Presenta el periodista de La Jornada una recopilación de sus entrevistas con Oliver Stone, Werner Herzog, Monica Bellucci, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Emir Kusturica, un libro para los nuevos periodistas y para la nostalgia de un tiempo que quién sabe si va a volver para nuestro oficio.
Ciudad de México, 24 de febrero (SinEmbargo).- “El cine me hizo volar sobre tierras del periodismo cultural y de espectáculos en tiempos en que los sensei o gurúes no eran ni Wikipedia o ni Código de vestimenta: Google, sino los libros, las películas, las obras, los conciertos, los viajes, los experimentos, las creaciones, el activismo, o las vivencias”, dice Juan José Olivares en Alquimia Audiovisual.
Se trata de un libro homenaje al periodismo. Tantas veces lo vimos entrevistar, ir a las conferencias, viajar, no sabemos hasta qué punto un profesional de cultura y espectáculo puede albergar tantas vivencias.
Pero precisamente ese es nuestro oficio. Albergar miles y miles de anécdotas que si uno tiene el talento y la voluntad de Olivares, quien junto a la Secretaría de Cultura ha llevado adelante un libro de 600 páginas, el trabajo se convierte en manual y guía para los nuevos periodistas.
“Los espacios de expresión creativa fueron cercanos a mí. Recuerdo, por ejemplo, que la primera vez que estuve en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, había asistido como miembro de un coro instrumental de nivel secundaria, en el que fui parte una vez cantando, otra tocando la guitarra y también interpretando la flauta. Este tipo de episodios me llevaron de manera natural a los centros de cultura, cuya vida terminé registrando en un medio de comunicación”, cuenta, para nostalgia también de quienes vemos el oficio como un medio para expresarnos y para decir de hace cuánto tiempo venimos ligados a esto de lo que hoy conversamos.
La mayoría son con maestros del cine y diálogos con leyendas de la música actual. Está Juan Gabriel, de quien salió un poco la idea de Alquimia Audiovisual y hay nombres estelares como Emir Kusturica, Oliver Stone, Werner Herzog, David Cronenberg, Monica Bellucci, John Malkovich, Juliette Binoche, Marion Cotillard, Takeshi Kitano, Zhang Yimou, Theo Angelopoulos, Alex de la Iglesia, Tony Scott, Volker Schlöndorf, Danny Glover…
Pláticas con maestros mexicanos, como Felipe Cazals, Arturo Ripstein, Jorge Fons, Luis Mandoki, Bertha Navarro, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Emmnuel Lubezki, Rodrigo Prieto, Everardo González, Carlos Reygadas, Gael García Bernal, Diego Luna, Juan Antonio de la Riva, Guillermo Arriaga, Eugenio Polgovsky...
También está hecho de eclécticas conversaciones con leyendas de la música, como Gustavo Cerati, Brian Eno, Ennio Morricone, Patti Smith, Moby, Rubén Blades, Roberth Smith, Caetano Veloso...
Juan José Olivares coordina las secciones de Espectáculos y Ciencias en el diario La Jornada. Ha publicado sobre cine, música, gastronomía, moda, ciencias, deportes y temas de cultura popular. También es DJ y músico electrónico, así como productor de cortometrajes de moda y sonorizador en el Sello Audiovisual RuRU White.13.
“En el cine Santos Degollado, uno de los popularmente llamados piojito, me contagié de cinefilia. La sala ofrecía dos películas al precio de una. Exhibía Santo contra las lobas, que se había estrenado varios años antes pero que, por el tipo de corrida, de carácter medio subterráneo, proyectaba cintas añejas. Fue mi ritual de bautismo en el recinto del proyector fantástico: el cine”, así dice el autor.
