Tatiana Clouthier Carrillo, coordinadora de campaña del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, fue un cálculo político del tabasqueño por el peso que tiene el ser la hija de uno de los íconos de la lucha por la democracia en 1988: Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, el Maquío, coinciden politólogos en entrevista con SinEmbargo. Pero, no fue el único motivo: la hija del Maquío tiene algo que López Obrador también vio: es recta, con ideales arraigados, difícil de cambiar de opinión y solidaria, reconocen los analistas políticos, familia y amistades.
“Incansable, porque creo que tengo mucha energía. Porque creo que a este mundo vine a gastarme, en el buen sentido de la palabra. Vine a usarme, a ponerme al servicio de los demás; en ese sentido”, se define Tatiana Clouthier.
SinEmbargo publicó los perfiles de los tres coordinadores de campaña de los punteros de la elección presidencial. En esta entrega se presenta el de Tatiana. Ayer se publicó el de Aurelio Nuño, coordinador de la campaña de José Antonio Meade, y el viernes el de Dante Delgado, quien es una especie de coordinador de Ricardo Anaya y de "Por México al Frente", porque dicha coalición no tiene asignado uno formal.
Ciudad de México, 25 de marzo (SinEmbargo).- “Ella es tan auténtica que, mira te voy a decir algo: cuando vas caminado con ella en el centro; cuando nadie te ve como dice la canción, y si ve una botella, un papel en el suelo, cosas tan pequeñas como esas, se agacha y recoge lo que encuentra. Me ha tocado varias veces y me impresiona mucho eso, porque a mí me da asco. Imagínate recoger un papel en el centro de Monterrey, que como el centro de la Ciudad de México, son sucias las calles. Pero ella lo hace”, dice María Elena Assad, activista de la organización Evolución Mexicana.
Quienes la conocen y conviven con ella coinciden en una palabra cuando la definen: solidaria. Ella se define incansable. Es una mujer, afirman, honesta de una pieza que siempre está para sus hermanos, amigos y familia.
“Incansable, porque creo que tengo mucha energía. Porque creo que a este mundo vine a gastarme, en el buen sentido de la palabra. Vine a usarme, a ponerme al servicio de los demás en ese sentido”, se define en entrevista con SinEmbargo Tatiana Clouthier Carrillo, coordinadora de campaña de Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos haremos historia” a la Presidencia de la República.
Para los politólogos forma parte de un cálculo político de Andrés Manuel López Obrador porque su apellido Clouthier le significa votos que puede jalar del viejo Partido Acción Nacional (PAN) que creyó y siguió a su padre Manuel de Jesús Clouthier del Rincón, conocido como Maquío e ícono de la la lucha por la democracia que se dio en 1988, pero a ella no la ven como oportunista, sino como una mujer que está con el tabasqueño por convicción.
Tatiana Clouthier Carrillo nació en Culiacán, Sinaloa el 12 de agosto de 1964 en el seno de una familia de empresarios de la región. Hija del ex candidato presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN) en 1988, Manuel Clouthier Maquío, y de Leticia Carrillo. Fue la quinta de 11 hermanos, de los que actualmente sobreviven 10.
“Te puedo decir algo: si me dijeran te vas a tener que ausentar y tienes que dejarle encargado a alguien que supervise a tus hijos y tu negocio, la dejaría a ella. Es congruente a más no poder, honesta. Meto las manos al fuego por ella, y son pocas las personas por las que metería las manos, me sobrarían dedos de la mano; pero ella sería de las primeras”, dice María Elena, amiga de Tatiana desde hace 10 años y una de las fundadoras, junto con Clouthier Carrillo, de la organización Evolución Mexicana que promueve la participación ciudadana y rendición de cuentas en el norte del país.
María Elena, quien conoció a Tatiana en 2009, cuando contendió para la Alcaldía de San Pedro Garza García, en Nuevo León, la define como “inteligente, congruente, compasiva”.
