En México las brechas de género siguen provocando conflictos en el desarrollo de las mujeres. De acuerdo con datos de la OCDE, sólo el 45 por ciento de las mujeres que son madres tienen un empleo, colocándose por debajo de países como Chile, Colombia, Perú o Brasil.
Melissa Vega, comunicadora y conductora, fue víctima de discriminación laboral después de dar a luz a su segundo hijo cuando laboraba para el Canal del Congreso, medio público del Congreso de la Unión de donde fue despedida injustificadamente.
En otro caso, Ana, comenta que durante su embarazo sufrió de señalamientos que no son propios para una mujer embarazada como: desde que estás embaraza estás muy ríspida, seguro es niña porque tienes una panzota.
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Por Rocío Melgoza
Ciudad de México, 8 de marzo (EconomíaHoy/SinEmbargo).– El Presidente de México, Enrique Peña Nieto, recién presumió, en el marco por la celebración del Día Internacional de la Mujer, que en su administración se implementó la Norma Mexicana en Igualdad Laboral "que consiste en flexibilizar los horarios laborales para que las mujeres y también los hombres que tienen responsabilidad en sus hogares pudieran atender esa doble labor de cuidar de su hogar, pero también de poder trabajar".
Sin embargo, las historias de mujeres que sufren de acoso, violencia y discriminación laboral abundan.
En México las brechas de género siguen provocando conflictos en el desarrollo de las mujeres, tanto en el ámbito familiar como laboral y el porcentaje de mexicanas que combinan ambas esferas es menor que en otros países, señaló Cándido Pérez Hernández, investigador de Early Institute, en entrevista para Economía Hoy.
Datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que alertan que en México sólo el 45 por ciento de las mujeres que son madres tienen un empleo, colocándose por debajo de países como Chile, Colombia, Perú o Brasil, donde el porcentaje de madres trabajadoras es de alrededor de 60 por ciento, promedio que establece dicha Organización.
El especialista mencionó que aquellos países que generan políticas que privilegian la complementariedad entre ambos sexos e impulsan políticas entre hombres y mujeres en lo laboral y familiar, fomentan el bienestar personal e incluso de los niños.
A continuación, te presentamos los testimonios de mujeres valientes que desde su trinchera han sido víctimas de discriminación a pesar del discurso que la actual administración presume.
MELISSA, VÍCTIMA DE DISCRIMINACIÓN LABORAL
Melissa Vega, comunicadora y conductora, fue víctima de discriminación laboral después de dar a luz a su segundo hijo cuando laboraba para el Canal del Congreso, medio público del Congreso de la Unión de donde fue despedida injustificadamente.
Antes y después de dar a luz en 2015, comenta, sufrió del llamado 'mobbing' o acoso laboral y misoginia y la dirección de dicho medio le notificó que las condiciones de su contrato cambiarían y se ampliarían sus horarios de trabajo.
Ante la negativa de la conductora, sufrió de castigos dentro de la institución como no aparecer a cuadro y encomiendas de trabajo que nunca fueron usados en materiales del Canal "para hacerme renunciar".
"Regresando de mi permiso de maternidad me siguieron presionando y amenazando y yo me mantuve firme en mi caso. Tuve que sacarme la leche para mi hijo en el auto porque los lactarios cierran temprano".
"Me dieron de baja sin consultarme, no me llegó mi pago, me queje y me dieron de alta otra vez pero de un periodo de ayuda para despensa del cual nunca me llegó el depósito. Por fin el 3 de Febrero me despidieron injustificadamente".
Desde entonces, la periodista libra una batalla legal que lleva más de dos años.
Cabe destacar que el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) señaló que el despido por embarazo se posicionó en 2017 como el principal motivo de discriminación en la Ciudad de México, al sumar 28 por ciento de las denuncias.
NUEVO PUESTO, IGUAL SUELDO
Mariana, quien de igual manera prefirió que se le cambiara el nombre, cuenta que hace cuatro años se le presentó una oportunidad de ascender laboralmente, aunque con el mismo sueldo.
Era algo que "estaba más apegado a mis aspiraciones profesionales, a lo que a mí me gusta hacer y en lo que tengo más experiencia".
Señala que en el pasado dos de sus compañeros habían logrado un ascenso y "era considerado una posibilidad muy natural" dentro de su área.
"Incluso, aun sin solicitarlo, algunos de mis compañeros me apoyaron, al manifestar la urgencia de cubrir la vacante y considerar que yo cubría con el perfil; sin embargo, la respuesta tanto de mi jefa inmediata como del jefe de ella fue: no y a partir de ese momento, se estipuló que ya no se permitirían cambios de área. Fue algo que me afectó en mis aspiraciones personales y profesionales, pero tuve que dejarlo pasar".
