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Sergio Saldaña Zorrilla

06/03/2018 - 12:04 am

Respuesta a Mario Vargas Llosa

Tu Nobel quizás tenga más que ver con tus relaciones, con tus complicidades y con tus habituales cadenas de favores

Tu Nobel quizás tenga más que ver con tus relaciones, con tus complicidades y con tus habituales cadenas de favores. Foto: Francisco Santos, Cuartoscuro

Estimado Mario Vargas Llosa,

He visto con tristeza tus alusiones recientes hacia Andrés Manuel López Obrador –con tristeza, más no con sorpresa, pues hace tiempo que apoyas dictaduras extranjeras.

Cuando dices que “Hay una posibilidad, y las encuestas dicen que grande, de que México retroceda de la democracia hacia una democracia populista, una democracia demagógica”, quieres engañar al mundo haciéndole creer que México es una democracia, cuando hasta tú mismo reconociste que México está dominado por la dictadura perfecta. En muchos países extranjeros ha persistido el error común de que en el año 2000 México transitó a la democracia. Nada más falso que eso, pues Vicente Fox (ese corrupto ex-presidente mexicano al que tanto abrazas) se limitó a encubrir crímenes y actos de corrupción de los gobiernos anteriores. El gobierno de Fox sólo fue un cambio de fachada de esta dictadura. Los fraudes electorales de 2006 (de Felipe Calderón, el otro corrupto ex-presidente al que también abrazas) y de 2012 (el de Peña Nieto, también amigo personal tuyo) confirman que la dictadura no se ha ido ni un segundo de México.

Hoy más que nunca México es una dictadura. Cito la definición de dictadura de un teórico del Estado, Ignacio Molina (2007), quien define dictadura como “una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo o élite, que se caracteriza por una ausencia de división de poderes, una propensión a ejercitar arbitrariamente el mando en beneficio de la minoría que la apoya, la independencia del gobierno respecto del consentimiento de los gobernados, y la imposibilidad de que a través de un procedimiento institucionalizado la oposición llegue al poder”[1]. En México se cumplen todos y cada uno de los elementos descritos en esta definición. En tu caso, Mario Vargas Llosa, sucede una de dos: o finges no conocer esta realidad política mexicana, o tienes un profundo desconocimiento de lo que es México actualmente. En ambos casos lo éticamente correcto es abstenerse de opinar.

Mario, escritor fantasioso, el destino de un país como México es algo muy serio. Se trata del porvenir de más de 120 millones de seres humanos lo que está en juego en las elecciones de este año en México. No quieras intervenir con esa irresponsabilidad con la que ya has intervenido en otros países. No quieras perjudicar más a esta gran nación con tus ocurrencias literarias. Esta no es una novela más producto de tu prolífica imaginación.

Mario, también preguntas en tono retórico “¿Van a ser tan insensatos los mexicanos teniendo el ejemplo trágico horrible de Venezuela al frente de votar por algo semejante? Mi esperanza es que no, mi esperanza es que haya suficiente lucidez en México como para ver a dónde conduce ese suicidio que es votar por el populismo, por la demagogia, por recetas que están absolutamente fracasadas en el mundo entero”. ¿A cuál suicido te refieres? si justamente el Proyecto de Nación de Andrés Manuel López Obrador contempla recuperar nuestra soberanía alimentaria y energética, lo cual es también la voluntad de la gran mayoría de los mexicanos, prueba de ello es lo que tú mismo reconoces: que las encuestas dan una enorme ventaja a López Obrador. Queremos, entre otras cosas, mejorar nuestros niveles de vida y la competitividad de nuestra economía. Parte de lo anterior implica liberarnos de esta dictadura y hacer una regulación más justa de las empresas trasnacionales que conjuntamente con esta corrupta dictadura sostienen estos elevadísimos precios de los alimentos, de la gasolina, del gas y de la electricidad (como la empresa española Iberdrola, que vende electricidad carísima a la Comisión Federal de Electricidad y por eso nos llegan tan caros los recibos de luz en México).