Manuel Clouthier Carrillo, su hermano, “solidaria, detallista, íntegra”; y Rebeca Clouthier Carrillo, la hermana con la que creció como “gemela”, como “solidaria, compañera, justa”.
Para sus hermanos y amigos es una mujer virtuosa que tiene dos defectos: es “extremadamente directa” y “aferrada a sus ideas”. Y aunque Tatiana tiene un rostro adusto y a primera vista parece una mujer rígida, dicen, es una persona cariñosa que apoya a su familia y amistades cuando la llaman y nunca dice no.
“Ha sido extraordinaria hermana con todos y es la que siempre está teniendo detalles con todos. Es muy sensible, siempre dispuesta a atender las causas de los más necesitados. Muy amiga de sus amigas en el sentido del término solidario”, la describe Manuel Clouthier.
Manuel afirma que Tatiana es una mujer “que tiene sustancia”, de ideales difíciles de doblar.
“El defecto que le veo es que es muy tajante. A veces no la puedes hacer cambiar de opinión con facilidad. Siento que a veces hay que tener un poco más de flexibilidad, pero fuera de eso es una persona que tiene muchísimas más virtudes que defectos. Pudiera parecer enojona, pero no. Realmente tiene un gran corazón y su rigidez la hace ver a veces de otra manera”, opina Rebeca Clouthier.
Rebeca es una de las personas que conoce más a profundidad a Tatiana. De los 11 hermanos, ellas crecieron como gemelas. Se llevan apenas un año y de niñas se turnaban para despertase para ir a la escuela y hacerse el desayuno para así poder dormir más.
Tatiana era su cómplice en todo, recuerda Rebeca entre risas.
Se brincaban bardas, le “robaban” el automóvil a su papá, se ponían pelucas para que no las reconocieran, se colaban en las fiestas para mayores de edad y participaban en grandes peleas a la salida de la escuela pública –a donde Maquío envió a estudiar a sus niños la primaria–.
Porque Tatiana era una niña ágil y muy buena para pelear.
“Recuerdo una vez que se peleó con el ‘Gera’ y le hicimos bolita: ‘¡Dale Tatiana! ¡Dale Tatiana!’, le gritábamos todos”, cuenta Rebeca entre risas.
“Era muy bonita. Era una güerita con el pelo corto de casquito, con un... ¿cómo le dicen ustedes las mujeres a ese que usan en el pelo? ¡Un tupé! Tenía el pelo cortado al frente. De ahí el sobrenombre: yo le digo 'güera', porque era muy güera. Así me refiero a ella”, dice Manuel Clouthier Carrillo.
Era el Sinaloa de la década de los 70 en el siglo pasado, y la familia vivía con comodidades. “La hacienda de los Clouthier es impresionante, es tremenda. Ellos siempre fueron de dinero”, dice una persona oriunda de Culiacán.
Pero en medio de ese bienestar, Manuel Clouthier se encargó de que sus hijos estudiaran en una escuela pública en donde Tatiana tuvo contacto desde muy pequeña con la otra cara de la moneda: la pobreza.
“Esa fue una de las cosas que aprendimos de mi padre, quien nos mandó a la escuela pública, fue que desde muy chicos nos hizo ver las necesidades de los demás, y sobre todo a no ver a nadie diferente sino a convivir con el que tiene y con el que no; con el que le va bien, con el que no, y poderme mover de un mundo a otro sin ningún asunto. Me permitió poder crear puentes entre unos y otros. Esto ha sido como un vaivén en mi vida, una gran regalo que me dieron: el poder crear puentes”, dice Tatiana.
En Culiacán creció Tatiana con sus 11 hermanos, en medio de tremendas comilonas a la hora de la comida y de la cena, en donde siempre había dos invitados mínimo a la mesa de la familia y donde Maquío les preguntaba a sus hijos cómo les había ido en el día.