–¿La diversión tiene que ver con el periodismo? Tu libro es muy divertido…
–Esto de la diversión es parte de la personalidad de este qué está hablando. La verdad uno siempre lleva las cosas hacia tu terreno individual y la comparte con determinados círculos, pero cuando tienes la oportunidad de ir un poquito más allá, es un acto de generosidad. Cuando los seres humanos tenemos algo de más tenemos que compartirlo. Para ir equilibrando desde lo individual hacia lo colectivo. Si no tuviera divertimento sería alguien muy mediano, de medio pelo y sería alguien como son muchos en el oficio, alguien cotidiano, nada feliz.
–¿Cómo ha sido el proceso? No has agarrado las notas y las has dado para que armen el libro, sino que has hecho una reflexión sobre ellas
–Fueron tres años aproximadamente, fue uno de los trabajos más difíciles, porque vivimos en la vorágine de la actividad. Retomar todos esos encuentros, de dos humanos, que se quedaron en el olvido o en la estática de tal o cual periódico. Hacer un copy que va directo a mi corazón y hacer algo más literario, más divertido, para el libro. Eso fue como una iluminación, era algo que me gustaría leer, aterrizarlo en el papel porque todavía somos románticos del papel.
–Demuestra también que el periodismo es un asunto personal, va del entrevistador al entrevistado y viceversa, no se puede reglar
–Lo que yo he hecho de manera inconsciente es homenajear a la entrevista que yo considero el monumento a una energía llamada comunicación. Se crea esa magia que mucho hemos perdido entre los seres humanos. Tenemos que inspirar para que el resto de la humanidad sepa qué importante es la comunicación.
–Veo el caso de Emir Kusturica…impresionante, hay muchas circunstancias que hacen que uno no la haga y tú tienes una relación casi personal con él…
–Tengo relaciones personales con muchos de ellos, fundamentalmente porque nunca me lo planteé. Lo que más descubrí en eso es el sentido de humildad del ser humano, hablar con verdaderos héroes; siempre fui muy curioso, tuve que indagar en ellos. Cuando los tengo cerca, cuando empiezo a extraer su esencia, veo que son como cualquier ser humano. Las circunstancias, la energía, la buena suerte, te hace estar frente a ellos y no tienes más que convertirte en traductor, a lo mejor mi tarea es que esa persona esparza sus ideas para que un estudiante de cine que está en una escuela, que le ponen cosas técnicas pero no sabe qué historia contar, escucha a Takeshi Kitano, se dice: no estoy tan mal, por aquí tengo que ir.
–¿Qué rescatarías como hecho importante en esta Alquimia Audiovisual?
–Son muchas cosas, una de ellas que me vino a la mente es que puede ser una consulta, puede ser una manera de ver, de comunicar, de cómo se puede ejecutar el cine, las letras tienen que hacer magia para poder competir en este sistema de pantallocracia en que vivimos, las letras deben tener presencia, deben sentirse humanas y son unas de las cosas que destacan en estas humildes entrevistas que escribí.
–Los periodistas de softs son importantes
–Es ejemplo de lo que dices. Lo importante es lo que pasa a nivel cultural, a nivel popular, nosotros estamos manejando la energía del amor, de la literatura, del teatro, del performance, de los carnavales, esto es lo que más nos gusta. Claro que debemos enterarnos de política, pero lo importante es lo otro. Yo no me había dado cuenta de los personajes que estaban en esta recopilación. Me vino rápido a la mente ponerte un ejemplo, Fernando Birri, que tiene un discurso cinematográfico más libre, más creativo, el que fundó la escuela de cine de Cuba, y nadie lo conoce. Hay varios que ya no están, hay generaciones nuevas, entre ellos Eugenio Polgovsky, un hombre que estaba llamado a ser nuestro gran documentalista, pero dejó tres o cuatro películas que hoy son escuelas para los que quieren ser cineastas. Gente que ha dejado esencia en la música como Gustavo Cerati, tan genial, que no va a haber otro como él.
–¿Qué recuerdos te trae Juan Gabriel?
–La verdad en el plano personal es que la idea de hacer un libro viene de Juan Gabriel y por eso estaré siempre agradecido. Él me propuso hacer su biografía, estuve en su casa de Cancún, el hecho no se concretó, pero nació la idea de este libro.
