RESEÑA | ¿Qué pasa con la justicia en México?: "Hielo negro", de BEF

31/03/2018 - 12:03 am

Tras apoderarse de las reinas del cártel de Constanza, Lizzy Zubiaga se adentra en el negocio de las drogas de diseño. Su equipo de investigación está por sintetizar el hielo negro, sustancia poderosísima que elimina las inhibiciones y el miedo, a la vez que provoca una euforia incomparable. Pero está a punto de enfrentarse a la implacable agente Andrea Mijangos, quien tiene una deuda personal con Lizzy y no se detendrá hasta cobrar venganza.

Por Roberto Feregrino

Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo).- Acabo de leer Hielo negro (2011), del escritor mexicano Bernardo Fernández BEF (1972) y me parece una novela digna de mencionar. Esta es la segunda entrega de una serie de cuatro hasta el momento (Tiempo de alacranes, Hielo negro, Cuello Blanco y Azul cobalto) y narra la lucha entre el narco representado por Lizzy Zubiaga y la policía Judicial representada por Andrea Mijangos. Hielo negro describe los intentos desbordados de una mujer que pretende alcanzarlo todo, sin importar quién tenga que pagar con su vida para alcanzar el poder en las drogas. Lizzy comandará el cártel de Constanza después de la muerte de su padre, no obstante, esta mujer que estudió artes en Canadá representa el mundo volátil de tener lo que se quiere y dejarlo cuando se aburre; matar a su antojo y ser respaldada por los suyos. Su contraparte es Andrea, una mujer “gorda” que trabaja en la judicial y pone de manifiesto la corrupción en un sistema creado para impartir justicia. Detrás de este personaje femenino, se engarzan historias que la hacen seguir la pista del asesino de su amante (Armengol) por andar extorsionando a narcomenudistas. La venganza la llevará a encontrarse con Lizzy y una lucha entre el “bien” y el “mal” se librará.

Hielo Negro, de Bef. Foto: Especial

En la actualidad existen varios novelistas mexicanos que siguen los pasos de Rafael Bernal (1915-1972) en el tema policial, detectivesco o de crimen, como Paco Ignacio Taibo II (España, 1949), Élmer Mendoza (Culiacán, 1949), Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972) o, el ya mencionado, Bernardo Fernández. Y quizá hay un largo etcétera antes y después de los que acabo de enumerar; sin embargo, estos que hoy pongo sobre la mesa han reforzado algo que desde los libros de caballerías se consolidó como saga y ellos ofrecen, no caballeros andantes, sino detectives o policías o periodistas que luchan contra el mal (en toda la extensión de la palabra).

Héctor Belascoarán Shayne, El “Zurdo” Mendieta, Casasola y Andrea Mijangos, son sólo algunos de los héroes que los escritores están creando en la actualidad, en un mundo que pareciera desmoronarse a pedazos por falta de alguien en quien confiar o de qué asirse en el momento de la caída inminente de la libertad o la justicia cuando las notas de todos los días son: “silencio a la verdad”. ¿Adónde vamos como sociedad? Es una pregunta retórica que plantea cientos de respuestas de acuerdo en dónde estemos plantados, cuáles sean nuestros intereses y hacia dónde pretendamos llegar. Desafortunadamente el siglo XXI está siendo un momento de dudas y desconsuelo en el tema de la justicia —salvo la mejor opinión del lector— los Amadises, los Don Quijotes, los Cides, los Esplandianes, han quedado en lontananza. Ahora, los escritores han apostado por hacernos confiar en que un “bien” y un “mal” libran batallas, después de cada entrega (como en el olvidado siglo XVI) nos emocionamos con las peripecias de estos detectives que libran batallas en algún confín de México pensando en que la justicia no está del todo perdida.

Bernardo Fernández, narrador e ilustrador, profesor en la Universidad Iberoamericana, lo mismo puede escribir un thriller policiaco que un libro para niños. Foto: Facebook

No podemos evadir situaciones que son propias de este mundo en el que vivimos, como las drogas, los Cárteles, el lenguaje, la música o la comida, que son exaltadas en cualquier estilo de novela negra que leamos. (Quisiera hacer un paréntesis en este momento para decir que menciono a Paco Ignacio Taibo II aunque sea español, porque lleva mucho tiempo viviendo en México y la saga de Belascoarán Shayne [que abre con Días de combate y cierra con Adiós, Madrid] se centra totalmente en entornos de la CDMX y problemas históricos de este país que al escritor no le son ajenos).

Bernardo Fernández, narrador e ilustrador, profesor en la Universidad Iberoamericana, lo mismo puede escribir un thriller policiaco que un libro para niños. Valdría la pena acercarnos a él para cuestionarnos individualmente ¿qué pasa en México y su justicia? Quizá leer y autocuestionarnos sería más temerario que ver los noticieros que nunca responsabilizan a nadie y nos presentan finales infelices siempre. ¿Es válido emocionarse hoy en día con algo? Este que hoy escribe piensa que sí.

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