“No te puedes imaginar lo que era la hora de la comida. Era una locura en el buen sentido de la palabra. Mínimo teníamos dos invitados por cada comida. Iniciaba con una oración de agradecimiento por los alimentos y empezaba la pasadera de comida, la repetida. Luego se daba una conversación muy amena donde mi papá nos preguntaba qué habíamos hecho. Al final del día, era una sobre mesa larga y mucha gente a la mesa”, recuerda Tatiana.
Eran tiempos divertidos. Una infancia rodeada de vecinos que jugaban en el enorme patio de Tatiana a las escondidas, a los encantados, voleibol.
“Había una iglesia enfrente de la casa, y había un estanquillo. Ahí nos juntábamos y jugábamos”, dice Tatiana.
Pero a violencia en Culiacán empezaba a preocupar a los padres de Tatiana, y Maquío decidió, cuando ella tenía 15 años, enviarla a estudiar la preparatoria a Estados Unidos. Esa fue la causa, dice, por la que dejó su natal Sinaloa tan joven: la inseguridad.
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“Si alguien me hubiera leído la mano le hubiera dicho que no es cierto. Mis intereses estaban en otra parte. Estaban en el deporte, era yo voleibolista y ese era mi sueño: haber sido jugadora profesional de algún deporte, o haber estudiado la carrera de Dirección Deportiva. Cuando me vine a Monterrey estudiar eso en aquellos años, que hoy en día es toda una profesión, era con un futuro un poco castigado; entonces me metí a otra profesión, y cuando menos pensé me invitaron a trabajar a una administración municipal. Luego empecé a estudiar una Maestría en Administración Pública y eso me llevó al servicio público. Se fue dando de la mano, no fue una cosa planeada”, dice Tatiana.
Llegó a los 15 años a Estados Unidos. Ahí, en compañía de su hermana Rebeca, estudió la preparatoria y se inclinó por el atletismo. Le gustaba correr, era una gran corredora recuerda Rebeca.
“Cuando estábamos en Estados Unidos en la prepa corrimos muchas carreras. Cruzamos el Golden Gate en bicicleta, a pie. Nos pusimos gordas las dos al mismo tiempo por tragonas y nos íbamos a correr las dos juntas porque nos remordía la conciencia de lo que comíamos. Ya no hallábamos cómo adelgazar por lo que habíamos engordado”, narra Rebeca Clouthier.
Pero las carreras terminaron y Tatiana regresó a México y se inscribió en la Licenciatura en Lengua Inglesa en el Tecnológico de Monterrey. Luego, estudió una Maestría en Administración Pública por la Universidad Autónoma de Nuevo León.
A la política, dice, entró por su padre. En el Partido Acción Nacional (PAN) inició su formación junto con su hermana Rebeca. En eso también fueron cómplices.
“Yo entro al PAN por este asunto de mi papá. No sé si fue en 1986 o fue después de la candidatura, o antes que entré. O si fue para votar en la convención del 88”, dice Tatiana.
En el PAN militó 17 años. Entre sus primeros trabajos destaca que se encargó de dar forma a la la plataforma electoral del candidato panista en los comicios de Gobernador de Nuevo León en 1997. En la entidad fue Consejera Estatal del Comité del PAN y trabajó en el Gabinete de Fernando Canales Clariond en la coordinación de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación.
“En el ámbito de la política también estuvimos juntas: trabajamos en el municipio de San Pedro juntas, estuvimos en el PAN juntas. Cuando ella fue Diputada federal por el PAN, yo fui presidenta estatal del PAN en Nuevo León. Mi hermana y yo hemos sido cómplices de vida en todo. Es alguien con la que puedo contar incondicionalmente a la hora que yo necesite”, dice Rebeca.
Tatiana ocupó una curul en la Cámara de Diputados en 2003 y una de sus propuestas fue la modificación al artículo 406 al Código Penal, pues buscaba que hubiera pena de prisión para los funcionarios que desviaran recursos del erario para ellos o para sus familiares. Pero fue votada en contra por la mayoría.
Como Diputada también le tocó el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Fue ahí cuando sus convicciones éticas la llevaron a rechazar la pauta marcada por su propio partido y votó en contra del desafuero.
