivación de la GN, como una aproximación para terminar de tajo con la violencia y la inseguridad que tiene postrado a nuestro país. “Veamos”
El concepto del individuo que defiende su terruño, junto con sus paisanos, es la base que sostiene la existencia de la GN. Así lo previene la Constitución en Artículo 31. Son obligaciones de los mexicanos: Asistir en los días y horas designados por el Ayuntamiento del lugar en que residan, para recibir instrucción cívica y militar que los mantenga aptos en el ejercicio de los derechos de ciudadano, diestros en el manejo de las armas, y conocedores de la disciplina militar; Alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la ley orgánica respectiva, para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos e intereses de la Patria, así como la tranquilidad y el orden interior.
Artículo 35. Son derechos del ciudadano: Tomar las armas en el Ejército o Guardia Nacional, para la defensa de la República y de sus instituciones, en los términos que prescriben las leyes. Artículo 36. Son obligaciones del ciudadano de la República: Alistarse en la Guardia Nacional.
Como se puede apreciar las misiones asignadas constitucionalmente a la Guardia Nacional, al pueblo en armas, para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos e intereses de la Patria, así como la tranquilidad y el orden interior. La Constitución se las da única y exclusivamente al pueblo en quien reside esencial y originariamente la soberanía. No se las da al Ejército, ni a ninguna otra autoridad o poder, ni nadie más que al propio pueblo. Estos derechos y obligaciones de los ciudadanos han sido negados históricamente por el Estado mexicano, a conveniencia de los grupos de poder, de la oligarquía e intereses ajenos a la nación.
No hay cosa más humillante para una norma jurídica que sea tratada como “letra muerta”; México es un fiel generador de este tipo de leyes que sólo adornan el cuerpo jurídico nacional, porque en la mayoría de las ocasiones, la realidad es totalmente diferente a lo previsto por el legislador.
No obstante que la GN tiene larga data, es un claro ejemplo de ello, partiendo desde su concepción, su penoso desarrollo, heroico pasado, hasta llegar al actual olvido, comprensible, no aceptable desde el punto de vista político.
El estudio de la GN primero, parte de sus antecedentes: las milicias provinciales de la Nueva España y del concepto estadounidense de milicia, el derecho y la obligación del pueblo para contribuir a la defensa de la nación, temeroso de un ejército permanente demasiado fuerte y desorbitado, el ciudadano-soldado se convierte en el depositario del sagrado deber de defender a la patria, de esta idea nace la 2ª Enmienda a la Constitución estadounidense, aprobada en 1791 “siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, no se violará el derecho del pueblo de poseer y portar armas”.
Frente a un ejército poderoso que intentara tiranizar a la sociedad, como sucede en muchas partes, se opondrá una milicia de millones de ciudadanos armados, dirigidos por hombres seleccionados entre ellos, que lucharan por sus libertades comunes, unidos y dirigidos por gobiernos que poseen su afecto y confianza, puede dudarse con razón de que una milicia así organizada pueda ser vencida, pues forma contra las acometidas de la ambición una barrera infranqueable.
Segundo, cuando asume su carácter de milicia local durante la primera etapa del México independiente; Tercero, cuando se conoce con su nombre distintivo que corresponde a su actuación estelar en la época juarista, y finalmente lo que sucede en el siglo XX cuando llega al olvido y desfiguración, no obstante la visión antimilitarista de Venustiano Carranza.
A Juárez y Carranza no les tembló la mano para decretar la desaparición de las fuerzas armadas existentes en su tiempo. Tenían razones poderosas para actuar de esa manera, pero principalmente coincidían: los ejércitos que disolvieron, eran el soporte de los regímenes que derrotaron.
Sin embargo, a pesar de que la milicia de la nación es un baluarte natural y en cualquier circunstancia estará a la altura de la defensa de la patria, siempre es necesario contar con un ejército permanente, ad hoc a las necesidades del país, pequeño y muy profesional que se aboque a la defensa de guarniciones y fronteras; pues cuando un ejército se convierte en una carga para la sociedad debe desaparecer. (Sun Tzu)
A la luz de lo anterior, se pueden establecer varias conclusiones: es responsabilidad de los ciudadanos la defensa de la patria, luego siendo el pueblo la esencia del Estado, es el primer interesado en salvaguárdalo, lógico, para que los ciudadanos estén en condición de cumplir con su deber, tienen derecho a recibir instrucción cívica y militar y a poseer armas; la GN no es una institución permanente, si bien todos sus integrantes deben estar perfectamente instruidos en el manejo de las armas; sólo se constituye cuando las circunstancias así lo requieran en asamblea, instrucción, servicio o campaña (ámbito federal).
El ejército profesional es complemento para defender con éxito a la patria; sólo debe ser lo indispensable para cubrir las necesidades del servicio de guarnición, quedando a la milicia el papel de formar el grueso en la contingencia. Remarca a la GN su condición de local cuando forma parte de cada uno de los Estados de la federación, independiente y solamente unida por los lineamientos generales de organización, disciplina y armamento que dicta el poder federal; el nombramiento de sus oficiales es libre, y hecha por los propios milicianos quienes los eligen dentro de sus filas, ellos actúan de acuerdo al poder estatal y sólo se subordinan a la Unión en caso de revueltas o invasiones.
Se trata de una institución claramente republicada, netamente federal, local decíamos, no permanente, temporal, no profesional pues nace del sistema político que respeta las autonomías del orden federal y por último es democrática, puesto que en ella participan en condiciones de igual todos los ciudadanos.
La posibilidad de que exista la GN está claramente contemplada en la Constitución General: “Alistarse y servir en la Guardia Nacional, conforme a la ley orgánica respectiva, para asegurar y defender la independencia, el territorio, el honor, los derechos e intereses de la Patria, así como la tranquilidad y el orden interior”. (Art. 31 Fr. III). Como asenté, históricamente la obligación de defender a la patria, ha sido negada a todos los mexicanos por los poderes públicos.
En este orden de ideas, no se trata de que los Estados posean ejércitos particulares; es una garantía para que cuenten con elementos de carácter militar suficientes para solventar sus necesidades internas, y los ciudadanos podamos cumplir con el mandato de defender la independencia, el honor de la república y resguardar el orden interior.
Naturalmente, el establecimiento de la GN increpa al estado actual de las fuerzas armadas permanentes, la existencia inconstitucional del Estado Mayor Presidencial, y las intenciones de crear la Gendarmería Nacional, el Mando Único y las ocurrencias de formar super secretarias e instituciones ilegales para combatir la inseguridad que campea en todo el territorio nacional. Estos planteamientos, como la institución del ombudsman militar, constituyen la seguridad del Estado; una solución al colapso de seguridad que padece México.
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