El autor trabaja de barrendero en el Metro, en su natal Buenos Aires. No es motivo para nota. “Es algo para lanzar el personaje, pero eso no tiene nada que ver en mi literatura”, dice el escritor. En su pase a Penguin Random House reedita para Alfaguara España su novela Que de lejos parecen moscas, que estará en mayo aquí, cuando Ferrari venga para participar del Encuentro Internacional de Novela Negra, que se llevará a cabo del 7 al 27 en la librería Rosario Castellanos.
Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).- Kike Ferrari suena fuerte en la literatura latinoamericana. O más bien, en la literatura en español. Primero fue la noticia, que ayudó dice él a lanzar el personaje y a titular que era un barrendero del Metro que había ganado un premio de Literatura.
Fue en Gijón, en la Semana Negra, por la novela que ahora relanza Que de lejos parecen moscas, su primera entrega para su gran pase a una editorial comercial, Penguin Random House.
Luego, lo más interesante, su trabajo literario que no cesa, que revela a un escritor intenso, apasionado y que con cada libro admite un reto, una apuesta, por honrar la novela negra y también por ir un poco más allá del género.
Kike Ferrari (Buenos Aires, 1972) es miembro de la clase obrera, es hincha de River y de él conocemos en México su libro de cuentos Nadie es inocente, una iniciativa de NitroPress, editorial comandada por Lilia Barajas y Mauricio Bares, quienes dejan claro que “Las ediciones de Nadie es inocente en Argentina, España y México no son idénticas. La de aquí incluye dos relatos inéditos hasta ahora y, quizá, es la más hardcore de las tres. No se deje al alcance de los niños”.
También tenemos recomendaciones de quienes lo premiaron en Gijón y que esperan mucho de este narrador, por caso Paco Ignacio Taibo II que ha dicho que “Que de lejos parecen moscas es muy sólida, fluye perfectamente. Y además está escrita con esta idea de que la novela negra es la nueva novela social del siglo XX”.
Paco, que es el ídolo de Kike, también lo ha traído a México, en el marco de la Brigada para leer en libertad, para la Feria del Libro en el Zócalo y la Feria del Libro en Azcapotzalco.
–En principio me parece que no tiene nada que ver trabajar en el Metro y escribir. Son como cosas que tienen que ver para afuera, pero no mucho para ti
–No tiene ninguna importancia. Un poco para convocar al personaje, apareció de casualidad, pero es lo menos importante de charlar.
–¿Cómo es trabajar la novela policial en tu obra?
–Llegué a la novela policial un poco como después. Siempre había sido un gran lector del género, pero había elegido historias que no me permitían usar la novela negra. Cuando finalmente a la altura de Que de lejos parecen moscas, que ha sido premiada y ahora reedita Alfaguara, escrita originalmente en el 2010, me salió un poco al género negro.
–También tuviste de maestro a Paco Ignacio Taibo II, ¿verdad?
–Paco fue de todas las formas posibles una fuerza de la naturaleza en mi vida. Es el tipo que más me ayudó a difundir mi trabajo; cuando lo conocí en persona fue el que más cambió radicalmente mi forma de leer y de escribir, por lo menos en los últimos años. La novela que acabo de terminar he usado todas las herramientas que aprendí de él en este tiempo.
–Paco es muy prolífico, ¿tú cómo eres?
–Cuido mi firma, me parece que es lo único que tenemos los escritores. Cuando me parece que es mi mejor texto lo publico, lo que no quiere decir que todos los libros que tengo publicados me tengan igual de contento. En cualquier caso, son el mejor libro que yo podía hacer en el momento que lo escribí.
–Has editado con NitroPress, el libro Nadie es inocente…
–Hasta ahora que firmé contrato con una editorial grande, traté de buscar a editoriales independientes en cada país y me habían hablado muy bien de Nitropress y de Mauricio Bares. Cuando vi el trabajo que hacen me gustó mucho y así fue que pactamos la salida del libro de relatos y en 2018 va a salir la novela que se llama Punto Ciego, que escribí con Juan Mattio.
–Firmar con una editorial grande te ha dado también un poco de dinero
–Sí, ha sido la entrada de una plata grande, de lo que es para nosotros una plata grande, pero el cambio más brutal es la posibilidad de que el libro esté en todos lados. La respuesta a la pregunta maldita: Che, ¿tus libros dónde los encuentro? Bueno, ahora se pueden encontrar en todos lados, en todas las librerías, en la letra F, en las mesas de novedades, el libro está.
–Háblame de Que de lejos parecen moscas
–Es una historia que creo salió bastante redonda, es la historia de un nuevo rico, acostumbrado a que otros le resuelvan los problemas, quien se encuentra una mañana con un problema del que se tiene que ocupar solo. Se enfrenta a la realidad y lo que encuentra es a un montón de enemigos. Es una suerte de novela de iniciación negativa, donde finalmente el personaje no aprende nada.
–Perteneces a la clase trabajadora, ¿tienes una visión a partir de esa clase para la literatura?
–Sí, eso se transmite en lo que escribo. Me basó en los franceses del neo-polar: Manchette, Jonquet, Vilar, Daeninckx… No es que yo lo vaya a buscar, a mí me interesa la literatura por el lenguaje y para contar historias, para contar anécdotas. Todo está contado desde mi posición en la vida y mi posición en la vida es ser trabajador y odiar a las patronales.
–El odio a la patronal, ¿no va a llenar de panfleto a la literatura?
–Yo intento que no. Una de las primeras cosas que aprendí de Paco, que era algo que intuía, es la falta de panfleto y por eso me interesa la ciencia ficción, el género negro, las novelas de aventura del siglo XIX, el minimalismo americano de principios de siglo y no me interesa nada el realismo socialista.
–Frente a la literatura el realismo socialista, frente a la política, el comunismo. ¿No hay otras formas en lo que concierne a la política?
–Ojalá los seres humanos podamos ver una sociedad que supere al capitalismo. En la literatura es más fácil, yo no he ido a la universidad, por lo tanto, no tengo límites, como lector. Con ese mismo espíritu acercarnos a la política, tratar de hermanar la tradición libertaria, las distintas connotaciones del marxismo y empujar todos para un cambio.
–Hay un escritor muy importante, Roberto Bolaño, que nunca fue a la universidad, que fue autodidacta
–Ojalá mi literatura le ate los cordones alguna vez a Roberto Bolaño, es un autor importante del siglo XX, en esa literatura pasa de todo, hay un fuerte componente social y no hay una gota de panfleto.