“No había motivos y circunstancias de porqué dejar a nadie fuera, por descalificar solamente; tenía que haber motivos, no nomás porque ere mi oponente. En la democracia se compite y la gente decide, en ese sentido es como yo veía que no teníamos porque descalificar de la contienda a Andrés”, afirma Tatiana.
Entonces, en 2005 llegó la ruptura con el partido en donde había militado los últimos 17 años de su vida.
La hija del Maquío decidió abandonar el PAN, la fuerza política en la que se formó, a la que ingresó siguiendo el ejemplo de su padre, y en la que su hermana Rebeca era una militante activa.
“Yo dije: el PAN empieza a parecer una mala copia del PRI. Eso es lo que detona mi salida”, dice.
Su hermana Rebeca, que suma más de 30 años de militancia en el PAN y que es candidata por ese partido a la alcaldía de San Pedro Garza García para los comicios del 1 de julio, afirma que la renuncia de Tatiana no significó un distanciamiento entre ellas.
“A nosotros nos educaron en el amor, solidaridad, respeto, pluralidad, diversidad. Yo amo a mis hermanos y respeto las decisiones que ellos tomen; siempre y cuando sea en el cause de las leyes. Nos educaron para luchar desde la trinchera que nos diera la gana. Lo único que nos dijeron que no debíamos hacer es quedarnos cruzamos de brazos viendo que el mundo pasa y nosotros no fuéramos protagonistas”, dice.
Tatiana salió del blanquiazul y decidió no militar de nuevo en ningún partido. Ni siquiera en Morena, en donde colabora actualmente con López Obrador. En 2009 buscó ser Alcaldesa de San Pedro Garza García por la vía independiente; sin embargo, le fue imposible porque en esos años aún la figura no existía. Fue el partido Nueva Alianza (Panal) el que decidió lanzarla gracias al llamado que hizo junto con un movimiento ciudadano que se gestó en Nuevo León.
El movimiento y Tatiana pedían que un partido político apoyara la candidatura, sin condiciones y sin exigirle que se afiliara.
La contienda fue reñida y se hablaba del “factor Tatiana”. La hija del Maquío se colocó en un segundo lugar en las encuestas, por debajo del candidato del PAN Mauricio Fernandez Garza. Al final de la contienda obtuvo 23.3 por ciento d ella votación, sólo un poco por debajo del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que obtuvo 26.65 por ciento, y bastantes puntos de distancia del candidato del PAN, quien consiguió 46.6 por ciento de la votación.
Pero aunque no ganó, Tatiana conoció a varias de sus grandes amigas en esa elección. Amigas que la apoyaron en la carrera por la democracia, pero a través de la sociedad civil.
Además de conocer a María Elena Assad, conoció a Lorenia Cannavati. Una mujer que también participa en la política y que fundó con Tatiana y otras mujeres la organización Evolución Mexicana.
Lorenia describe a Tatiana como una mujer “comprometida, congruente y apasionada”. Cuyo defecto quizás, dice, es que es “dura en sus convicciones”.
“Es una persona que no descansa jamás. Está todo el día haciendo cosas por los demás. El que agarra el teléfono y le marca, si ella no puede o no sabe, ella ve para conseguirle cómo alguien más puede ayudar. Es dura en sus convicciones y en lo que cree y es recta. No es fácil que cambie de opinión porque está muy apegada a sus convicciones”, dice Cannavati.
Lorenia afirma que Tatiana Clouthier es una amiga cariñosa y generosa.
“Cuando estuve enferma, siempre estuvo en el hospital. Se da tiempo para todo, para cumplir con la gente que quiere. Es sumamente cariñosa y buena amiga”, dice.
El activismo de Tatiana Clouthier se remonta a 1994 en donde formó parte del Grupo San Ángel que se manifestó en contra de la violencia electoral. También forma parte de la organización Red Cívica y de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, es miembro de la Women’s Democracy Network, un grupo de promoción de la Cultura de la legalidad en donde participa desde 2004.
