Gabriel Sosa Plata
27/02/2018 - 12:05 am
¿Televisa gana al IFT?
Si las palabras del directivo de Televisa se hacen realidad, regresaríamos al problema de origen.
Televisa podría librarse así de la imposición de medidas asimétricas para mejorar la competencia en dicho mercado, pero la moneda sigue en el aire porque hasta ayer por la mañana no se conocían los alcances del fallo de la Primera Sala de la Suprema Corte ni por supuesto la ruta legal que tomará el IFT, una vez que sea notificada del amparo.
Pese a esta incertidumbre, los directivos de la televisora se sienten muy confiados de evitar una nueva regulación. Por algo será. “Creemos que unos de los posibles desenlaces es que el Ifetel decida que Televisa no tiene poder sustancial”, dijo Alfonso de Angoitia, copresidente Ejecutivo de Televisa, durante una conferencia telefónica con analistas bursátiles.
Si las palabras del directivo de Televisa se hacen realidad, regresaríamos al problema de origen.
Televisa concentra desde hace años más del 60 por ciento del mercado de televisión de paga, una vez que le fueron autorizadas diversas adquisiciones (Cablecom, Cablemás, Telecable, Televisión Internacional, entre otras). Estas concentraciones la colocaron en una situación de ventaja frente a sus competidores y mucho más por su condición de agente económico preponderante en el sector de la radiodifusión.
Ante la intensa presión de organizaciones sociales y fuerzas políticas para evitar una concentración mayor de ese mercado, los legisladores aprobaron en la malograda Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, de julio de 2014, incluir un artículo (el trigésimo noveno transitorio), que obligó al IFT a investigar la existencia de poder sustancial en el mercado de la televisión de paga, dado que otro artículo (el noveno transitorio), permitía a Televisa comprar más cableras sin autorización del IFT.
El 18 de marzo del 2015, el IFT publicó su resolución y, pese a la evidencia de los números, determinó que Televisa no cuenta con poder sustancial en la televisión de paga. En el sector muchos quedamos sorprendidos del fallo y cuestionamos agriamente la decisión de los comisionados. Televisora del Valle de México (hoy ADN 40, de Televisión Azteca) fue más allá y tomó acciones legales. El 19 de enero de 2017, un Tribunal Colegiado la amparó y ordenó al IFT emitir una nueva resolución, en la que se debían considerar las condiciones de mercado entre enero de 2009 y agosto de 2014, y no otras.
Días después, el 1 de marzo de 2017, el IFT revocó su resolución anterior y determinó que siempre sí, que Televisa sí tiene poder sustancial de mercado en televisión de paga.
El 23 de marzo, como era previsible, Televisa se amparó. En su informe anual, la empresa explicó por qué lo hacía: “La Compañía considera que la revocación del fallo original es inconstitucional y no cumple con las disposiciones del Tribunal Colegiado de Circuito”. El “fallo original” es el del 18 de marzo de 2015, en el que el IFT determinó que no había poder sustancial de mercado.
Casi un año después, la Primera Sala de la Corte da ahora la razón a Televisa.
¿Qué hará el IFT y los competidores en dicho mercado? Como decía, la moneda está en el aire, pero hay hechos que no terminan de comprenderse o no existe suficiente información para saber cómo llegamos a este escenario: ¿por qué el IFT no impuso medidas asimétricas a Televisa durante cerca de un año? ¿qué ocurrió durante todos estos meses, que le impidieron avanzar en una regulación fundamental para crear un clima de competencia más justa y equilibrada en la televisión de paga? ¿por qué falló el IFT en la defensa de su resolución ante la Corte, no obstante los triunfos legales que ha obtenido en la mayoría de sus resoluciones?
Es muy irresponsable afirmar que el IFT se dejó ganar por Televisa, pero es una opinión que se comparte en el sector y en el interior del mismo órgano regulador. De ahí que el triunfo legal obtenido por el conglomerado suene más -aunque no lo sea- a un partido arreglado en la Liga Mx o, para no centrarse en México ni en nuestra época, al partido entre Liverpool y el Manchester, en 1915, en el que los eternos rivales británicos se ayudaron el uno al otro para que el Manchester no descendiera a segunda división.
Esta opinión podría cambiar si el IFT muestra, en los hechos, que ejercerá cabalmente sus facultades constitucionales para no sólo promover la competencia en la televisión de paga, la telefonía fija y móvil, e internet, sino también para garantizar los derechos de los usuarios y de las audiencias ante los fenómenos de concentración de mercados en pocas manos. Ayer, sin embargo, la académica Irene Levy (El Universal) se mostró poco optimista y se despidió de la dominancia de Televisa.
Una de las comisionadas que defendía a ultranza esas atribuciones es Adriana Labardini, quien culminará su responsabilidad este mes. En su sitio web publicó un texto en el que habla de la relevancia de redoblar los esfuerzos para asegurar la transformación: “Este año es no sólo el indicado, sino el crucial para poder corregir, sin que sea demasiado tarde, y fortalecer nuestras áreas, procedimientos, prácticas, abogacía, metodologías, investigaciones y visión en materia de competencia económica”. ¿Lo harán quienes seguirán en sus cargos y quien ocupará el enorme hueco que deja la comisionada Labardini?
Por cierto, mientras Televisa daba a conocer su triunfo jurídico, anunció una alianza con Amazon para proveerle de “contenidos premium”, a través de la empresa Televisa Alternative Originals (TAO), recientemente creada con ese fin. La nueva plataforma tendrá “un equipo dedicado a crear contenidos de ficción de alta calidad, para servicios SVOD (televisión on line) y plataformas de televisión por cable a nivel global”. Con este tipo estrategias, más enfocadas a los servicios digitales en línea, el conglomerado busca revertir la disminución en un 7.3 por ciento de sus ventas entre el 2016 y el 2017.
CERROJOS MEDIÁTICOS
La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de las Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2017, que se presentó la semana, tiene un dato novedoso, que rescató la reportera Claudia Juárez en El Economista: hay menos suscriptores en la televisión de paga. En el 2016, había 17.3 millones de hogares que lo tenían contratado; al año siguiente bajó a 16.9 millones, una diferencia de poco más de 400 mil hogares. La tendencia de crecimiento tuvo por primera vez un revés desde 2011, que podría explicarse por el incremento de suscriptores de servicios como Netflix, pero también a una mayor oferta de canales de televisión abierta, como consecuencia de la multiprogramación en la TDT.
Otro dato interesante es que 5.7 por ciento de los hogares en México, esto es 1.8 millones, no tienen servicio de televisión digital. Casi la misma cantidad continúa utilizando sus televisores analógicos para captar, con el apoyo de decodificadores, las señales abiertas de la televisión digital.
@telecomymedios
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