ENTREVISTA | El humor negro es columna central de mi obra: Enrique Serna

03/03/2018 - 12:04 am

Serna ha publicado las novelas Señorita México, Uno soñaba que era rey, El miedo a los animales, El seductor de la patria, Ángeles del abismo, Fruta verde, La sangre erguida y La doble vida de Jesús. Todos lo han leído cientos de alumnos universitarios, como lo muestran los tres libros en torno a su obra.

Ciudad de México, 3 de marzo (SinEmbargo).- Pocos autores hay en México que tengan tanta llegada a los alumnos, que además esté en plena etapa productiva, que sea todavía lo suficientemente joven (nació en México en 1959) como para ver libros dedicados a él y que además los difunda.

Esta es la razón por la que hoy estamos frente a Enrique Serna, que ha publicado las novelas Señorita México, Uno soñaba que era rey, El miedo a los animales, El seductor de la patria, Ángeles del abismo, Fruta verde, La sangre erguida y La doble vida de Jesús.

Entre los libros de cuentos: Amores de segunda mano, El Orgasmógrafo y La ternura caníbal y entre los de ensayos, Las caricaturas me hacen llorar, Giros negros y Genealogía de la soberbia intelectual.

Los estudiosos de la obra de Serna son como él: un tanto misántropos y muy desenfadados para analizar un trabajo que si bien no está terminado tiene las suficientes aristas para identificarse con un México contemporáneo, lleno de contradicciones y por el que a veces en ventaja de Ibargüengoitia, otras por sí mismo, se complace en ser espejo de todos los moles.

Los libros son La sonrisa afilada. Enrique Serna ante la crítica, compilado por Martín Camps, editado por la Dirección de Literatura de la UNAM. La crueldad cautivadora. Narrativa de Enrique Serna (Cuarto Creciente / Universidad Autónoma de Baja California Sur) y Seducciones y polémicas. Lecturas críticas sobre la obra de Enrique Serna, un trabajo de la Universidad Veracruzana, coordinado por Magda Díaz y Norma Angélica Cuevas, que reúne seis propuestas de lectura reflexionadas y propositivas sobre su obra realizadas por seis universitarios especializados en las letras nacionales e hispanoamericanas.

Enrique Serna viene siendo leído desde hace 20 años por los alumnos de la Universidad y su trabajo no cae en saco roto: habla por nuestro país.

–¿Cómo te has sentido con esta aproximación a tu obra?

–Bueno, yo cuando empecé a escribir tenía una necesidad expresiva muy urgente, porque era un inadaptado en forma social. Me comunicaba con los demás por medio de la palabra escrita, como los tímidos que se declaran a sus novias por carta. Empecé a escribir, a tratar de seducir y provocar a mis lectores, sin tener una certeza de qué respuesta tendría, qué reacciones iba a provocar con esos textos. Envidio bastante a los dramaturgos porque ellos tienen una respuesta inmediata del público, el éxito o el fracaso son inmediatos. Pues para mí estos tres libros son ensayos sobre mi obra son la mejor respuesta que he tenido en mis 35 años de escritor.

–Tú dices que eres un inadaptado social, en la obra La crueldad cautivadora, hablan de ti como un misántropo, difícil en el trato con la gente

–No creo ser así, he jugado con eso. No puedo ser un misántropo radical, aunque la misantropía tiene el aspecto noble, tal como lo reflejó Moliere en su obra de teatro, que consiste en no plegarse a la comedia social hipócrita, sino en darle un sentido estricto a la amistad. No creo ser tampoco misógino, en estos libros hay muchas mujeres que han escrito ensayos sobre mis obras.

–¿Qué piensas de la mujer?

–La admiro en muchos aspectos. Una de las cosas que más admiro es la franqueza con la que ellas se comunican. Entre varones, hay muchos temas tabú de los que nadie quiere hablar. Entre varones de lo único que se habla es sobre las conquistas, de un modo rudo y grosero: A fulanita me la estoy tirando, en lugar de decir a Fulanita la amo. Entre ustedes hay mucha mejor comunicación, el mundo sería bastante atroz si no fuera por las mujeres.

