Justo cuando mi columna aparezca en el portal de SinEmbargo, en el primer minuto de este 30 de marzo, estará arrancando --¡apenas!-- de manera formal la campaña presidencial 2018. Arranca la contienda oficial, que durará 90 días. Es decir, todo lo anterior –meses y hasta años de acusaciones, denuestos, encuestas, especulaciones, promesas, análisis, traiciones— no existió. Las llamadas precampañas y las intercampañas fueron mero calentamiento, nada. Nos chutamos en vano más de veinte millones de spots, por radio y televisión. Así lo dispone nuestra legislación electoral.

A partir de este Viernes Santo, mera coincidencia, todo empezará de nuevo, aunque con las mismas premisas. Ya conocemos, los metiches, el contenido de los tres primeros mensajes de los tres candidatos de las tres coaliciones tripartidistas que compiten por la Presidencia de la República y que las tres mil 111 emisoras de radio y televisión transmitirán a partir de ya. Nada nuevo aportan, al menos por ahora.

José Antonio Meade Kuribreña (PRI, Verde, Nueva Alianza) abunda en sus spots sobre sus propuestas de continuidad, con base en las reformas estructurales logradas durante el sexenio que termina; Ricardo Anaya Cortés (PAN, PRD, MC) insiste en sus advertencias de castigo a los corruptos, incluido el presidente actual y en su oferta de modernidad tecnológica, y Andrés Manuel López Obrador (Morena, PT, PES) regresa a sus posturas originales contra la construcción del nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México y las reformas energética y educativa y vuelve con el tan sobado ofrecimiento de vender el avión presidencial de siete mil 500 millones de pesos “que ni Obama tiene”.

Si bien el tabasqueño ha ocupado el primer lugar en prácticamente todas las encuestas desde hace varios meses, habrá que no prejuiciarnos por esos sondeos de opinión y mantener la mente abierta para examinar las propuestas de los aspirantes, que ahora serán las de a de veras, supongo, y evalúar con cabeza fría sus participaciones en los tres debates oficiales. Habrá sorpresas.

Lo novedoso de la campaña, por ahora, es la participación por primera vez en la historia de México, de un candidato independiente a la Presidencia. La ex panista Margarita Zavala Gómez del Campo estará en la boleta y en la contienda, aunque en condiciones de absoluta –y nada casual-- desventaja. La partidocracia se encargó de hacer casi imposible, y al menos inútil, la participación de alguien no respaldado por sus logotipos.

Por principio de cuentas, cada uno de los tres candidatos de las tres coaliciones registradas aparecerá tres veces en la boleta: una por cada partido que lo postula; Margarita aparecerá una sola vez… y en la parte baja. Ella tendrá un tope de campaña de 42.9 millones de pesos; ellos, los tres, podrán gastar hasta 429 millones de pesos cada uno: diez veces más.

La propia Margarita se quejó en su cuenta de Twitter de la inequidad en el reparto de los spots de radio y televisión. Por cada spot suyo, Meade Kuribreña tendrá 124 mensajes, Anaya Cortés, 119, y AMLO, 63. Entre los tres “formales” y los partidos que los postulan se repartirán en total 22 millones de spots a transmitirse en los próximos tres meses, 60 por ciento de ellos a través de estaciones de radio y 40 por ciento de televisoras.

Empieza, ahora sí, la función. Para abrir boca, digo yo, estaría bueno aprovechar que se nos cruza el antiguamente llamado Sábado de Gloria, hoy Sábado Santo, con un buen tronadero de judas, que esta vez alcanzan un número sin precedente en la historia mexicana. Hay los que traicionaron al PAN para pasarse al PRI o a Morena; los que abandonaron al tricolor para dejarse cobijar por el Peje, los que dieron la espalda al PRD para irse al PRI o a la alianza de AMLO y los que en cambio le jugaron chueco al tabasqueño y se acomodaron, curul de por medio, en otra coalición.

Los integrantes de la familia Linares, los más célebres fabricantes de los muñecos de cartón y engrudo pintados con colores chillantes, tendrán allá en su taller ubicado en las inmediaciones del mercado Sonora una larga lista de personajes, que esta vez desplazarán e los tradicionales y favoritos, como el infaltable pelón Carlos Salinas de Gortari, la maestra Elba Esther, El Chapo Guzmán, el grandote Vicente Fox, Enrique Peña Nieto o Donald Trump, que el año pasado fue el más solicitado por los compradores. Ponga aquí los nombres de sus nuevos judas favoritos. Y préndales un cohete. Válgame.

@fopinchetti

Francisco Ortiz Pinchetti

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Fue reportero de Excélsior. Fundador del semanario Proceso, donde fue reportero, editor de asuntos especiales y codirector. Es director del periódico Libre en el Sur y del sitio www.libreenelsur.mx. Autor de De pueblo en pueblo (Océano, 2000) y coautor de El Fenómeno Fox (Planeta, 2001).

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