DISCRIMINACIÓN POR MATERNIDAD
En otro caso, Ana, quien también prefirió el anonimato, comenta que durante su embarazo sufrió de señalamientos que no son propios para una mujer embarazada como: desde que estás embaraza estás muy ríspida, seguro es niña, porque tienes una panzota, apenas empieza tu embarazo y ya caminas como si tuvieras nueve meses, te tengo de bajo perfil para que no impacte tanto cuando te vayas de incapacidad, por tu culpa no podré tomar vacaciones cuando yo las quería, ha disminuido tu productividad y la calidad de tu trabajo.
"Hubo un cambio en el trato hacia mi persona y acciones como tratar de excluirme de actividades de capacitación de personal por el hecho de estar embarazada, presionarme para que indicara la fecha exacta del inicio de mi licencia por maternidad, advertir que contratarían a otra persona para ocupar mi lugar y que no me sería posible juntar mis vacaciones con la licencia, aumentarme las cargas de trabajo y modificar la dinámica que se había tenido hasta antes de mi embarazo.
Ante las constantes discusiones, dice, recolectó pruebas y expresó la posibilidad de llevar el asunto a otras instancias, "pero se logró una conciliación y el acuerdo de que todos los asuntos relacionados con mi maternidad fueran por escrito vía correo institucional".
"Al regresar de mi licencia, todo parecía marchar bien, la relación fue respetuosa y profesional. Hasta los seis meses de vida de mi bebé fue respetado mi derecho a descansos por lactancia; sin embargo, cuando me enfermé y solicité permiso para trabajar desde casa o llegar un poco tarde para acudir al médico, se me notificó que no era posible, que mejor me tomara el día a cuenta de vacaciones.
"Al entregar mi justificante, fui notificada de que, de acuerdo con 'las nuevas disposiciones administrativas', ya no se aceptarían justificantes de médicos particulares ni del servicio médico del centro laboral, que forzosamente se deberá entregar un documento expedido por alguna institución de salud pública. Al indagar con mis compañeros de trabajo, ninguno ha sido informado de los nuevos lineamientos administrativos para control de personal".
FALTA IMPULSAR POLÍTICAS
Los casos de Melissa, Mariana y Ana se replican en miles de mexicanas que laboran tanto en el ámbito público, privado e incluso en la informalidad.
Datos compartidos por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM, señalan que el 19.4 por ciento de las mujeres económicamente activas recibieron menos de un salario mínimo en 2017.
Sólo 33.4 por ciento de las mujeres con hijos menores de tres años trabaja, porcentaje que se incrementa a 43 por ciento cuando los hijos tienen entre 3 y 5 años y que llega a 50.8 por ciento en aquellas con hijos de entre 6 y 14 años, según datos de la OCDE.
A decir del especialista Cándido Pérez del Early Institute, a pesar de las reformas laborales impulsadas en 2012, las denuncias por discriminación por embarazo siguen aumentando.
Mencionó que las autoridades federales deben mirar más allá del discurso y trabajar en las realidades como trabajar en nuevas políticas que impulsen la complementariedad entre ambos sexos.
Destacó que el Early Institute lanzará este año los resultados de una encuesta en la que se destacarán las brechas y desigualdades entre hombres y mujeres.
Señaló que en uno de los reactivos se preguntó si hombres y mujeres deben contribuir a los gastos del hogar, a lo que el 85 por ciento de los participantes dijo estar de acuerdo.
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Sin embargo, el panorama cambia cuando se cuestionó si estaba de acuerdo en que el deber de un hombre es generar dinero y la mujer es hacerse cargo del hogar y la familia, a lo que el 50 por ciento estar de acuerdo con dichos roles.
"Es necesario que el gobierno atienda estos cambios y que promueva programas y políticas públicas en las que los roles de mujeres y hombres sean entendidos como complementarios y se adopten medidas que han probado ser efectivas para lograrlo, tales como licencias de maternidad y la ampliación progresiva de las licencias de paternidad, entre otras", indicó el investigador.
"Tenemos que fomentar la cultura de igualdad de oportunidades. Sabemos que es una batalla cuesta arriba; sin embargo, estamos convencidos de que es necesario desarrollar nuevas políticas que impulsen la complementariedad de hombres y mujeres, para disminuir la brecha laboral y la desigualdad de actividades en el ámbito familiar en nuestro país, que la celebración del Día Internacional de la Mujer sirva para recordar la relevancia de estos temas" concluyó.