Clouthier Carrillo también se ha dado tiempo para escribir y es autora de cuatro libros: Crónica de un fraude anunciado (1992), Maquío, mi padre (2006), Curul 206, una visión del Congreso (2006) y Parejas, Parejas en coautoría con Valeria Guerra (2018).
“Me defino a mi misma com una ciudadana de tiempo completo. Es fundamental que aprendamos a respetamos y a trabajar de forma conjunta. A tomarnos de la mano con lo que nos une en lugar de con los que nos divide”, dice.
Rebeca y Manuel Clouthier coinciden en que Tatiana se parece físicamente a su madre, Doña Lety, quien falleció en diciembre de 2017, sólo que en rubia y con los ojos azules de Maquío. En el carácter es igual a su padre.
“Maquío tenía esa característica: era muy hábil para las respuestas, de alguna manera ha de traer ese gesto heredado, o lo ha de haber aprendido de mi padre”, cuenta Manuel.
Tatiana, dice Rebeca, también heredó de Maquío la rigidez y lo estricta.
“Físicamente a mi mamá, nomás en güera. En personalidad no te podría decir. Yo creo que de los dos saqué el trabajo comprometido y de servicio”, dice Tatiana.
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Uno de los detractores más importantes de Tatiana Clouthier Carrillo es el ex Presidente Vicente Fox Quesada.
Fox fue Secretario del Ramo Agropecuario en Gabinete Alternativo del PAN con Manuel Clouthier el Maquío.
En el documental realizado por Azteca Opinión en febrero de 2016, denominado “Maquío: rebeldía, seducción y tragedia”, Vicente Fox describe en tres palabras lo que movió a Maquío a ingresar a la política: “eso lo llevó a la política: la pasión, la compasión, el compromiso de servir al país”.
Y en el mismo documental acepta que una de las causas que hizo posible su llegada a la la Presidencia de la República en el 2000, fue el “boquete que le abrió el Maquío al sistema” 12 años atrás.
Pero con Tatiana Clouthier, quien tenía 24 años cuando acompañaba a su padre en 1988, Fox Quesada no tiene una buena relación y le critica su apoyo a Andrés Manuel.
El 8 de marzo Vicente Fox y Tatiana intercambiaron unos tuits, pues el ex Presidente le reclamó su adhesión al proyecto de López Obrador.
Tatiana escribió primero en un tuit –luego de que Fox en una entrevista arremetiera en contra del tabasqueño–: “Vicente Fox el hombre que pasó a la historia como quien tumbó al sistema y ahora quiere ser recordado como quien perdió la razón! No cualquiera aguanta irse al rancho”.
Y más tarde Fox contestó: “Mi querida tatiana que dira tu padre verte sumada a ese equipo d delincuentes.Que verguenza al apellido CLUTHIER, sumandote a un caudillo con CERO principios.Que diran los ciudadanos a quienes nos inspiró y movilizó el http://MAQUIO.Me pregunto quien ha perdido la razón?”
Tatiana, en entrevista con SinEmbargo, dice que Vicente Fox le faltó al respeto a la memoria de su padre al tratarle de poner palabras. Ella no se atrevería a plantear “¿qué diría Maquío de Vicente Fox si lo viera ahora?”.
“Me encararía poderle poner palabras a Maquío, pero Maquío murió hace 30 años. El país era otro, la circunstancias otras, Vicente Fox era otro, yo era otra. Entonces, quererle yo poner palabras a mi padre es tomarme atribuciones que no me corresponden, y que Vicente le ponga palabras a mi padre es tomarse atribuciones todavía peores, que menos le corresponden. No me atrevería poner palabras a mi padre contra Vicente Fox. Lo único que haría es mentir, no puedo imaginarme qué diría mi padre. Me encantaría poder inventar para decirle a Vicente Fox cosas, pero me parece una falta de respeto hacerlo”, dice.
–¿Usted considera que hay una falta de respeto de parte de Fox al utilizar a su papá?, se le pregunta a Tatiana.
