Pese a que las cifras muestran menos avances que en años anteriores, la ministra sudafricana de Asuntos Ambientales, Edna Molewa, destacó que, como resultado de las estrategias de las autoridades contra la caza furtiva, se ve un descenso de los intentos de practicar esta actividad en el área del parque.
Johannesburgo, 25 enero (EFE).- La caza furtiva de rinocerontes en Sudáfrica se cobró la vida de 1 mil 028 ejemplares, lo que apenas supone un descenso del 2.4 por ciento respecto al año anterior, informaron hoy fuentes oficiales.
La reducción es solo de 26 animales muertos menos y casi la mitad de las bajas (504) se produjeron en la zona del Parque Nacional Kruger (en el noreste, donde vive la mayor parte de la población nacional de rinocerontes), informó hoy la ministra sudafricana de Asuntos Ambientales, Edna Molewa, en una comparecencia de prensa.
Pese a que las cifras muestran menos avances que en años anteriores, Molewa destacó que, como resultado de las estrategias de las autoridades contra la caza furtiva, se ve un descenso de los intentos de practicar esta actividad en el área del parque.
Gracias a ello, en esta zona protegida tradicionalmente blanco de los cazadores ilegales, las muertes de rinocerontes se redujeron un 24 por ciento respecto a las 662 registradas en 2016.
Por el contrario, aumentó el número de rinocerontes muertos en otras áreas del país, como KwaZulu-Natal (este), Mpumalanga (este), el Estado Libre (centro) y en la provincia Noroeste.
Asimismo, la ministra informó "con gran preocupación" de que 67 elefantes fueron abatidos en 2017 en el Parque Kruger y otro más murió en KwaZulu-Natal.
Las cifras presentadas hoy no han contentado a las organizaciones de protección de la fauna, como el observatorio Traffic.
"El marginal descenso total de 2017 aún permanece inaceptablemente alto, con cerca de tres rinocerontes ilegalmente muertos cada día en Sudáfrica", señaló el líder del programa de Traffic para esta especie, Tom Milliken, según un comunicado.
Es el tercer año consecutivo en el que Sudáfrica logra una reducción de la caza furtiva de rinocerontes, cuyos cuernos se venden sobre todo en los mercados asiáticos -donde se le atribuyen propiedades curativas y afrodisíacas- por precios superiores a los del oro.
Esta práctica ilegal se disparó sobre todo a partir de 2007 (año en el que solo se registraron 13 animales muertos), con grave riesgo para la supervivencia de la especie.