La campaña lanzada por un grupo empresarial que te obliga a leer 20 minutos por día me parece una canallada y una manera eficaz para alejar a los lectores. Foto: SinEmbargo

–Te pusiste a la intelectualidad un poco en contra cuando sacaste el libro Genealogía de la soberbia intelectual

–Lo hice en varias novelas, en El miedo a los animales, en mi libro de cuentos El Orgasmógrafo y en mi libro de ensayos Genealogía de la soberbia intelectual. En efecto, creo que este sistema de cooptación de intelectuales, que empezó con Carlos Salinas, fue una maniobra política que trató de acallar a las voces críticas a partir de que él llegó al poder a través del fraude electoral. Siempre me opuse al sistema de becas, nunca las he pedido, aunque reconozco que muchos de esos becarios son escritores de gran valía. En mi libro de ensayos hablo de Francia, cuando Napoleón Tercero empezó a dar becas y finalmente las acabaron pidiendo John Banville, Baudelaire, muchos autores importantes. No deberíamos ser una secta mimada a la cual se nos otorgan dádivas que tienen sin duda un interés político.

–Ahora se la han entregado a gente como Trino Maldonado y él critica mucho al Gobierno. Me pareció bien…

–Si yo creo que no se le puede reprochar a ningún escritor, mucho menos a Trino Maldonado que es un narrador estupendo

–¿Qué otros narradores te gustan?

–Julián Herbert, Guadalupe Nettel, Xavier Velasco, Álvaro Enrigue, son mis narradores favoritos

–¿Cómo te sientes en medio de la literatura mexicana?

–Para mí es una gran alegría que los jóvenes universitarios tengan este interés

por mi obra. Por supuesto no creo que vaya a convertirme en un autor canónico, porque eso se establece a lo largo de los años y ningún reconocimiento le garantiza a ningún escritor la supervivencia. A mí me da mucho estímulo para continuar.

–¿Cómo te sientes tú con respecto a los medios y a la literatura?

–Los medios son una cosa y la literatura es otra. Los medios son un arma de doble filo. Actualmente hay mucha censura, me encargaron el año pasado que hiciera la serie basada en mi obra La doble vida de Jesús. Hice 30 capítulos de una hora. Los entregué, cobré y a partir de ahí silencio absoluto. Lo atribuyo a que como es un año electoral, la censura del PRI es férrea, Televisa no la hará. Es importante tratar de penetrar, como llega a millones de personas no se lo podemos dejar a la mercadotecnia únicamente. La literatura también tiene mercadotecnia, pero creo que como el número de lectores es tan reducido en México, la pureza de los escritores está casi garantizada.

–¿Qué piensas de las campañas para leer en México?

–La campaña lanzada por un grupo empresarial que te obliga a leer 20 minutos por día me parece una canallada y una manera eficaz para alejar a los lectores. Tal parece que es tan desagradable leer que se tiene que limitar a 20 minutos una persona. Eso es ridículo, la única manera de promover la lectura es promoverla como un entretenimiento. En esa medida hay que inculcarle a la gente que la lectura es un placer.

–¿Qué novela tuya podrías empezar a leer en la banqueta?

–Yo ninguna porque ya las detesto después de haberlas escrito. Las mías ya paso. Porque las correcciones, las ediciones, me autopubliqué en versión electrónica varios libros y los tuve que leer completitos otra vez. Las banquetas no me parecen tan buen lugar, en los cafés que no tienen ruido me parece bien, porque ahora tienen televisiones y se va a perder eso de que los poetas, los narradores, escriban en el café. La más popular es El seductor de la patria, pero no tengo preferencias entre mis obras. El de cuentos Amores de segunda mano, fue un parte aguas importante en mi literatura. Las novelas anteriores tenían un modo marxista de ver a los personajes, que eran determinados por lo social. Eso cambió a partir de mi libro de cuentos. Creo que penetrar más en la psicología de los personajes y profundizar más le da más interés a mis obras.

–¿Qué dirías de la crueldad en tu literatura?

–Bueno, creo que el humor negro es la columna central de mi literatura. El humor negro tiene una función analgésica, te ayuda a sobreponerte de cosas que podrían destruirte. Por eso tiene tanto predicamento en México, donde solemos reírnos de todo lo que nos hace daño. En la literatura tiene además otra función no presentar una significado unívoco sino invitar al lector para que se horrorice y al mismo tiempo se ría de lo que está leyendo.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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