–Yo creo que sí, al menos que él hable con los espíritus. Si él habla con Maquío y todo lo demás, no hay más que reconocer esta parte que él ha sido capaz de ver y hacer que yo no tengo, ni he visto. Yo no hablo con los muertos, contesta.
El apoyo de Tatiana a López Obrador no es nuevo y se remonta a la elección presidencial de 2012 en donde a través de un video la hija de Maquío le brindó su apoyo. Luego, en los comicios de 2017 se unió al equipo de asesores de la candidata a la gubernatura del Estado de México Delfina Gómez Álvarez, del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
–Pero, ¿qué llevó a Tatiana a seguir a López Obrador?, ¿en qué se parecen Andrés Manuel y su padre?
–En el proyecto. Mi padre fue un hombre extremadamente congruente y creo que Andrés Manuel lo es; congruente a lo largo de su vida. Podemos ver su historia de lucha y de congruencia. Es lo que yo veo en Maquío. Por otra parte tenemos esta parte del tema de proyecto de nación, cuando hablamos de eso es un proyecto con economía con rostro humano. En el 88 se buscaban proyectos con solidaridad y subsidiaridad, que sigue siendo algo que se maneja hoy en día con Andrés. La parte de respeto a los derechos humanos a los trabajadores, en esta parte veo puntos de unión en los proyectos.
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La decepción del PAN que la llevó a renunciar en 2005 a la fuerza política, también la motivó a separarse de la vida partidista. Tatiana Clouthier se unió al proyecto y al equipo de Andrés Manuel López ObradoR, pero no se afilió ni a Morena, ni a ninguno de los otros partidos que lo postulan.
“Hace mucho dejé de militar en un partido y estoy participando en el partido más grande de este país que se llama México. Cuando dejé la vida partidista, me di cuenta que no era muy buena consejera y decidí pasarme a las filas más grandes de la sociedad civil”, dice.
Esa trinchera es la que más le gusta, afirma. Pero Tatiana ni siquiera se considera una mujer de izquierda. No la define esa ideología, ni tampoco la derecha, porque para ella no existen.
“Yo digo que las izquierdas y las derechas no existen ya, así como tal. Soy una mujer que ama a México, que me gusta buscar que la equidad se dé en la parte económica, de derechos, como en obligaciones. Soy una mujer que le gusta ser congruente entre lo que digo y lo que hago. Soy alguien que se comprometió a no quejarse y hacer en lugar estarse quejando. Soy una apasionada”, se define.
Para los politólogos Tatiana es un fenómeno interesante. Coinciden en que López Obrador echó mano de su apellido como una estrategia para enviar un mensaje a los panistas y también al mundo empresarial. Su arribo a la campaña es un cálculo de parte del candidato a la Presidencia de la República, pero en ella, es un paso por convicción, opinan.
“A Tatiana la invitaron para mandar el mensaje al PAN. Por su apellido, trayectoria panista, podría ser buen mensaje en ese sentido para jalar un voto útil de los panistas. Ella habla bien, articula bien, es un poco del papel de Alfonso Romo: tranquilizar a ciertos sectores. Ven a Tatiana moderada, fue panista, puede mandar un mensaje de mayor tranquilidad”, argumenta José Antonio Crespo Mendoza, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas Indicaciones (CIDE).
El politólogo ve en la hija de Maquío a una mujer convencida y, dice, “si está en Morena no es por oportunismo como otros panistas”.
“Ella cree que López Obrador es una buena opción, ella no cree que sea un riesgo, ni que lo será. Es una persona inteligente, es recta en su proceder político. Ella fue alguien quien votó en contra del desafuero en su momento. Ella no entiende lo de Napoleón Gómez Urrutia y lo dice”, considera Crespo.
Y aunque Crespo Mendoza ve en el apellido “Clouthier” una cuestión de cálculo político, “un gancho”, considera que no fue la única variable para llamar a la hija de Maquío.
