Murciélagos, ranas, ratones o lagartijas no suelen ser muy agradables para los seres humanos hay pocos planes de preservación para ellos.
Por Zoilo Carrillo
Ciudad de México, 6 de enero (EFE).- La protección de las más de 110 mil especies que habitan en México es una tarea compleja que muchas veces se ve condicionada por el carisma, otorgándose prioridad a las especies más bonitas y que más simpatía despiertan al ser humano, contó a EFE el biólogo Carlos Galindo.
No más de 20 especies son las que reciben un trato preferencial y cuentan con un plan de recuperación y monitoreos detallados por ser muy carismáticas como el caso del bisonte, el cóndor o las guacamayas.
Pero, según Galindo, "para muchas otras no existen estos planes, son especies pequeñas que no son carismáticas y que los seres humanos no consideramos tan importantes".
Estas especies- murciélagos, ranas, ratones o lagartijas- desplazadas por los criterios, no suelen ser muy agradables a la vista.
Por esto, el director general de comunicación de la ciencia de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) consideró que "falta un buen termómetro para saber el estado de las especies" que indique con precisión si la situación está mejorando o empeorando.
"Nos preocupan más los mamíferos que están más cercanos al ser humano", afirmó el especialista, quien ejemplificó la situación con el oso panda, una especie fuertemente humanizada por sus "rasgos de bebé y cabeza grande".
Adorado en el mundo entero se ha convertido en un símbolo a partir de la mercadotecnia, que ha transformado su empatía en un pilar comercial para obtener más ventas, ya sea poniendo su cara en camisetas o produciendo gigantescos osos de peluche.
"El trato preferencial lo reciben los mamíferos carismáticos y más bonitos como el jaguar y el puma o las aves", aseguró.
Esto se debe a una tendencia histórica del ser humano "a sentir más empatía por animales que son similares a él".
"Al mismo tiempo", agregó, "es la promoción de la mercadotecnia, empezando por las películas de Walt Disney, pero también inciden los documentales de animales".
Sugirió observar los zoológicos, donde también se ve esta preferencia de trato a nivel mundial, siendo prioritario tener "un oso panda, una jirafa o un elefante antes que exhibir a las especies nativas del país".
Concretamente en México hay descritas con nombres válidos alrededor de 110 mil especies, hecho que le convierte en uno de los cuatro países en el mundo con más variedad biológica.
De estas especies, alrededor de la mitad son endémicas del país, que puede presumir de ser el que más variedad tiene de cactus, pinos y conejos de entre todas las regiones del planeta.
Las especies propias de cada región son con las que se debería tener "más cercanía, ya que así podremos tener un impacto ya sea positivo o negativo; pero si no las conocemos no podemos hacer esta valoración", explicó Galindo.
El criterio de protección debería estar sujeto al tamaño poblacional y la susceptibilidad a la extinción de cada especie.
"Generalmente las especies pequeñas como los anfibios o reptiles pequeños o peces, que están restringidos a ciertos lugares, son los que tienen más susceptibilidad a la extinción", puntualizó.
Hay cuatro factores importantes que afectan a las especies, uno de ellos es la destrucción del ecosistema por la mano del hombre, que transforma bosques, selvas o pastizales en zonas agrícolas, pecuarias o incluso en grandes metrópolis.
Otro factor es la sobreexplotación, que comercializa a la especie más allá de lo que el potencial reproductivo de esta lo permite. Esto en particular se puede observar en las especies marinas, que a nivel mundial están sobreexplotadas.
La introducción de especies exóticas en otros ecosistemas también es un agente que provoca un impacto ambiental, ya que estas "se convierten en invasoras y crean problemas".
Ejemplo de ello es el grillo acuático en México, una especie que se trajo de suramérica y que está deteriorando las lagunas, incidiendo en el ecosistema y en las especies nativas.
Por último, la contaminación -sobre todo del suelo y del agua pero también atmosférica- "afecta a muchas de las especies".