La falta de información e incidencia humana favorecen la inserción de especies invasoras en México

16/03/2018 - 10:59 am

Uno de los casos más preocupantes de invasión es el del pez león colorado (Pterois volitans), una especie muy agresiva que se liberó de un acuario de Florida (Estados Unidos) a raíz del huracán Andrew en 1992 y que "ahora está invadiendo todo el Caribe hasta Venezuela".

Por Zoilo Carrillo

México, 16 de marzo (EFE).- Las especies exóticas provenientes de otros países que invaden los ecosistemas nativos de México a menudo ven favorecida su inserción debido al ser humano, quien incide en el medio natural de manera inconsciente, contó a Efe la experta Georgia Born.

La coordinadora del proyecto de especies invasoras del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) afirmó que "el ser humano ayuda a las especies exóticas invasoras a establecerse" por lo que debe llegarse "a un uso de estas especies de un modo que no generemos demasiado impacto en el medioambiente".

La incidencia humana se lleva a cabo de diferentes formas y la falta de información por parte tanto de los legisladores como del consumidor ayudan a acrecentar una problemática aparentemente invisible y "poco mediática".

Según contó a Efe la subcoordinadora de especies invasoras en la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), Ana Isabel González, en México hay 2 mil especies exóticas o nativas traslocadas identificadas como "sospechosas".

Este listado incluye todos los grupos, desde virus y bacterias a plantas, insectos y hongos, entre otros.

De estas 2 mil, se ha realizado una evaluación de riesgo en unas 700 y, de éstas, 470 presentan un valor de invasividad de medio a muy alto.

Contabilizar y analizar la incidencia de estos organismos resulta altamente complicado dado que los cifras varían todo el tiempo, reconoció González.

Born, por su parte, relató que existen especies que acceden al país "porque están dentro de mercancías que llegan en envíos forestales o productos de madera como muebles".

También se importan pastos exóticos para alimentar al ganado o peces de consumo para los que no siempre se realizan análisis de riesgo que evalúen su capacidad para adaptarse al entorno.

Uno de los casos más preocupantes de invasión es el del pez león colorado (Pterois volitans), una especie muy agresiva que se liberó de un acuario de Florida (Estados Unidos) a raíz del huracán Andrew en 1992 y que "ahora está invadiendo todo el Caribe hasta Venezuela".

Born, una de las autoras del libro "Principales retos que enfrenta México ante las especies exóticas invasoras", advirtió que "esta especie se come todo, no tiene depredadores en el país y se come también especies nativas importantes del consumo en México".

Esto debe servir de advertencia dado que hay gente que vive de la reproducción de especies acuáticas ornamentales y también muchos aficionados que compran estas especies para sus acuarios sin la información necesaria de preservación para que no se escapen.

Inclusive, la escritora relató que en ocasiones las personas aborrecen a la especie en cuestión y, por no matarla, la abandonan a su suerte en cualquier ecosistema sin saber que esto produce consecuencias.

Por ello, "los consumidores tienen que tomar la responsabilidad y necesitan saber qué especie es, qué peligro tiene y qué hacer si ya no la quieren", aseveró.

"Lo que tenemos que hacer es implementar medidas prácticas mejores que permitan aprovechar la especie sin liberarla", sostuvo sin dejar de añadir que conviene promover el uso de especies nativas.

El impacto que produce la introducción de estas especies es múltiple, incidiendo tanto al medio ambiente como a la salud humana y, en consecuencia, a la economía del país.

Habitualmente, las especies exóticas invasoras en México son más resistentes a las condiciones adversas, pudiendo, por ejemplo, soportar diferentes escalas de temperatura.

Muchas plantas, que son la mayoría de las especies invasoras en México, llegan a sitios perturbados y eso facilita su establecimiento y expansión.

Es aquí donde, de nuevo, la incidencia humana puede jugar un factor determinante cuidando los ecosistemas, ya que, según la experta, "en un ecosistema bien conservado normalmente hay menos facilidad para las especies de introducirse".

Que un ecosistema esté bien conservado quiere decir que no existe perturbación, no está fragmentado, no hay contaminación y tanto el suelo como la vegetación están intactos.

Estos factores favorables pueden darse si el ser humano contribuye y no realiza afectaciones graves en los ecosistemas.

Pese a la complejidad del problema, conviene aclarar que no todas las especies que llegan y no son nativas de México se vuelven invasoras, ya que existen especies exóticas que se utilizan pero que no tienen un impacto negativo para el medio ambiente.

De igual modo pasa con especies nativas del territorio mexicano que se distribuyen alrededor del mundo como es el caso del limón o el aguacate.

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