“Sin duda en el papel de vocera de un candidato fuerte, que además puede ganar, que seguro será puntero, está jugando un papel importante en esta coyuntura, y lo está haciendo muy bien. No diría lo mismo de otras mujeres, pero ella sí está haciendo muy bien su papel”, dice.
María Eugenia Valdés Vega, experta en el sistema político mexicano e investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), comparte la opinión de Crespo Mendoza y agrega que Tatiana ahora tiene los reflectores sobre ella.
“Me imagino que muchas mujeres y hombres cercanos a Andrés Manuel deben sentir un poco de celo. Ella tiene los reflectores, muchos más que cualquiera pudiera tener. Yo creo que es una persona muy importante para Andrés en la coyuntura para ganar votos que no tenía. Ella con la presencia de su papá, es una persona que le puede garantizar acercarse a una parte de la población, sobre todo del norte: Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, toda la zona norte que tradicionalmente ha sido de derecha”, dice.
Iván Iturbe Carbajal, académico del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, opina que no se podría explicar la llegada de varios panistas a la campaña de López Obrador sin el trabajo de Tatiana.
El investigador explica que, aunque el apellido es importante y la consolidó en su momento como una figura sobresaliente al interior del PAN, “su trabajo habla por si mismo el la coordinación de la campaña de López Obrador”.
“El mensaje que ella lanza es un mensaje bastante efectivo, porque alcanza nuevos públicos. Estos públicos de panistas que pueden escuchar no a un ex perredista, no a una figura cerca a Obrador en otras contiendas, sino a una ex panista. Eso le permite alcanzar a nuevos públicos. Va a programas de televisión que no me puedo imaginar que otras personalidades de Morena siquiera fuera invitadas”, opina.
Tatiana Clouthier por su lado afirma que el apellido se le dio “como un regalo de la vida”.
“Porque no hice nada para ello. Que me ha dado, me ha puesto frente a mí, en términos que he recibido muchos beneficios del mismo, y cuando digo beneficios me refiero al cariño, al amor al trabajo de mis padres, son bendiciones y regalos que la vida me ha dado”, reconoce.
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Tatiana vive en San Pedro Garza García, uno de los municipios más ricos del país, anclado en la Sierra Madre Oriental con un poco más de 125 mil habitantes. Es una localidad con un amplio desarrollo urbano y comercial.
La hija del Maquío está casada y tiene dos hijos. Como madre, activista y política, reconoce, ha podido con todas las responsabilidades gracias al apoyo de su esposo.
“El secreto más grande es que tengo un marido maravilloso. Yo creo que es él, un marido que está comprometido enormemente y me ha apoyado para que yo pueda hacer lo que me gusta. En ese sentido pienso que mi marido es un gran aliado de todo este proceso, porque sin él no sería capaz de hacer muchas cosas”, dice.
Pero también le ha significado una gran ayuda una mujer que desde hace años le ayuda con las labores del hogar y el cuidado de los hijos.
“La maravillosa ayuda que tengo en casa: una mujer extraordinaria que me ha apoyado todo el tiempo. Una señora que me apoya en casa, que mis hijos adoran. Yo tengo un enorme agradecimiento con ella, eso me ha hecho avanzar en esto. También tengo quejas de mis hijos. Yo creo que ellos tendrían expectativas de una mamá distinta, pero por algo me escogieron a mí, algo habremos de aprender en este camino desde el espacio que cada quien lo aprende”, dice.
–¿Cómo vislumbra su futuro político? ¿Qué desea para usted?, se le pregunta.
"No, no deseo. No para mí. Deseo para muchos, para todos un México donde podamos salir a la calle, sin estar mortificados, donde podamos salir a disfrutar y gozar de seguridad, donde las oportunidades sean mayores para todos. Veo un México con alegría porque la gente pueda tener satisfechas sus necesidades básicas, y sueño con un México donde tú y yo podamos tomarnos de la mano en lugar de estarnos peleando para poder construir, en lugar de estarnos peleando para ver a quién le va más mal", responde.