Mario Vargas Llosa, comprendo que nuestro amor por México te resulte molesto, pues desde que renegaste de tu origen peruano y te nacionalizaste español te has dedicado a hacer cabildeo en favor de empresas españolas en Latinoamérica disfrazándolo de “opinión intelectual”.

Mario Vargas Llosa, ¿por qué haces un uso manipulador al mencionar a Venezuela cada que un país busca recuperar su soberanía? En ese caso deberías señalar de réplica de Venezuela a países como Alemania, Japón y Finlandia, que también han retomado el control de sus recursos y de su economía luego de una intervención extranjera. Pero creo que a ti sólo te interesa que ningún país latinoamericano se fortalezca.

Mario Vargas Llosa, tu nos adviertes que vamos al suicidio cuando actualmente México ya vive en el suicidio. Y te pregunto ¿por qué has callado cuando en los últimos 18  años han habido más de 150 mil desapariciones forzadas en México, impunes hasta el día de hoy, en su mayoría en complicidad con el aparato del Estado? ¿A esa criminalidad de Estado llamas democracia? ¿Dónde estaba tu “indignación” cuando desaparecieron a los 43 estudiantes de Ayotzinapa? ¿Dónde está tu “indignación” ahora que México es el segundo país con más asesinatos dolosos del mundo, sólo superado por Siria? Tampoco veo tu indignación ahora que México ha rebasado los niveles de secuestro de Colombia y se encuentra sólo por debajo de Iraq.

La tuya, Mario Vargas Llosa, no es demencia senil ni decadencia intelectual producto de los años, porque te veo lúcido. Lo tuyo es más bien corrupción. Hay quienes pasan la vida al servicio de dictaduras, pero en sus últimos años de vida, arrepentidos, buscan la redención apoyando a libertarios. A ti te ha pasado lo contrario: solías ser medio honesto, pero un día te rendiste, y desde entonces te beneficias de la corrupción. Recientemente los Panama Papers sacaron a la luz a tu empresa Talome Services, con la que has cometido múltiples operaciones delictivas –impunes aún- de triangulación de capitales entre diversos países a través de las Islas Vírgenes Británicas (si algún juez español lee este escrito, le pregunto ¿hasta cuándo piensan iniciar una investigación judicial al respecto contra el Sr. Mario Vargas Llosa?).

Mario, no sólo cuestiono tu honestidad, también cuestiono tu autoridad en temas políticos, especialmente en el caso de México, país del que ignoras o finges ignorar profundamente su realidad actual.

Vargas Llosa, tú sólo eres un escritor de literatura ligera (alguien te lo tenía que decir). Sí, confieso que he leído varias de tus novelas, buena prosa, digna de un best seller, pero –por el amor de Dios- jamás digna del Nobel que te dieron. Creo que tu Nobel es inmerecido. Creo que el día que te dieron el Nobel, Dan Brown debió pensar que el próximo era para él al ver hasta dónde Estocolmo había bajado la vara.

Tu Nobel quizás tenga más que ver con tus relaciones, con tus complicidades y con tus habituales cadenas de favores. Por lo que veo que haces en público, puedo deducir fácilmente lo que habrás hecho en privado para alcanzar ese Nobel.

Al revés de Cervantes, que presta parte de su personalidad al Quijote, tu te has mimetizado con los anti-héroes de tus relatos. Te has convertido en el intelectual besamanos del régimen que criticaste; en el tirador por la espalda de La Ciudad y los perros; en el célebre “Pupo” Román de Trujillo, cuya labor como esbirro, en tu caso, está al servicio del dinero, del PRI, del PAN y del Reino de España.

Saludos cordiales,

Sergio O. Saldaña Zorrilla

[1] Molina, Ignacio (2007). Conceptos fundamentales de Ciencia Política. Alianza Editorial. ISBN 84-206-8653-0.

Sergio Saldaña Zorrilla
Doctor en Economía por la Universidad de Economía de Viena (WU-Wien), en Austria, ex-funcionario de la ONU (CEPAL) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACYT.

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