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Ernesto Hernández Norzagaray

26/01/2018 - 12:02 am

Venezolanas y rusos

Lo cierto es que el tabasqueño sigue como puntero en todas las encuestas y eso alimenta más las campañas negativas que seguramente tendrán este asiento del miedo cuando empiecen las campañas constitucionales.

Este tipo de expresiones virales están dirigidas a ese segmento de la población que busca explicaciones y soluciones rápidas. Foto: Especial

Las campañas electorales dejaron de ser desde hace tiempo ejercicios anodinos de triunfos cantados, previsibles, para convertirse en verdaderos actos de incertidumbre.

La competitividad que trajeron partidos, alianzas, dinero y candidatos vino acompañada de recursos mediáticos hasta entonces desconocidos.

Se hicieron necesarios recursos adicionales a los discursos, entrevistas o el contacto directos con los potenciales electores, y fue así como, en las campañas aparecieron los expertos en campañas negativas.

Los también llamados sicarios políticos van en busca del lado oscuro de candidatos y con la información obtenida se echan a caminar campañas con el fin de bajar al objetivo en la intención de voto y obtener directa o indirectamente beneficios.

Si bien, este tipo de recursos vienen desde antes, fue en 2006 cuando Dick Norris contratado por el equipo de Felipe Calderón diseñó la campaña de “AMLO, un peligro para México”, que prácticamente tumbó la ventaja que le daban las encuestas.

Hoy la estrategia estaría en marcha, hasta donde se sabe ya no por Norris, pero si por sus discípulos como es el caso del publirrelacionista venezolano JJ Rendón  que ha dicho “haré todo lo que este a mi alcance para evitar que Andrés Manuel López Obrador sea presidente de México”, y claro puede resultar una fanfarronada de este hombre que busca ganarse un lugar en este tipo de comunicación política –ya alcanzó la mediática con los 2 millones de cibermensajes recibidos y seguramente la mayoría de mentadas de madre- pero lo real es que está en marcha una campaña similar a la de 2006.  Vea si no en esta filípica redentora:

“Les hago un llamado. Por favor México, despierta, cabrón. Despierta No voten por la izquierda, no voten por López Obrador, no lo hagan, por sus hijos, por México. No voten por López Obrador”, es la voz de una mujer venezolana que dista mucho de las bellezas que las caracterizan.

Es el de una mujer histérica e histriónica que busca influir en el ánimo de los mexicanos. Y así hay otras, varias mujeres con la misma pinta en la red, haciendo llamados a no votar por la izquierda, por AMLO. Algunas lo hacen llorando “por el destino de México” para evitar que voten mayoritariamente por el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.

Vamos a suponer, sin conceder, que todas ellas actúan motu proprio, sin otro resorte que no sea, el sentimiento de una eventual amenaza que se cierne sobre México y que buscan espantar con gritos y sombrerazos apocalípticos la llegada de un “nuevo Venezuela”.

No pasaría nada si lo dijeran en el ámbito privado, ejerciendo el derecho de opinión, pero no sí actúan con conocimiento de causa incumpliendo la Constitución que podría significar su salida inmediata del país mediante la aplicación del artículo 33 que expresamente señala: “Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país”.

Pero, lo hacen con absoluta libertad y en sintonía con el discurso recurrente del dirigente del PRI y con la réplica mediática de Felipe Calderón. O sea, no montan estas campañas de gratis seguramente están bajo contrato pagado o por la oferta de una eventual regularización de su estatus como residentes. O ambas.

Se trata en todo caso un nuevo capítulo de la campaña del miedo. Que en una sociedad donde ya probó su eficacia es un insumo para reeditarlo exponencialmente. Con personas de carne y hueso, dispuesta a mostrarlo con sangre, sudor y lágrimas. Tocar las fibras sensibles de una sociedad atizada por la violencia criminal.

Es a través de mujeres que por alguna razón estimulan más fácilmente la dimensión de las emociones. Llegan al estómago del miedo o como mínimo meten la duda de por quién votar. Sembrar la zozobra ante lo incierto de un eventual triunfo de López Obrador. Y el problema es que los directamente afectados poco están haciendo con esta modalidad novedosa de reality show político. Se le da poca atención como si fuera una expresión irrelevante no, como parte de una campaña del miedo, destinada a inhibir u orientar a los votantes.

No hay nada hasta hora algo que vincule a Morena con el chavismo, con sus señas de identidad ideológica y política, su discurso, el antimperialismo, etc., por el contrario, la reivindicación de los héroes nacionales, los llamados a proteger a la soberanía, mejorar los niveles de vida de los pobres, y en esa línea de argumentos están más cerca del discurso socialdemócrata de Lula que del antimperialismo chavista-madurista.

Pero eso no importa, este tipo de expresiones virales están dirigidas a ese segmento de la población que busca explicaciones y soluciones rápidas.

Otra cosa es el peligro de los rusos, más elaborada, que se tiene la sospecha de que hicieron presentes en los comicios estadounidenses o en el Brexit inglés, que ha llevado a qué otros países tomen precauciones ante su eventual incursión en comicios, como sucedió con los holandeses que para evitar la intromisión contaron los votos uno por uno, voto por voto. El argumento esgrimido por quienes afirman que los rusos están interesados en actuar es que buscan consolidar figuras populistas de izquierda y derecha en otros países europeos.

En México, ha sido una constante la intervención estadounidense en los asuntos políticos de ahí que los candidatos priistas y panistas tradicionalmente han buscado tener el aval de la Casa Blanca, lo insólito de todo esto sería que ahora que los rusos compitan con nuestros vecinos del norte buscando orientar el sentido del voto o de plano hackear los sistemas de cómputo para definir resultados. Ya en el pasado, recordemos, se habló de un algoritmo que ordena de otra manera los resultados generando ganadores y perdedores.

La evidencia hasta ahora es ridícula, y la han difundido con fines propagandísticos, se señala que la cadena Rusia Today es la vía para difundir mensajes a favor de López Obrador y que el “hombre de Moscú” en México es John Ackerman, un profesor de ciencia política de la UNAM, y muy cercano a López Obrador.

Lo cierto es que el tabasqueño sigue como puntero en todas las encuestas y eso alimenta más las campañas negativas que seguramente tendrán este asiento del miedo cuando empiecen las campañas constitucionales.

Y, el INE, bien gracias.

Ernesto Hernández Norzagaray
Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel I. Ex Presidente del Consejo Directivo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales A. C., ex miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política y del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Ciencia Política A.C. Colaborador del diario Noroeste, Riodoce, 15Diario, Datamex. Ha recibido premios de periodismo y autor de múltiples artículos y varios libros sobre temas político electorales.

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